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Una cita en Londres

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El mejor cartel de la Gare du Nord.
Mañana, después de pegarnos un buen madrugón, Jean y yo estaremos plantados con las maletas en la Gare du Nord. Apenas puedo creérmelo pero en apenas 2 horas 20 minutos estaremos pisando las calles de Londres de nuevo. 

Hace unas semanas, mirando las ofertas del Eurostar en la página de la SNCF, encontramos una que cuadraba a la perfección con nuestras obligaciones (y sobre todo con nuestros bolsillos) y no nos lo pensamos dos veces. 

Si es que ¿quién puede decirle que no a un viaje a Londres?  Yo no me cansaré nunca de esta ciudad, y mira que también lo digo de París, pero reconozco que con la boca un pelín más pequeña. 

Seremos fieles a las buenas costumbres y dedicaremos nuestro tiempo a pasear, descubrir nuevos sitios y, como no, a saquear librerías (pagando, claro está :)
Será también la ocasión de visitar una exposición que estoy segura disfrutaré al máximo, la dedicada a Virginia Woolf en la National Portrait Gallery. También nos acercaremos al Hampstead Literary Festival. Hampstead y libros. Añade unos scones recién hechos y sabré que he alcanzado el nirvana :)

Con motivo del viaje y para ir metiéndome en el ambiente, hace unos pocos día empecé a leer Londres me pertenece, una novela que estaba deseando leer gracias a la recomendación de Cristina. Lo terminé ayer y, cuanta razón tenía ¡lo he disfrutado muchísimo! En cuanto regrese le dedicaré una entrada bien merecida en el blog. 


Último té en Francia.
Las otras dos lecturas seleccionadas no podían ser de ningún otro autor. Este es el viaje de Virginia Woolf; el momento propicio para adentrarse en su biografía, en su aprendizaje como escritora y en los lugares de Londres que la evocan. 

Así, el libro rosa que veis en la fotografía (que ya os presenté en un IMM anterior) es el primer tomo de sus diarios. Comprende su adolescencia y sus primeros años como escritora, por eso es perfecto para el que se acerca por primera vez a su biografía.
Espero terminarlo antes de salir mañana, porque el único libro que se vendrá conmigo en el tren es Noche y día, la que fue su segunda novela. 

La portada me ha encantado y la primera frase, no podía pintar mejor:
"Era un domingo por la tarde de octubre, y al igual que muchas otras jóvenes de su clase, Katherine Hilbery estaba sirviendo el té." 

Veremos que le pasa a Katherine y como se nos da el paseo al otro lado de la Manche.
Un beso para todos y ¡feliz fin de semana!

IMM 11, otra ronda de libros viajeros.

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¡Bienvenidos a casa!
De vuelta en casa y una vez recogidas las maletas, toca poner orden al rinconcito virtual; que si no se va acumulando la faena :)
Antes de hablar de Londres y de varias lecturas en particular, tenía pendiente enseñaros  los libros que compré este verano, así que vamos a remediarlo.
Como siempre son un grupito bastante viajero, que ha dado tumbos por trenes y aviones varios. Estoy segura de que los agentes de control de la puerta de embarque ya me conocen: "ya está aquí la loca que invierte sus kilos de equipaje de mano en libros" :)
Seis de los ejemplares de la torre que veis a la izquierda son de ocasión, comprados en Alcaná libros y en el mercado de la Vieille Bourse de Lille. Los otros seis los compré en mis librerías habituales de Alicante.

Veámoslos con detalle:

El pueblo del abismo de Jack London. Después de leer Martin Eden me quedé con muchísimas ganas de más London. Dada su extensa bibliografía, no faltan libros para elegir; pero en cuanto leí la sinopsis de El pueblo del abismo no lo dudé un instante. ¿Recordáis London 1888? Fue un ensayo que compré en mi anterior estancia en Londres y que algunas encontrasteis interesante. Bien, pues El pueblo del abismo, una especie de estudio/memoria, escrito por London tras una estancia en la capital británica, comparte contenido y escenario con London 1888. Se trata de una inmersión en toda regla en la miseria del East End londinense de principios del siglo XX.

No se si a vosotros os pasará lo mismo, pero cada paso que doy descubriendo a London me sorprende más y más. Que alejada y que equivocada está la imagen que yo me había hecho de él y de su obra. Reportero, sociólogo, novelista…¡Su obra es una mina de oro!

Sombras sobre la roca de Willa Cather. Bueno esta es una traducción personal porque si no me equivoco esta novela de Willa, publicada en 1931, no está traducida al español. 
Muchos os habréis acercado ya a esta fascinante escritora, por eso podréis entender que no titubee al comprar cualquier título suyo que se cruce en mi camino. Este en particular, Des ombres sur le rocher en francés, lo encontré en la Vieille Bourse de Lille. Narra la historia de dos pioneros franceses, un farmacéutico y su hija, que dejan París en 1697 para empezar una nueva vida en el Quebec colonial.  Me fascina la época, la localización y la autora, por eso no creo quedar decepcionada con este libro.

Un trio de grandes promesas
Jane y Prudence y Una cuestión académica de Barbara Pym
Dos más para mi colección Pym y ya solo me falta Quartet in autumn para completar sus libros. 
Poco os puedo decir de la trama de ambas novelas. Es que cuando se trata de Barbara poco importa la trama en si; escenarios y personajes son tan próximos, que prácticamente una sinopsis podría confundirse con otra.
Bastaría decir: té, mujeres solteras, Londres y campiña inglesa para hacerse una idea de lo que tenemos entre manos.

La dama de provincias prospera de E.M Delafield
Por fin, ¡que ganas de tenerlo entre las manos! Con lo que disfruté la primera parte, estoy segura de que será un placer seguir descubriendo las tribulaciones de la Dama de provincias.
Encima en esta ocasión llega con un éxito literario, un apartamento en Londres y los mismos personajes que me cautivaron en el anterior libro. ¡Esto promete!

El asesino ciego de Margaret Atwood. Cuantas, cuantísimas veces he leído maravillas sobre los libros de Atwood, y una y otra vez he ido relegando su lectura.   Siempre asocio sus novelas a Teresa que tantas veces las ha recomendado con fervor en su blog. De esta vez no pasa que la conozca de primera mano.
En El asesino ciego, una anciana rememora su pasado sacando a la luz una época perdida de idealismo, de lujo y miseria, de amores clandestinos, codicia y guerra. Solo con leer la sinopsis ya se ha convertido en una obsesión leerlo :)

Sidra con Rosie, una infancia en los Cotswolds, de Laurie Lee se publicó en español en la editorial Edhasa en 1986. Hoy en día es muy difícil encontrarlo disponible, si uno no recurre al inglés; pero yo guardé el título en la cabeza esperando que algún día pudiese leerlo en una lengua que fluyese con facilidad ante mis ojos. 

Dos pedacitos de Inglaterra
Por eso, cuando lo vi en francés en uno de los caóticos montones de la Vieille Bourse ¡que alegría me dio! Rosie ou le gout du cidre, no importa en que idioma esté escrito el título,  guarda para mi la misma magia: la visión de un mundo rural perdido, el de la Inglaterra de los años 20 y 30, visto a través de los ojos de un niño. 
Antes de viajar a Londres ya lo tenía por fin conmigo, pero fue precisamente Cider with Rosie quien me dio una de las primeras bienvenidas a la ciudad. En una librería cercana a nuestro hotel en Bloomsbury, lo vi en el escaparate. 
Una edición preciosa, verde con letras doradas. Tan sencilla como el sabor de un buen vaso de sidra, pero inolvidable como ese sabor que asociado a la niñez, la rememora en un solo instante.

La ciudad de las campanas de Elizabeth Goudge
Otro Goudge y poquito a poco voy haciéndome con todos ellos ¿conseguiré algún día recopilar todo lo que escribió Elizabeth? Dar con sus novelas esta siendo casi como una búsqueda del tesoro, larga pero emocionante; a veces pienso que no desearía que terminase nunca. 

Esta vez di con La ciudad de las campanas en la Vieille Bourse de Lille. Cuenta la historia de un soldado que, marcado física y mentalmente, por la guerra de los Boer regresa a su ciudad natal. Allí abrirá una librería con la esperanza de empezar de nuevo. 
Como siempre en los libros de Goudge espero encontrar ese estilo algo anticuado pero encantador, una atmósfera de paz y una galería de personajes con los que encariñarme de inmediato.
Esta es la vitrina de la librería Jarndyce donde
encontré el ejemplar de Sidra con Rosie. No se si
podréis apreciarlo dado el reflejo del British, el
mío y lo diminuto que sale el libro. Está en la misma
estantería que Treasure Island, un poca más a la
derecha.
La librería es una auténtica maravilla; ya os
hablaré un poquito de ella en la entrada de Londres.
Y por último, por fin, ¡los libros de la Señorita Buncle! de D.E Stevenson. Cuantas reseñas vuestras he leído, cuantas veces os lo he comentado, moría de ganas de poder conocer a la Señorita Buncle; ahora, después de largos meses de espera al fin puedo leerlos. Gracias, gracias mamá por el regalo.
Creo que a estas alturas es casi innecesario que os la presente; Barbara Buncle ha invadido y conquistado las casas  de muchísimos lectores. Yo no puedo estar más feliz de haberle hecho un hueco en mis estanterías.

Y hasta aquí las compras veraniegas; espero que alguna os haya picado la curiosidad y si ya son viejas conocidas vuestras no dudéis en contarme que os parecieron. 

Que tengáis un feliz inicio de otoño cargado de buenas y reconfortantes lecturas; ya se que para muchos de vosotros y también para mi, es la mejor época del año, por eso... ¡Aprovechémosla al máximo!

PD. Olvidé mencionar el primer libro que veis en la pila de la foto de familia, L'éducation des filles en France au XIX siècle de Françoise Mayeur. Es un ensayo esencial sobre la educación de la mujer en el siglo XIX, que después de largos años de espera, por fin ha sido reeditado en edición de bolsillo. Para todos aquellos que estéis interesados en la historia de la educación de las mujeres, es una obra única y riquísima en contenido. Lamentablemente no ha sido traducida al español.

Septiembre de la A a la Z

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Aprovechando los últimos días en manga
corta.
Septiembre…¡con que sigilo llegaste y que rápido te has ido! Entre matrículas, papeleo y burocracias varias me has tenido como una loca arriba y abajo; pero no te lo tengo en cuenta. En el fondo, sigues oliendo a libros y lápices nuevos; a nuevas metas y a excitantes desafíos. 
Ya tengo la cartera llena con todos los buenos momentos que dejaste; menos mal que es grande y ya esta lista para lo que Octubre le tenga deparado :)
la A va por ese momento en el que miras por la ventana y te das cuenta de que ya empieza a anochecer más temprano. Es como si el mundo te gritase: "¡Corre! Es tiempo de volver a casa para acurrucarse en el sofá".
por uno de los mayores placeres que supone la vuelta a Francia: ir a la boulangerie y comprar una baguette tradition recién hecha. Ese olor es la esencia misma de la vida a la francesa, y el ritual de ir a buscarla de buena mañana, es una de las mejores formas de empezar el día.
Adoro esta imagen de las buhardillas al anochecer y como
no, esas galettes de Les Embruns que me están haciendo
la boca agua.
C por el sabor de unas buenas galettes de sarrasin y un vaso de sidra bien fresquita en Les Embruns. Esta es una de las creperías que más nos gustan, situada entre la Gare de Lyon y la Bastille. Si buscáis algún sitio donde comer en vuestras visitas de París, no dudéis en hacerle una visita.
D por supuesto, de Period Drama. Llega el fresquito y con él el momento de sacar de las estanterías novelas y adaptaciones victorianas. Si estáis en busca y captura de alguna que pueda tentaros, no dudéis en hacer una visita a Magrat y a Polly, seguro que daréis con vuestra serie ideal.
E por esta melodía titulada Epilogue. Cada nota que desgrana el piano me recuerda a esas hojas, que durante estos días, van cayendo de los árboles. Una imagen que puede parecer algo triste, pero está llena de melancólica belleza.
F por la Fiesta tradicional que tuvimos en nuestro barrio. Que alegría ver la cara de los niños al encontrarse con los animales de granja y que hambre al oler las salchichas y las bandejas de quiche de los puestecitos de comida…no hay nada como iniciativas como esta para crear lazos entre los vecinos y habitantes de un barrio, pueblo o ciudad.
Instantáneas de la fiesta tradicional
G por la gabardina. No podía esperar más para sacarla del armario e intentar emular como cada otoño la elegancia de la dulce Audrey.
H por el Hampstead Literary Festival al que asistimos durante nuestra escapada a Londres. Nunca olvidaré la emoción que nos envargó a todos los asistentes durante la presentación del libro Scars upon my heart; una preciosa recopilación de diarios, memorias y poemas escritos por las madres, esposas y hermanas de combatientes de la IGM. Entre ellas la célebre Vera Brittain. 
Otro momento único fue cuando al piano empezaron a sonar los acordes de "If you were the only girl in the world". Fue inevitable pensar al instante en una de mis escenas favoritas de Downton Abbey.
I por los planes de invierno que Claire y yo vamos tramando en el Jardín de Luxemburgo. Encontrar un sitio baratillo donde comer al mediodía cuando el frío nos impida comer en el parque no va a ser nada fácil. ¡Tengamos fe! 
J por El albergue de la Jamaica de Daphne du Maurier. Que buen momento de lectura he pasado con él y que capacidad tenía Daphne para recrear atmósferas. Nunca olvidaré esos recónditos parajes de Cornualles donde todavía hoy, se alza solitario el Jamaica Inn.
K por Keats y su preciosa oda "Al otoño". Tres estrofas que captan a la perfección, los colores, los sabores y los sonidos de la que es para mi, la más bella de las estaciones: 
"Estación de la bruma y la dulce abundancia,
gran amiga del sol que todo lo madura…"
El brezo invade las floristerías y las hojas
doradas el Jardín de Luxemburgo.
L por este artículo del London Evening Standard donde varios escritores hablan sobre los lugares de Londres en los que les gusta perderse para leer.
M por Manger, un blog que he descubierto recientemente y he devorado al completo en pocos días. Las recetas y fotografías de Mimi alimentan el cuerpo y el alma. ¡Una auténtica delicia!
N por el traje de novia que llevó Amal Alamuddin en su boda civil con George Clooney. Me importa bien poco quien asistió al enlace, como lo pasaron y que será de su matrimonio, pero en cuanto vi ese conjunto blanco y azul marino me enamoré.
por Outlander, claro clarísimo. No se si la estáis siguiendo, pero yo estoy completamente enganchada. Me diréis que es por Jamie y que queréis que os diga…no voy a ser yo quien lo niegue :)
Una de las cosas que más me gustan de la serie es su música de cabecera, basada en la canción tradicional escocesa "The Skye Boat Song", ¡que preciosidad!
P por las portadas que Vanessa Bell pintó para las novelas de su hermana Virginia Woolf. Cada vez me fascinan más sus pinturas.
Tiempo de victorianos y de ropa calentita
para estar por casa, esta es de Oysho.
la Q va por este excelente artículo aparecido en Jot Down sobre ¿Por qué leer los clásicos?
R de esa ropa calentita que compramos estos días pensando en los largos y fríos meses que tenemos por delante. ¡Que gusto me da volver a ponerme calcetines!
S de Sylvia Townsend Warner, la última autora descubierta en Gibert que se ha unido a las estanterías de mi casa. Veremos lo que da de si el que fue su gran éxito, Lolly Willowes
T por The Happy Tree de Rosalind Murray, otra novela sobre la IGM escrita en 1926 y que publicará Persephone este otoño. Aquí podéis leer una crítica de la novela aparecida en Enero de 1927. ¿Podrá aguantar el paso del tiempo y gustar a los lectores actuales? Crucemos los dedos para que así sea.
U por la vuelta a la Universidad y a los largos días de preparación que espero den buenos frutos en el mes de marzo.
V por la vista de Hampstead que os enseño un poquito más abajo y que no consigo olvidar. ¿Ya habrán perdido todas sus hojas los árboles de la fotografía? Quien pudiera verlo con sus propios ojos...
W por la energía de Earth, Wind and Fire y su September. Es escucharla y tener que levantarme a bailar. ¿Veis como septiembre puede ser un mes maravilloso? ¡A darlo todo en la pista! 
Hampstead. No hace falta añadir nada más.
X por mi experimento fallido de multiplicar las horas del día. 24 horas son muy pocas para cumplir con las obligaciones, dedicarle el tiempo que quisiera al blog y sobre todo visitar vuestros rincones con la atención que merecen y que tanto extraño darles :(
Y por los brotes de brezo, bruyère en francés, que ya han invadido todas las floristerías de París. Es tiempo de adornar con él nuestras ventanas y de pensar irremediablemente en las colinas de Escocia y en los páramos de Haworth.
y por último Z dedicada al nuevo cargamento de galletas de zanahoria que he traído a casa. ¿Como iba a sobrevivir a la futura hibernación sin ellas? :)

¡Feliz lunes y feliz inicio de Octubre para todos!

Londres me pertenece de Norman Collins

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Ejemplar de ocasión que
voy a guardar como un tesoro
Echando la vista atrás, me doy cuenta del intenso paréntesis londinense en el que he vivido estas últimas semanas. Entre las lecturas pre-viaje, la estancia en Londres y los libros que traje de allí, casi ni soy plenamente consciente de haber vuelto a casa. Ando por las calles de camino a la Universidad o al supermercado y no puedo evitar mirar hacia arriba esperando ver la silueta de Saint Paul recortándose en el cielo.
¿Cogí aquel autobús en Marble Arch dirección Hampstead? ¿Paseé realmente por el Embankment al anochecer o todos esos momentos los viví únicamente a través de la ficción?

Me da la impresión de que los paseos ficticios han terminado por enlazarse con los reales, enriqueciéndo mi visión de Londres con mil matices. Quizá por eso miro ahora con tanto cariño todos estos libros que me han acompañado y lo han hecho posible:  Norman Collins y su Londres me pertenece, Jack London y El pueblo del abismo; y por encima de todos, los libros de Virginia Woolf: Noche y día, sus Diarios y la biografía que le dedica Alexandra Harris. 

¿Por donde podría empezar a contaros? ¡Se me agolpan tantas cosas en la cabeza que no quiero olvidar ninguna! Quizá sea buena idea empezar con el libro que me ha brindado la imagen más auténtica y entrañable de  los londinenses, la novela de Norman Collins.

Para situarnos, sobrevolemos a vista de pájaro la ciudad de Londres y detengámonos en la orilla derecha del Támesis. No es esta la parte más opulenta de la ciudad, y bajo la lluvia que cae en esa víspera de navidad de 1938 cuando empieza la acción, aún parece menos atractiva. Pero es aquí donde tenemos que detenernos, en el número 10 de Dulcimer Street, una calle tranquila del modesto barrio de Kennington.


Créditos de inicio de la adaptación
cinematográfica de la novela.
Es en esta finca de pisos de alquiler, dirigida con mano firme por Mrs.Vizzard donde viven los protagonistas de Londres me pertenece: los Josser, un matrimonio de edad avanzada y su hija Doris, los Boon una señora viuda y su egocéntrico hijo Percy, Mr. Puddy un solterón que alivia las penas comiendo y Connie una excéntrica actriz que, ciertamente, ha conocido tiempos mejores.
Todos ellos son gentes humildes y llevan una vida bastante corriente. ¡Cualquiera diría que sus vidas fueran material de novela!  
Pero a veces,  las historias más emocionantes son las que nacen en el rellano de una escalera. En él pueden vivirse historias de amor, y errores de terribles consecuencias; en él pueden darse las más bellas pruebas de amistad, y crearse lazos de solidaridad capaces de enfrentar cualquier guerra.

En los albores de la II Guerra mundial estas son las vivencias de los habitantes del número 10 de Dulcimer Street. Héroes cotidianos a los que será muy fácil coger cariño y muy difícil olvidar.

Estoy casi segura de que cualquier persona que ame Londres disfrutará con creces de esta novela. Es muy sencillo, todo lo que constituye la esencia misma de la ciudad está presente entre sus páginas. 

Si, han cambiado los edificios y se ha multiplicado el trasiego de gente, algunos valores se han adaptado a los nuevos tiempos... pero aunque hayan pasado casi setenta años desde su publicación, Londres me pertenece podría estar describiendo escenas acaecidas esta misma mañana.  
Escenas londinenses de 1939. Las mismas que podrían haber protagonizado
los personajes de Norman Collins.
Hileras de londinenses siguen corriendo para llegar puntuales a sus oficinas de la City, los salones de té siguen sirviendo casi los mismos menús y las cafeterías donde comer algo a buen precio siguen abarrotándose a la hora punta (aunque antes reinasen los cafés Lyon's y hoy los Pret). 
Las compras en Regent street, los trabajadores ensimismados en el metro… 

Norman Collins conocía  a la perfección los elementos que caracterizaban y constituían la esencia de su ciudad, y los restituyó con maestría en esta novela-homenaje.
Del mismo modo, haciendo gala de esa misma capacidad de observación, minuciosa y humana, creó la galería de entrañables personajes que pueblan sus páginas.

Desde el mismo instante en que cruzamos nuestro camino con el de Mr Josser, cargado con su reloj, sus compras navideñas y abatido por su recién estrenada jubilación, queremos seguirle hacia donde quiera llevarnos. Él es quien nos introduce en Dulcimer street y alrededor suya, de su esposa y de su hija Doris, se irán urdiendo una serie de tramas sencillas con las que es muy sencillo encariñarse. ¿Conseguirá Doris du independencia? Y Mr Josser, ¿volverá a sentirse útil algún día? ¿Saldrá bien parado Percy del terrible error que ha cometido? Y Connie, ¿sobrevivirá otro día con sus triquiñuelas? 


Momentos de oscuridad y de luz vividos en tiempos de guerra.
Todas estas pequeñas historias cotidianas, de aquel Londres de finales de los años 30 y principios de los 40, forman un precioso testimonio de historia viva, una verdadera postal animada de aquella época de luces y sombras. 
Junto a los protagonistas viviremos los primeros compases de la guerra que se acerca, las evacuaciones de los niños, los partes de la BBC a las ocho, la una, las seis y las nueve; el pánico de los primeros bombardeos…
A veces, los grandes acontecimientos históricos pueden resultar lejanos e impersonales, como si naciesen de ninguna parte y no estuviesen protagonizados por personas reales. Presidentes del gobierno, mandos militares, grandes intelectuales… resulta complicado hacerse una imagen concreta de sus personalidades y motivaciones.

Pero los temores, las alegrías y las esperanzas de los vecinos del número 10 de Dulcimer Street quedan perfectamente claras. Son las reacciones que, en tiempos de paz y de guerra, podríamos experimentar cualquiera de nosotros: los momentos entrañables de ayuda entre vecinos, el apoyo en los momentos más duros; son vivencias que nos interpelan y emocionan como si estuviésemos viviendolas en primera persona.
Esa es la magia de Londres me pertenece: es un libro tremendamente  humano; tanto, que cuando llega la parte más dramática, bajo los bombardeos que asolan la ciudad, no puedes evitar preguntarte si alguno de los personajes ha sufrido algún daño, casi con la misma inquietud que experimentarías si se tratase de un miembro de tu propia familia.

Los Josser, Doris y Bill en la adaptación
cinematográfica de la película. La podéis
ver completa aquí (aunque el argumento
sufre importantes cambios).
Este es exactamente el tipo de novela que a mi me hubiese gustado leer sobre mi ciudad, sobre mi calle y los vecinos que la habitaron y crecieron conmigo. Que alguien los hubiese fijado para siempre en el tiempo con tantísimo cariño.
Y es que no existe equívoco posible, Norman Collins amaba su ciudad y a sus gentes, cada una de las páginas de su novela así lo demuestran. 
Si queréis dar un paseo por Londres, no hace falta reservar ningún billete, solo tenéis que empezar por la primera página, Dulcimer Street os está esperando. 
Es una calle tranquila "que se extiende  desde Dove Street hasta el Swan Walk. Y en ella hay, ciertamente, casas muy hermosas". Y, como no, excelentes personas.

Feliz miércoles y ¡muy felices lecturas a todos!

PD. Londres me pertenece ocupa el año 1945 en mi Century of books.

Londres: diario de viaje.

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Bueno, ya veis que no nos vamos muy lejos desde la última entrada :) 
Como acogisteis con tanto cariño las crónicas londinenses de primavera y, como fue un placer escribirlas, repito hoy la experiencia. 
El objetivo principal de estos diarios es que podáis coger ideas para vuestros futuros viajes: un museo que visitar, un barrio, un buen sitio para comer o tomar un té, una librería... A mi son cosas que me encanta anotar antes de salir de viaje, y aunque las guías profesionales son muy socorridas para estas cosas, para mi no hay nada como una recomendación personal. Espero de corazón que estas líneas os sean útiles y que disfrutéis del paseo. 
Au revoir Paris!
Nuestro viaje empezó como siempre en la Gare du Nord de París, a eso de las ocho de la mañana.  Llegamos con el tiempo justo de pescar dos cafés (bien cargados), un par de croissants y algunas revistas antes de pasar el control y lanzarnos al tren. 
En la entrada del Eurotunel sufrimos un pequeño retraso, pero en poco más de dos horas y media…¡por fin llegamos a Saint Pancras!
Al salir de la estación, Londres nos recibió bajo un sol radiante; una buena señal y un aliciente para hacer andando el recorrido hasta el hotel, ya que no estaba muy lejos.
En esta ocasión decidimos desplazar nuestra base de operaciones, abandonando Pimlico por Bloomsbury (supongo que el espíritu de Virginia hizo de las suyas para retenernos en sus dominios).
The Kingsley está emplazado en un edificio eduardiano
y yo me enamoré de la balaustrada de
la escalera.
Libres ya de maletas y trastos salimos al encuentro de la cita más importante de nuestro viaje: la exposición de Virginia Woolf en la National Portrait Gallery. Como teníamos ganas de andar y de reencontrarnos plenamente con las calles de Londres fuimos andando a buen ritmo hacia el sur: High Holborn, Shaftesbury Avenue y Charing Cross hasta llegar por fin a las inmediaciones de Trafalgar Square. 
Era bastante temprano y no coincidimos con mucha gente, lo que fue perfecto para disfrutar con calma de una exposición tan íntima; porque esa es la primera palabra que me viene a la mente. 
Entrar en esa sala llena de objetos tan personales fue como entrar en el propio salón de Virginia, casi como intrusos que no han sido invitados. Ahí estaban  sus álbumes de fotografías, mostrando su vida desde la infancia a la madurez; los cuadros  que representaban a sus familiares y amigos, los que pintó su hermana y en los que ella aparece como protagonista… una vida entera a través de imágenes y escritos. Desde sus primeras cartas y novelas hasta esa última carta de despedida que escribió a su marido.
Os prometo que tuve que contener la emoción cuando terminé de leerla y justo al lado vi el bastón que encontró Leonard a orillas del rio Ouse, donde desapareció Virginia…

Es cierto que para disfrutar de la obra de un escritor no es estrictamente necesario conocer su biografía, muchos lectores prescindimos de este paso. Pero para entender a alguien como Virginia, para exprimir al máximo y enriquecernos con sus escritos, creo que es esencial acercarse a sus vivencias.
Hoy, después de indagar en los recovecos de su historia, su fotografía ha dejado de ser un mero símbolo colgado de las paredes de mi cuarto; hoy he empezado a entender, su fragilidad y su fuerza, la esencia y el valor de cada una de las líneas que nos ha legado. 

La entrada a la exposición.

Estas son algunas de las pinturas y fotografías expuestas.
Para dar estos primeros pasos hacia la vida y la obra de Virginia os recomiendo sin dudarlo la biografía que le ha dedicado Alexandra Harris. La compré en la tienda del museo y pocos días después ya la había terminado. En ella encontrareis varias de las fotografías de la exposición y de alguna forma sentiréis haber visitado la muestra por vuestro propio pie. El libro  no es muy extenso y está escrito de forma clara y didáctica sin renunciar por ello a la rigurosidad. 
Como no es muy rebuscada en estilo y vocabulario, creo que será una buena opción incluso para los que estéis dando los primeros pasos con el inglés. ¡Ya me contareis que tal si le dais una oportunidad!

Con la biografía bien guardada en el bolso salimos del museo, y tomando Pall Mall nos internarnos en Mayfair. Hicimos una parada para comer en  The market Tavern, un pub tradicional que encontramos recomendado en Tripadvisor y que no nos decepcionó en absoluto. Es bonito por dentro y por fuera y la comida fue deliciosa. Mayfair es una zona muy cara, y encontrar un sitio para comer por el precio que pagamos fue un golpe de suerte.
Una vez el estomago y el corazón contentos ya teníamos energía para recorrer Hyde Park como merece. Y que os puedo decir de él, estaba precioso como siempre. Todavía olía a verano, pero con los primeros signos del otoño bien presentes.

Estábamos tirados en el césped cuando de repente apareció un grupo de jóvenes
jinetes. Nos quedamos bobos mirando lo bien que montaban y la imagen tan bonita
que hacían.
Fue el momento perfecto para echarle una ojeada a la biografía de Virginia.
Cuando fue cayendo la tarde, decidimos volver andando hacia Bloomsbury, pasando por Mayfair y algunas de las tiendas que teníamos previsto visitar. Por el camino nos fuimos cruzando con hordas de gente cargadas con cestas de picnic y mantitas enrolladas bajo el brazo. Claro, es que en el parque se celebraban los Proms in the Park y muy pocos londinenses estaban dispuestos a perdérselo. 

Las calles de Mayfair como siempre nos deslumbraron con su opulencia; con sus tiendas y restaurantes de lujo, sus coches deportivos aparcados en plena calle…Aún así, no estábamos en nuestro elemento, solo éramos forasteros de paso con ganas de llegar a Piccadilly. Una vez allí hicimos las dos visitas de rigor: Fortnum&Mason y Hatchard's.

Entre las calles de Mayfair, escondidos a ojos de los transeúntes,
 nos encantó descubrir Mount Street Gardens. Ya sabemos para otra vez
que podemos venir aquí a comer nuestros sandwiches :)
Y no pude evitar enamorarme de Grosvenor Chapel
¡En cuanto vi su silueta me acordé tanto de las iglesias
de Nueva Inglaterra! Más tarde, buscando información sobre la capilla, me di cuenta de
que sirvió de inspiración para muchas de ellas.
En Fortnum ya podéis imaginar lo que hice. ¡Comprar mermelada! 
Este rincón es mi paraíso Fortuniano (palabrejo made in Marie). Mermeladas y más
mermeladas a cual más buena.
Y en Hatchard's esta vez me limité a hacer una visita de cortesía sin comprar nada.
Pero no iba a irme sin saludar a la decana de las librerías londinenses. 
Después de parar en un Marks&Spencer para comprar el picnic de la cena, fuimos a descansar al hotel y terminamos el día con un paseo por el Victoria Embankment una vez caída la noche. Pensar en Katherine Hilbery y Ralph Denham los protagonistas de Noche y día (V. Woolf) fue inevitable. Casi podía verles paseando arriba y abajo por la orilla del Támesis, buscando respuesta a esos imperiosos sentimientos que les empujaban el uno hacia el otro.
Si no estáis muy cansados después de una jornada de visitas, acercaros el
Embankment de noche. Seguro que los personajes de muchas de las historias
que habéis  leído os saldrán fácilmente al paso.


Y de un día para otro, Londres se despidió del sol y se levantó bajo una neblina otoñal. Bien temprano y con ganas de mover las piernas bajamos por Holborn y el Strand hasta llegar al puente de Waterloo; por él atravesamos el Támesis hasta llegar al Southbank Centre Book Market, un mercadillo de libros, abierto a diario, en el que podréis encontrar verdaderas gangas. Como era muy temprano todavía estaban montando los puestos, pero pude pescar un libro que me hizo mucha ilusión encontrar. 
  La gran sorpresa de la mañana vino cuando al llegar a la estación de Waterloo para coger la Northern Line nos dimos cuanta de que estaba cerrada por obras. ¿Como narices íbamos a llegar a Hampstead? 

Vistas desde el puente de Waterloo a primeras horas de la mañana.
La verdad es que nos las vimos y deseamos para encontrar el autobús correcto. Sabíamos que el 24 nos dejaba en Hampstead centro, pero es que nosotros queríamos llegar hasta Golders Green. ¡Señor llévame pronto! Menos mal que desde Victoria cogimos la linea de bus correcta. Una paradita en Marble Arch y de ahí por fin a Golders Green. 

Después de una parada en el Hampstead Literary Festival del que ya os hablé en el Septiembre de la A a la Z, seguimos la marcha hacia el West Heath y en el camino encontramos un tesoro escondido que jamás olvidaremos, The Hill Garden and Pergola
Al ver el cartel supimos que íbamos por buen camino y nos internamos
entre los árboles.
Entre suaves colinas, salpicadas de hojas avistamos la Pergola
Un lugar precioso, donde parece haberse detenido el tiempo.
¿Cuantas parejas habrán paseado entre sus columnas
desde los tiempos eduardianos en que fue construida?
Fue difícil despedirnos de Hill Garden pero, como el hambre también hacia estragos, seguimos nuestro camino hacia el centro de Hampstead. Como veis fue un gran paseo, nos tiramos toda la mañana andando, pero de veras merece la pena. Si hay un sitio en el que es un placer gastar los zapatos ese es Hampstead.  Es un placer pasear por sus calles estrechas, tomar algo dulce en alguno de sus numerosos salones de té (nosotros probamos Ginger&White), mirar sus casas y soñar que vives en alguna de ellas…

Bajando High Street, Flask Walk y merienda en Ginger&White.
Y como no, el mayor placer es perderse entre la espesura del Heath…


Nunca, nunca podré cansarme de pasear por aquí.
Antes de despedirnos de Hampstead no pudimos dejar de visitar a alguien especial. Dicen que en la que fue su residencia siempre es primavera, como en los más bellos de sus poemas; pero el refugio de Keats nos recibió bajo una primera capa de hojas de otoño.


La casa, con su sencillez y su jardín cerrado, me produjo una mezcla confusa de sensaciones: fue refugio del amor profundo que Keats sintió por Fanny Brawne, pero también reducto de su enfermedad. Alegría y tristeza, amor y dolor, todo se entremezcla entre sus paredes, dejándote un sentimiento de congoja. Pero por encima de todo ello, reina en majestad la belleza, tanto en el interior de la casa como en la sencilla perfección del jardín. 
La belleza a la que Keats cantó en sus poemas y a la que dedicó su corta vida.
Si visitáis Hampstead no dejéis de hacerle una visita a la casa del poeta "cuyo nombre fue escrito en el agua".


El tercer día, como no habíamos andado bastante decidimos dar el todo por el todo. A Jean le apetecía subir a la cúpula de Saint Paul para ver las vistas y yo, que me apunto a un bombardeo, no le iba a decir que no. Nos levantamos temprano, muy temprano y después de desayunar nos pusimos en marcha. Íbamos a coger el metro pero como ya llevábamos el ritmo en el cuerpo nos dijimos: "Va, ¿por que no vamos andando y así vemos la City levantarse?". Y eso hicimos, nos infiltramos entre las filas de londinenses, que trajeados y veloces volaban hacia sus oficinas, y salimos pitando hacia Saint Paul.

Primero Holborn, luego Newgate Street y por fin llegamos a los pies de la catedral.
Después solo nos faltó subir los 528 escalones que llevan hasta el punto más alto de la cúpula. Me va a matar por decirlo pero a Jean le dio un vértigo para morirse en el ultimo tramo de escaleras que son de hierro, estrechitas y dejan ver el vació bajo tus pies. A mi me dio un ataque de risa al verle la cara de circunstancias. ¿No querías escaleras? Pues toma dos tazas :) 
La verdad es que a menos que seáis un fanáticos de las panorámicas no os recomiendo subir hasta arriba. Podréis emplear ese tiempo en descubrir Londres en su parte mas fascinante, a ras de suelo. Así como veo a París como una ciudad de panorámicas, no me sucede lo mismo con Londres. 

Mirad que cielo amenazador sobre nuestras cabezas, menos mal que no llegó
a llover.
Después de la maratón en las alturas volvimos a Bloomsbury para disfrutar de sus plazas, de su ambiente y como no de la ronda tradicional de librerías. En la primera imagen del siguiente cuadro tenéis un pequeño mapa donde he anotado con estrellas violetas algunos de mis lugares imprescindibles de Bloomsbury.
En un pequeño radio tenéis una sugerencia de alojamiento, varias librerías y un salón de té.
Las tres fotos restantes son vistas de Bloomsbury Square, mi square favorita.
El circuito de librerías empezó en the London Review Bookshop. Ya os hablé de ella y de su maravilloso café en la primera crónica londinense. No podéis perdérosla si visitáis Bloomsbury. 

Me encanta el contraste del verde y el dorado de la entrada. Me recuerda a una
biblioteca antigua.
Otra librería que no podéis dejar escapar es el Oxfam Books de Bloomsbury Street. Fue Winnifred quien me descubrió las librerías Oxfam y le estaré eternamente agradecida. Nunca había visitado ninguna y son verdaderas minas de tesoros a buen precio. Si no os importa tener libros de ocasión, viejitos pero con una historia detrás, no dudéis en entrar. En el Oxfam de Bloomsbury tienen un amplio surtido de ficción y no ficción. Me juego lo que sea a que no salís con las manos vacías. 


Y hablando de joyas de ocasión, no puedo más que recomendaros Jarndyce Books. Que alegría haberme atrevido a entrar. Desde fuera, el cartel "especialistas en libros del s.XVIII y XIX" y el timbre dorado al que había que llamar, me impusieron un poco. Pero menos mal que la curiosidad venció a la timidez. En las estanterías verde oliva de esta librería se esconden verdaderos tesoros.
Los precios varían desde lo muy caro a lo muy barato, así que hay opciones para todos los bolsillos. La librera que estaba al cargo de la tienda fue extremadamente amable y paciente con mi inglés. Cuando le comenté que buscaba algún libro escrito por una autora de época, me guió por las estanterías con gran diligencia. ¡Como se nota cuando un librero conoce bien sus fondos y es un apasionado de su oficio! 
En poco tiempo dimos con el ejemplar perfecto. Y a él añadí dos postales ilustradas con portadas antiguas. ¡Tenéis un buen montón para elegir!

Escaparate de Jarndyce, con el ejemplar verde de Cider with Rosie
que me convenció para llamar al timbre y entrar en la librería.

Y para poner el broche final, no podía faltar una visita a Lamb's Conduit y a Persephone. ¿Puede una librería ser más perfecta? Los colores de la decoración, las flores frescas que cambian con el ritmo de las estaciones, las pilas de libros grises y sus marcapáginas… Entrar en Persephone es como entrar en casa. Esta vez me traje un solo libro gris, pero bien gordito :)
Todo Bloomsbury, sus calles, su ambiente tiene el poder de hacerme sentir
como en casa; como si este fuese mi barrio y no tuviese que dejarlo nunca.

Después de comer unos sandwiches en Russell Square, tuvimos que ir haciéndonos a la idea de que en pocas horas ya no andaríamos por las calles de Londres. Para subir el ánimo y ponerle un toque dulce a la despedida nada mejor que un buen té con scones. Ya sabéis que en Londres hay miles de sitios donde disfrutar de un buen té, adaptados a todo tipo de bolsillos. Tea and Tattle el pequeño salón de té que yo os invito a visitar es baratísimo y está realmente rico. 

No tiene perdida porque está justo enfrente de la entrada del British Museum, y aunque os parezca extraño, a él se llega entrando en una librería. ¿Podría ser mejor, libros y té por el precio de uno? :) 
Té de jazmín y scones con mermelada de frambuesa y vainilla. 
Con este tea for two y cargados con las maletas, como siempre algo más pesadas que a nuestra llegada, llegamos a Saint Pancras y nos despedimos de Londres. Nuevas fotos y nuevos recuerdos se vinieron con nosotros para engrosar nuestra baúl de Londres personal.

Eso es lo más importante de viajar, no solo descubrir nuevos sitios, sino atesorar recuerdos y vivencias que los hagan especiales. Existe un Londres perfecto para cada uno de nosotros, solo tenéis que recorrerlo arriba y abajo hasta encontrarlo, sin miedo a gastar los zapatos. Pronto algunos rincones os harán sentir como en casa, los haréis vuestros y formarán parte de vuestro Londres particular. Lo mejor de todo, será saber que seguirán ahí aunque pasen los años, esperando el momento en que podáis regresar.                                                                                   Un beso grande a todos y ¡muy feliz fin de semana!                 
PD. Esta semana sin falta os enseño los libros de la maleta londinense. Espero que alguno de ellos os guste y pueda ser material de próxima lectura :)

IMM 12: Nueva maleta londinense.

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Ahora que lo miro bien, he respetado una armonía de tonos que ni hecho
a posta :)
Bien, como os prometí, aquí está el contenido de la última maleta que llegó de Londres. Seis de los libros que veis en la fotografía son de ocasión y los cuatro restantes son nuevecitos y huelen a tinta fresca. Sin más dilación os dejo con los protagonistas:
Virginia Woolf de Alexandra Harris. Esta es la biografía de Virginia que os presenté en el Diario de Londres. Como os dije allí, la terminé en muy poquitos días y os la recomiendo para un primer acercamiento a la vida y obra de Virginia. 
Sarah Morris Remembers de D.E Steveson. Cuando vi este libro en el Oxfam de Bloomsbury Street se me aflojaron las piernas, ¡otro Stevenson! Que alegría madre del amor hermoso. Mira que todavía tengo a la Señorita Buncle por leer, pero me fue imposible dejar esta nueva historia en la estantería. 
Sarah Morris Remembers, al igual que The english Air, es otra de las novelas de Stevenson ambientadas durante la IIGM. Esta vez es la propia protagonista la encargada de narrar en forma de memorias, los años felices de su infancia y su adolescencia en la rectoría rural de su padre y el terrible impacto que la guerra tuvo en su vida y en la de quienes la rodeaban. Veremos que tal va la lectura.
Main Street de Sinclair Lewis. Este fue uno de los primeros libros que me propuse leer para mi Century of books; en concreto para el año 1920. Es la historia de Carol Kennicott, una joven culta y cosmopolita que llega a un pequeño pueblo del Medio Oeste estadounidense tras casarse con un médico rural. En un primer momento Carol piensa que puede traer un aire de modernidad a sus nuevos vecinos, pero muy pronto su idealismo choca con las mentes cerradas y el inmovilismo de un pequeño pueblo cerrado sobre si mismo.
Lewis recibió el premio Pulitzer de 1921 por esta novela; pero las feroces críticas que recibió, por el mordaz retrato que hacía de la sociedad americana, hicieron que el premio le fuese retirado, cayendo en las manos de Edith Warthon y su novela La edad de la inocencia.
Veremos que tan crítico fue con sus compatriotas :)

Family History de Vita Sackville-West. Después de haber leído tantas alusiones a Vita, en cada uno de los libros de Virginia Woolf que he leído, me ha podido la curiosidad y creo que ha llegado el momento de empezar a conocer su obra. Además como encontré este ejemplar de Family History en el Oxfam de Bloomsbury Street, por solo dos libras, no tuve excusa posible para no comprarlo.
La novela es una historia de confrontación entre la tradición y la modernidad, en la Inglaterra de principios del siglo XX, protagonizada por una pareja atípica, una burguesa viuda y su joven amante socialista. Por un momento mientras leía la sinopsis, me pareció estar leyendo un fragmento de la Saga de los Forsyte. El ambiente y los temas tratados eran similares.
Bueno, también es verdad que los Forsyte se han convertido en mis caras de Vélmez particulares los veo en todas partes! :)

The Shuttle de Frances Hodgson Burnett. Este fue el único Persephone que se vino conmigo, como ya os dije bien gordito; ¡cuantas veces lo había visto en el catálogo de la librería y cuantas veces pospuse su compra! 
Pero al final he terminado por caer.
Supongo que muchos de vosotros conoceréis a Hodgson Burnett, quizá por alguna de sus novelas infantiles como El jardín secreto o La princesita(que yo reseñé aquí), o por alguno de sus libros para adultos como La formación de una marquesa (aquí tenéis la reseña que hizo Jane) o The Head of the House of Coombe (reseñada aquí).
A mi me encantan sus historias y hasta ahora ninguno de sus libros me ha decepcionado.
The Shuttle narra la historia de Rosalie Vanderpoel, una heredera norteamericana que viaja a Inglaterra para casarse con un aristócrata inglés. Un matrimonio fallido, una hermana al rescate, dos mundos totalmente opuestos…¡Creo que tiene todos los ingredientes para gustarme!

Y ahora de perfil :)
The Blue castle de Lucy Maud Montgomery. Bueno creo que Lucy Maud Montgomery no necesita presentación, ya que por aquí andáis sueltos muchos admiradores de Anne Shirley :) En cuanto vi The blue Castle lo compré sin pensar. 
No he querido leer nada de su trama, y la sinopsis de mi edición es bastante enigmática. Os la transcribo y ya me decís si os tienta tanto como a mi:
"Si no hubiese llovido aquella mañana de Mayo, la vida de Valancy Stirling hubiera sido completamente distinta. Se hubiese marchado, con el resto de su familia al picnic de compromiso de su tía y el Doctor Trent se hubiese marchado a Montreal. Pero aquella mañana de mayo llovió y esto fue lo que sucedió...".
Hombre, no hay que ser muy avispado para saber que se trata de una historia de amor. Pero conociendo los antecedentes de Anne y Gilbert… ¡Necesito leer este libro pero ya!

Love's Civil War de Victoria Glendinning. Este es el libro que cogí al vuelo en el mercadillo de libros de Southbank. En cuanto leí el subtítulo: Correspondencia y diarios de Elizabeth Bowen y Charles Ritchie, la historia de ambos se agolpó enseguida en mi cabeza. 
No se si os acordais de aquel libro del que os hablé The love Charm of bombs; era un ensayo sobre las vivencias de varios escritores durante el Blitz de Londres en la IIGM. Bien, pues una de las historias narradas y de las que más me marcaron fue la vivida por Elizabeth Bowen y el diplomático Charles Ritchie. Como tras aquella primera lectura me quedé con ganas de saber más, encontrar esta edición de su correspondencia me ha venido como un regalo del cielo. 
Un libro que leeré poco a poco, para rememorar a través de una historia de amor, una época fascinante.
The tale of Beatrix Potter de Margaret Lane. Conocí la existencia de este libro gracias a la preciosa reseña de Winnifred. Enseguida lo apunté para comprarlo y aunque han pasado meses desde entonces por fin ha llegado a mis manos. Es una edición de bolsillo ilustrada, algo viejita pero en perfecto estado de lectura, con muchas ilustraciones. Adoro los cuentos de Beattrix Potter desde que era una niña y creo que va a ser un placer descubrir a la mujer que creó a tantos héroes de mi infancia.
Joy in the Morningde Betty Smith. Otra sorpresa que encontré en Skoob Books. Este verano leí Un árbol crece en Brooklyn de la misma autora y me enamoré absolutamente de él. No os quiero dar ningún detalle porque será la próxima reseña en aparecer en el blog.
Solo puedo deciros que leería cualquier cosa de Betty Smith que se me pusiera por delante. El destino ha querido que sea Joy in the morning, una novela ambientada en 1927, sobre un joven matrimonio de universitarios y las dificultades a las que debe hacer frente. Cruzo los dedos para que me guste aunque sea la mitad de lo que me gustó Un árbol crece en Brooklyn
The Female Spectator de Eliza Haywood.
Y por último este es el libro que compré en Jarndyce Books, la librería anticuaria de la que os hablé en el diario de viaje. Como os comenté, la librera a cargo de la tienda supo como satisfacer al instante mis deseos; y es que en cuanto le dije que estaba interesada en libros escritos por autoras del siglo XIX o XVIII, me mostró enseguida varias opciones muy tentadoras.
Una de ellas fue la biografía Vida de Charlotte Brontë, escrita por Gaskell, en una edición realmente preciosa; pero como ya la tenía tuve que declinar la oferta (además era un poquito cara). Otra sugerencia fue un ejemplar de la novela Adeline Mowbray de la escritora Amelia Opie. Esta vez estuve a punto de caer y comprarla, sobre todo cuando la librera me dijo que la autora había sido contemporánea de Jane Austen, pero de nuevo el precio me hizo desistir de comprarla.
Eliza Haywood reivindicó que las mujeres
podían existir en ambas esferas
la doméstica, restringida al hogar y a la familia,
y la pública, donde podía
y debía encontrar su puesto en sociedad.
Tuvo que llegar Eliza Haywood y su The Female Spectator para convencerme. En esta edición de 1929, que me he traído a casa, se recopilan varios artículos de la que fue la primera revista escrita por y para mujeres, publicada entre 1744 y 1746. En ella Eliza Haywood escribía sobre el papel de la mujer en sociedad, sobre su situación en el matrimonio, su educación, las normas de etiqueta que debía respetar… en fin, sobre un gran repertorio de temas en los que invitaba a sus lectoras a buscar su libertad fuera de los límites impuestos por la supremacía masculina.
Estoy segura de que va a ser fascinante descubrir estas reivindicaciones y ver si a día de hoy han sido superadas.

Y hasta aquí lo que dio de si la maleta; menos mal que no han sido muchos más sino escribo aquí la Biblia en verso :)
Espero que alguno de ellos os haya picado la curiosidad y si os decidís a comprarlo ¡que lo disfrutéis muchísimo!
Un beso y ¡felices lecturas!

Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith

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Ejemplar de la edición de bolsillo que
yo encontré de segunda mano.
Después de varios meses, por fin llega el momento de detenerme en Brooklyn y hablaros de esta historia. Espero hacerle justicia porque, no se vosotros, pero a mi a veces me tiemblan las manos sobre el teclado cuando intento hablar de una lectura que me ha gustado tanto. Aún así, bien vale la pena intentarlo.

Un árbol crece en Brooklyn es uno de esos libros que, desde el mismo instante en que son publicados,  dejan huella en varias generaciones de lectores.  Leído en los institutos, estudiado en los programas universitarios de literatura, la novela de Betty Smith es todo un símbolo de la novela norteamericana. 
Hablar de clásico es hacerle justicia; aunque para no asustar a posibles lectores, intimidados por este calificativo, mejor dejarme convenceos de forma sencilla, contandos simplemente que cuenta esta historia. 

Ilustración que aparece en la portada
de la primera edición de la novela,
publicada en 1943.
Francie Nolan, la joven protagonista, vive en el Brooklyn de principios del siglo pasado junto a su estrafalaria familia. Para ellos y para las gentes que habitan el barrio, en su gran mayoría inmigrantes europeos que buscan hacer suyo el sueño americano, ciertamente no corren tiempos fáciles.
La pobreza y los reveses de la vida quiebran ilusiones y endurecen los caracteres de quienes sufren. Pero los Nolan y en especial Francie luchan por salir adelante. 
Y es que una vida distinta puede empezar al otro lado del puente que les separa de Manhattan; Francie lo ha leído en los libros de la biblioteca pública que siempre le acompañan. Solo es necesario armarse de valentía y no perder nunca la esperanza.

"Cuando sea mayor y tenga mi propia casa, no pondré sillas de felpa, ni cortinas de encaje, ni flores artificiales. Pero si un escritorio como este en una sala de paredes blancas; una hilera de lápices amarillos, relucientes, siempre con la punta bien afilada, y un jarrón dorado con hojas de haya o alguna flor, y libros…libros…y más libros."

Podría continuar esta entrada sirviéndome únicamente de citaciones de la novela. Si vierais mi ejemplar, podríais ver la de montones de papelitos que señalan líneas, párrafos e incluso páginas enteras que no quiero olvidar.
Cuantas veces os he hablado de lo importante que son para mi esas historias con personajes y ambientes cuidados, bien construidos; al final acabaré por cansaros. Pero cuando tengo en las manos un libro como este no puedo más que reafirmarme.  Esta novela respira por si misma, late al ritmo de los corazones de sus personajes, la valiente Katie Nolan, el encantador Johnnie, la alegre Sissy o la sabia abuela Rommely.
Escenas de la vida en Brooklyn en 1910.
Sus páginas guardan los sueños, las perdidas, el dolor y la alegría de los habitantes de aquel Brooklyn popular y desfavorecido que la pluma de Betty Smith recreó con maestría. Solo una hija del barrio como ella, una de esas niñas que correteó por las sucias calles de Williamsburg podía haberlo logrado.  
Las calles, las casas, la comida, los trabajos, la escuela…La páginas de Un árbol crece en Brooklyn están llenas de olores, sonidos e imágenes que desbordan el papel: el olor de la taza de café que sacia el hambre de los Nolan, los pepinillos en vinagre que alegran el paladar de Francie, tan acostumbrado a la monotonía de las gachas, el árbol de navidad iluminado, el jarrón de flores de la librería…


Esa es una de las mayores riquezas de este libro, el que todos esos detalles de la vida cotidiana no sean simples trivialidades, sino el alma de la historia; determinan la vida de los personajes, sus costumbres, su identidad, pero sin caer en la tentación de adornar la realidad.
Betty Smith no escatima en mostrar la miseria de los Nolan. Ningún filtro romántico dulcifica su pobreza: ésta degrada, mina las oportunidades y el espíritu. Unos personajes caen en el camino, otros sobreviven y solo algunos, como Francie Nolan, florecen en la adversidad.

La autora de la novela,
Betty Smith.
Nunca olvidaré esa preciosa imagen de Francie leyendo sentada en la escalera de incendios. Ese momento en el que decide convertirse en escritora; su coraje, heredado de las mujeres Rommely y su sensibilidad irlandesa heredada de los Nolan.  En su paso de la niñez a la edad adulta, en ese aprendizaje entre sueño y realidad, Betty Smith escondió un poderoso mensaje: solo la valentía, el esfuerzo y sobre todo la educación pueden ayudarnos a vencer la adversidad. 

Los Nolan no dejaron más herencia a Francie y a sus hermanos que una lata con unos cuantos dólares y una tumba, únicas posesiones conseguidas en una vida de duras penalidades.  
Pero en su sacrificio, en ese deseo de que ellos tuviesen una vida mejor a la suya, legaron a sus hijos un bagaje lleno de riquezas que no pueden cuantificarse en dólares: la fuerza del cariño, el aprecio por las pequeñas cosas, la importancia del esfuerzo, las lecturas nocturnas de Shakespeare, los libros de la biblioteca pública… Esa es la verdadera salvia que necesita una persona para crecer fuerte y convertirse en una persona sana.  
Esa es la esperanza que simboliza ese árbol de Brooklyn, que crece y florece en los lugares más insospechados:
"Un árbol crece en Brooklyn. Algunos lo llaman el árbol del Cielo. Caiga donde caiga su semilla, de ella surge un árbol que lucha por crecer. Crece en solares delimitados por tablas entre montones de basura abandonada. Es el único árbol que crece en el cemento. Crece exuberante… sobrevive sin sol, sin agua, hasta sin tierra, en apariencia. Podríamos decir que es bello, si no fuera porque hay tantos de su misma especie."

Coup de coeur más que merecido
Han pasado por aquí muchos coups de coeur y siempre he deseado que los disfrutaseis tanto como yo. Esta vez no solo os invito a apuntarlo para leerlo algún día. Os pido el favor de leerlo cuanto antes para después regalarlo entre vuestra familia y amistades. Que poco a poco, el mensaje que esconde, llegué como una semilla y fructifique allí donde más falta haga. 
En estos momentos en los que la educación, la cultura y el valor del esfuerzo están en entredicho; cuando medrar y especular son garantía de éxito y admiración, hace falta leer y amar más libros como este.

De todo corazón, que disfrutéis de Un árbol crece en Brooklyn.

PD. Un árbol crece en Brooklyn ocupa el año 1943 en mi Century of Books.

Jamaica Inn de Daphne du Maurier

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En Francia están recuperando
toda la obra de Daphne en
edición de bolsillo. Vive
la France!
Todavía no puedo creer que haya dejado pasar tanto tiempo sin volver a leer a Daphne du Maurier. Si recordáis la entrada de mis libros de infancia y adolescencia allí aparecía Rebeca en uno de los puestos de honor. Este fue uno de esos libros que leí y releí sin tregua, sin que importase que ya conociese la intriga; cada vez que lo empezaba sentía el mismo placer, el mismo deseo de pasar a toda velocidad las páginas.
Desgraciadamente en aquella época mi nivel de inglés y francés dejaba un poco que desear y no pude seguir descubriendo la obra de Daphne. Han pasado más de diez años y seguimos sin disponer ediciones en castellano de sus libros. ¡Por favor editores denle una oportunidad! 
Aquí en Francia ya le han puesto remedio al asunto y prácticamente ya han reeditado la obra completa de Du Maurier en edición de bolsillo. Con una oportunidad así no iba a posponer el asunto mucho tiempo.

Escogí Jamaica Inn porque me apetecía muchísimo leer una novela de aventuras, una lectura que tuviese algo más de acción que las lecturas pausadas que me han acompañado estas últimas semanas. Además me acordé de lo mucho que me gustó la entrada de Magrat hablándonos de la adaptación que la BBC había hecho de la novela y no lo pensé dos veces.
Al leer la sinopsis de mi edición me di cuenta de que todos los elementos de la obra de Daphne Du Maurier parecían recogerse en esta historia, publicada en 1936: un universo sombrío, la atmósfera envolvente de la costa de Cornualles, un misterio por resolver…
En esta ocasión la encargada de desentrañarlo será Mary Yellan, una joven campesina testaruda y de fuerte carácter.

El verdadero Jamaica Inn que inspiró la historia, todavía
permanece intacto en la carretera que une Launceston y
Bodmin en Cornualles.
Corre el mes de noviembre de 1820 cuando se inicia la historia. Mary, que acaba de perder a su madre, no tiene más remedio que abandonar la granja donde ha crecido para irse a vivir con sus tíos a un recóndito paraje de Cornualles. 
Allí, en medio de los páramos, es donde se alza el siniestro albergue del que son propietarios los Merlyn, el albergue de la Jamaica.
Desde su misma llegada Mary debe enfrentarse al carácter violento de su tío, a su comportamiento extraño y a las amenazas continuas que este lanza sobre ella y sobre su atemorizada esposa. 
Sin derecho a preguntar, sin derecho a saber, Mary es consciente de que cosas extrañas y siniestras ocurren entre las paredes del aislado albergue: ¿por qué nadie se hospeda en él desde hace años? ¿por qué deben cerrarse las ventanas al anochecer? ¿de quien son los pasos sigilosos, y que traen los carros que llegan a la Jamaica una vez caída la noche?
Son cuestiones a las que Mary irá hallando respuesta poniendo en peligro su propia vida.


No quiero exagerar pero si os digo que me lo he leído en horas no estaría mintiendo. Definitivamente adoro a Daphne Du Maurier, su capacidad para evocar la atmósfera de los lugares en que ambienta sus historias. 
Con que pericia describe la siniestra silueta de la Jamaica, con los ruidos y murmuros que salen de sus paredes, con sus secretos inquietantes. Y que decir de la pintura que hace de los páramos desiertos azotados por el viento y la lluvia, de las tierras pantanosas cubiertas de brezo y espesas nieblas... si, es cierto que no llega a la maestría de Emily Brontë  pero es una muy digna sucesora.
Escenas de la adaptación de la BBC
Esa atmósfera gótica, la oscuridad que envuelve toda la novela y los misterios que esconde me atraparon por completo; desde esa primera escena en la que Mary viaja en un destartalado coche en dirección a la Jamaica, hasta la última en que se aleja de él. 
Puede que yo sea muy impresionable y aquellos que estéis acostumbrados a leer libros de terror encontréis muy ligero el toque siniestro de esta novela; pero el mismo horror que sintió Mary al descubrir a que se dedica realmente su tío es el mismo que sentí yo, aún estando a salvo en la seguridad de mi cama. 


Du Maurier no escatima en presentar un lenguaje crudo y muestras de violencia física y mental en las páginas de su novela; esto podría resultar incomodo para el lector, pero a mi parecer encajan tan bien con la personalidad de sus personajes, que no desentonan en absoluto.

No puedo negaros que los personajes son algo caricaturales y la novela hubiera ganado muchos puntos de haber estado más trabajados; Mary Yellan es incluso contradictoria en sus formas de actuar y en sus deseos. Me sorprendió que pese a tener una visión nada romántica del matrimonio y las relaciones de pareja, acabase actuando como lo hace. ¡Yo que pensaba que era una chica independiente y de armas tomar!

Pero estos pequeños peros no me han afectado en absoluto para disfrutar de la novela. Me atemoricé con Joss Merlyn y sus secuaces, me sorprendí al descubrir un nuevo misterio al final del libro y a pesar de sus modales bruscos y de algunos comentarios que por mi parte habrían merecido un buen gancho de derecha, también caí bajo los encantos de Jem Merlyn. Si, también tenéis un poquito de romance en medio de tantas idas y venidas por los páramos.

Jamaica Inn es una estupenda novela de aventuras, con un toque algo anticuado, pero poseedora del encanto de esas historias de piratas, naufragios y misterios que forman parte de la más pura tradición británica. Es cierto que no va a ocupar un puesto de honor en mi corazoncito, como lo hizo Rebeca, pero ha sido el impulso perfecto para abalanzarme sobre todos los libros de Du Maurier que caigan en mis manos.


Daphne Du Maurier
Ahora solo cruzo los dedos para que alguna editorial apueste por las obras de Daphne. Puede que no saquen muchos beneficios con sus ventas, al fin y al cabo las únicas "sombras" que hacen aparición por aquí son las que ocultan los páramos al acercarse una tormenta, pero por favor dadnos la oportunidad de disfrutar de autores tan especiales y brillantes como ella. 

¡Muy feliz y terrorífico Halloween a todos y felices lecturas!

PD. Una vez tan metida en la historia le di la oportunidad a la adaptación de la BBC y no podía haber quedado más satisfecha. Recrea a la perfección el ambiente de la novela y aunque han adaptado algunas cosillas creo que el resultado es más que correcto.  Eso si, me decepcionó un poco la interpretación de Jessica Brown Findlay como Mary Yellan. El que ganó muchísimos puntos fue el personaje de Jem Merlyn gracias a Matthew McNulty (así entre nosotras…¡que guapo es este chico!). Espero que la disfrutéis si os animáis a verla y sería una muy buena opción para esta noche de Halloween.

PD1. Jamaica Inn ocupa el año 1936 en mi Century of Books.

Octubre de la A a la Z

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Tiempo de crisantemos y de recoger hojas
secas.
A por l'Allée des brouillards, una de mis calles favoritas de París, cuyo nombre parece evocar las brumas otoñales que ya empiezan  a cubrir la ciudad.
B por el nuevo Biannually de Persephone, correspondiente a la temporada de otoño/invierno, que ha aparecido este mes en el buzón.
C por las primeras tazas de chocolat chaud de la temporada. No están tan ricas como las que hace mi abuelita, pero no queda más remedio que conformarse.
D por Dvorák y la melodía que compuso para el poema Songs my mother taught me de su compatriota Adolf Heyduk. No puedo evitar emocionarme cada vez que escucho el precioso diálogo que entablan los violines y el piano; cada vez que leo los versos que le inspiraron: "canciones que mi madre me enseñó en aquellos días lejanos, en los que rara vez desaparecieron las lágrimas de sus párpados…".
E por el espléndido documental Elles étaient en guerre que se estrenó este mes en la televisión francesa (el DVD sale a la venta el 5 de noviembre). A través de las vivencias de mujeres de excepción como Edith Warthon, Marie Curie, Rosa Luxemburgo y también de un gran número de heroínas anónimas, el documental recoge el testimonio, largo tiempo olvidado, de todas esas mujeres que sufrieron y combatieron en distintos frentes durante la Primera guerra mundial. Sindicalistas, espías  enfermeras, científicas y maestras; madres y esposas que tomaron las riendas de la vida cotidiana en un país a la deriva.
Las que hayáis leído Ellas solas de Virginia Nicholson encontraréis de nuevo las mismas emociones que os suscitó su lectura.
La plaza de la Sorbona a principios
de octubre.
F por el enorme ¡Felicidades! que le envío a mi querida Magrat por el tercer aniversario de Crónicas en ferrocarril. Mañana mismo vengo con más noticias frescas e irresistibles de esta celebración.
G por las dos enormes cajas de galletas caseras que nos ha enviado una tía de Jean. Madre mía la operación bikini de este año, va a ser operación sálvese quien pueda :)
H por este interesante artículo de Javier Marías, Hasta cuándo esperan los libros. Después de leerlo, solo puedo deciros que huyáis de los críticos que escriben alabanzas sin alma, por muy cursi que suene. 
I de injusticia. Ya se que la serie no era ninguna maravilla pero ¿por qué me  han cancelado Manhattan Love story a ver por qué? Cuatro capítulos y chimpún, ahí me he quedado sin saber que pasa :(
J de Jot Down y este artículo sobre el cine de época, rebautizado por el autor de tan magno artículo, como "cine de tacitas". Cuanto prejuicio y cuanta tontería.
K por el Pumpkin Spice Latte de Starbucks, la bebida estrella de la temporada otoñal y que está, buena no, buenísima. En Starbucks, para que nos vamos a engañar, no venden muy buen café; pero potingues varios  a cual más rico, los que hagan falta.
Tarde de chocolate y buenas lecturas.
L por la canción Let it go de Frozen. No puedo evitarlo; mis vecinos estarán adorándome en estos momentos, pero yo no puedo parar de cantarla en bucle como si fuese una diva de  Broadway :)
M de Middlemarch, el universo creado por George Eliot en el que he estado viviendo durante muchos días de este mes. Que cantidad de cosas tengo que contaros de esta lectura.
N por la novedad editorial que más feliz me ha hecho en mucho tiempo. Por fin ha salido publicada La saga de los Forsyte en castellano. Una ola y una reverencia para la editorial Reino de Cordelia.
O por las imágenes incomparables del otoño de Nueva Inglaterra. Ojalá pueda verlo algún día.
Las chicas más adorables de Perú :)
Fue un auténtico placer pasar
esos ratitos con vosotras.
la P de este mes es muy especial para mi y tiene nombre propio, Pilar. Hace unas semanas vino desde Perú para cumplir su sueño de visitar Europa, y en su escala parisina, tuve el placer de conocerla a ella y a sus dos amigas. 
El blog me ha regalado momentos preciosos, pero ninguno puede compararse a este. En el instante en que nos encontramos, en el lugar donde fijamos nuestra cita, Pilar y yo, que ni siquiera nos habíamos visto antes en foto, nos abrazamos y para mi fue como reencontrarme con una vieja amiga. 
Por las calles de París hablamos de libros, de películas, de moda, de chicos, de tradiciones y de la cultura de nuestros distintos países. Nunca olvidaré esos paseos que compartimos y, aunque se hizo corto y me dio muchísima pena despedirla, me llevo la alegría de haberla conocido y de poder llamarla amiga. 
¡Espérame en Lima Pilar!
Q por los kilos de setas que mi padre y mi tío cogieron siguiendo la tradición anual. Lo suyo si que es pasión, con los madrugones y las caminatas que se pegan.
R por el regalo que me trajo Pilar de Perú; un precioso gorro peruano que guardaré siempre con muchísimo cariño.
S sin ninguna duda va para Sleepy Hollow. No hay Halloween posible si no veo la película y el corto que hizo Disney. ¡Me encantan! 
La moda de los chales se inició
a principios del siglo XIX y
duraría toda la centuria. Aquí
os he seleccionado algunas
pinturas que reflejan la tendencia.
la T va para una de las tendencias de este otoño que más me gustan, las enormes bufandas que podemos usar también como capas y ponchos. Aquí, aquí, aquí y aquí podéis ver algunos ejemplos. Lo que más me gusta es ver como la moda gira en un círculo eterno. Nada más cierto que la expresión: "Todo vuelve". Mirad a la izquierda otros usos de los maxi chales y bufandas a principios del siglo XIX.
U de la nueva novela de Daphne du Maurier que me he traído a casa. Su título en francés es L'amour dans l'Âme, el original The loving Spirit. Fue su primera novela y estoy deseando leerla.
V por la visita al recién inaugurado Musée Picasso de París. La cantidad de obras expuestas es apabullante y aunque siempre es una buena experiencia conocer artistas y vanguardias diferentes, me temo que Picasso y yo no acabamos de entendernos. Lo que me enamoró fue la escalera principal del palacio que alberga el museo. Una maravilla. 
W por esta preciosa galería de fotografías que muestran la evolución del Women's workwear (es decir la ropa de trabajo usada por mujeres) en el mundo de las oficinas.
La escalera del Musée Picasso
X por la exposición que acaba de inaugurarse en el Musée du Luxembourg sobre Paul Durand-Ruel, el gran marchante de arte del siglo XIX, que descubrió y apostó por los Impresionistas. No hemos podido ir a verla todavía, pero queda apuntada para la agenda de noviembre.
y por último la Y y la Z van juntas este mes en el nombre de Eliza Doolittle y su canción Pack Up. Alguién muy querido me ha dicho: "Hay que tener siempre la mochila llena de esperanza y positividad". Para eso hay que hacer caso a la canción, "Empaca tus problemas en tu vieja mochila y entiérralos bajo el mar"
Cruzo los dedos por ti y por esa llamada :)

¡Muy feliz noviembre a todos!

11 de noviembre, día de amapolas y acianos.

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Instantáneas de la guerra en las que las mujeres también
toman protagonismo. No puedo dejar de recomendaros el
impresionante documental Elles étaient en guerre o el
libro de Virginia Nicholson, Ellas solas. No os arrepentiréis.
Hoy, al igual que en Gran Bretaña y los países de la Commonwealth, es día festivo en Francia. Bajo el nombre de Jour de l'armistice o Jour du souvenir, el país honra la memoria de todos los combatientes que perdieron la vida en la I Guerra mundial (y en los conflictos posteriores), al tiempo que  conmemora la firma del armisticio que el 11 de noviembre de 1918 puso fin a la Gran guerra.

Una guerra que se saldó con cerca de un millón y medio de muertos entre las filas francesas y, aunque varían las cifras, casi diez millones de víctimas en el cómputo global. 
Puede que al leer esta cifra en un manual escolar, en un ensayo o en un artículo de internet, no lleguemos a comprender la magnitud de la tragedia humana que supuso la guerra. Es fácil al acercarse a la Historia notarla fría, casi impersonal; una danza de fechas y acontecimientos en los que el hombre, su gran protagonista, termina desdibujándose. 
Pero tras esa cifra de diez millones de muertos, a la que se añaden seis millones de mutilados, se esconde la historia de varias generaciones de personas diezmadas y golpeadas por el horror y la tragedia. 

Han pasado cien años desde entonces y hoy no queda ningún veterano con vida. Con veterano me refiero a aquellos que combatieron activamente en alguno de los ejércitos combatientes. La última, Florence Green, miembro de la Women's Royal Air Force, murió en Inglaterra en febrero de 2012 a la edad de 110 años. Aquellos que cada país bautizó con su propio apelativo: poilus franceses, tommies británicos, diggers australianos o sammies estadounidenses, solo viven ya en la memoria colectiva. 


Cuando haya terminado la lectura de todos ellos
os hablaré con calma y os recomendaré los que
para mi se hayan convertido en imprescindibles.
Con motivo del centenario del estallido de la IGM, mucho se ha hablado y escrito sobre ellos en los últimos meses. Casi semanalmente han aparecido en la prensa  artículos y reportajes sobre la contienda, y en los antiguos países beligerantes se ha producido una verdadera fiebre por las exposiciones, las emisiones televisivas, los documentales y, como no, por las publicaciones editoriales. 

Esta producción documental es sin duda necesaria y ojalá no quede como el simple resultado de una mera moda conmemorativa.  
Lo idóneo sería que los ciudadanos se acercasen a todas esas fuentes que tienen al alcance de la mano; que se interesasen por indagar, leer y encontrar al hombre que se esconde tras las cifras globales; solo así, conociendo los errores cometidos en el pasado, podrían realizar el necesario proceso de reflexión que requiere un acontecimiento como este.

Uno de los mejores homenajes que pueden hacerse hoy es abrir un libro sobre la I Guerra mundial. Tenéis muchísimo donde elegir: ensayos, novelas, poemarios... A principios de año LittleEmily propuso para su reto 1914 una interesante recopilación de la que podéis sacar muy buenas sugerencias.

En mi caso elegí los libros que veis agrupados arriba a la derecha. A día de hoy he leído cinco de ellos, y en estos momentos tengo entre manos la novela Wilfred and Eileen. Una lectura preciosa y desgarradora que me está encantando.


En esta mañana de celebraciones tenemos puesta la televisión para escuchar atentamente los discursos que van pronunciando los distintos dirigentes. Son grandilocuentes y llamativos, como lo son las coronas de flores que van depositando sobre los monumentos a los caídos o las tumbas del soldado desconocido. Pero yo hoy, no veo nada más bello y emotivo que la imagen de dos pequeñas flores silvestres: las amapolas y los acianos
Están sujetas a la solapa de hombres y mujeres o bordadas en banderas y en estandartes. En la Torre de Londres una alfombra de amapolas tiñe el suelo de rojo. Y a los pies del Arco del Triunfo en París resplandece con todo protagonismo el azul profundo des bleuets
A la izquierda el poema In Flanders fields escrito en 1915
por el  teniente coronel canadiense John Mc Crae en memoria
de un amigo caído en el campo de batalla. A la derecha un
poilu francés sobre los acianos que inmortalizó en su poema
de 1916 Alphonse Bourgoin. 
Muchos conoceréis el emotivo significado que esconden estas dos flores, pero por si acaso queda algún despistado, dejadme que os cuente su historia. 
Se dice que en los campos de Flandes, donde tuvieron lugar algunas de las batallas más cruentas de la guerra, en medio de la desolación y la muerte, casi como un milagro, siguieron creciendo amapolas y acianos. 
Dos poetas, testigos de la guerra, decidieron inmortalizar con sus versos la imagen de esperanza que representaron estas flores en medio de la barbarie. Así nacieron los poemas In Flanders fields y Bleuets de France
Ambos fueron utilizados como un medio de propaganda patriótica, es cierto, pero también como un sencillo y sentido homenaje a los caídos. 

Una vez finalizada la guerra, amapolas y acianos, quedaron ligados para siempre a los antiguos combatientes y aquellos que sobrevivieron, en muchas ocasiones con graves mutilaciones, usaron las pequeñas flores como medio de sacarse un sustento vendiéndolas a los pasantes en días señalados. 
Por eso, si queréis homenajearles de algún modo, leed hoy alguna historia que hable de ellos y adornad vuestra casa con alguna pequeña flor de amapola o aciano, aunque sea de papel. Estoy segura de que cuando las veáis alegrando los campos la próxima primavera ya no las mirareis con los mismos ojos. 
Es la última foto que me quedaba por enseñaros de nuestro viaje a Londres.
La de la impresionante alfombra de poppies que cubre la Torre de Londres.
Me despido pues con esta imagen y con el poema que la inspiró:

"En campos de Flandes las amapolas se funden
entre las cruces, hilera a hilera,
es la marca de nuestro sitio; y en el cielo
las alondras, lanzando aún su valiente grito, vuelan
sin que nadie las sienta aquí entre los cañones.

Muertos estamos. Días antes 

vivimos, sentimos, vimos crepúsculos rojizos,
amamos y fuimos amados, y ahora reposamos
en los campos de Flandes.

Retomemos nuestra lucha con el enemigo:

de nuestras inertes manos te lanzamos la antorcha;
es ahora tu tarea mantenerla bien alta.
Si nos traicionas a nosotros que dimos la vida, 
nunca descansaremos, aunque las amapolas crezcan
en los campos de flandes."

¡Feliz día y muy fecundas lecturas a todos!

PD. Aquí tenéis la lista de lecturas sobre la I Guerra mundial que me he fijado para este año: (solo faltaría añadir el magnífico ensayo Sonámbulos del historiador Christopher Clark. Disfruté de la primera a la última página. Bien escrito, bien documentado y fascinante en el tratamiento que hace de la situación en los Balcanes como importante detonante del conflicto)
- The lie, Helen Dunmore (novela)
Adiós a todo eso, Robert Graves (autobiografía)
- Despertar, Anna Hope (novela)
- El fuego, Henri Barbusse (novela)
- Pierre et Luce, Romain Rolland (novela)
- La canción del cielo, Sebastian Faulks (novela)
- Expiación, Ian McEwan (novela)
- Testament of Youth, Vera Brittain (memorias)
- Wilfred and Eileen, Jonathan Smith (novela)

¡A casa!

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Antes del despegue cuando todavía era feliz.
Momento pre-turbulencias.
¡Hola a todos! 
Antes que nada os pido disculpas por no haber  contestado todavía vuestros comentarios en las últimas entradas; me hace muchísima ilusión el cariño con el que acogéis y comentáis cada publicación y me sabe muy mal demorar tanto el contestaros... (esta tarde recuperaré conversaciones pendientes).
El principal motivo del desaguisado es que durante estas últimas semanas he tenido que ponerme las pilas y adelantar horas de estudio, porque hoy, por fin…¡os escribo desde Alicante!
Han pasado muchos días desde la última vez que estuve aquí, allá por principios de agosto, y no os podéis imaginar las ganas que tenía de pisar mi casa.

Ayer de buena mañana cogimos nuestro vuelo en el aeropuerto de Orly y pusimos rumbo al sur. Yo iba con mi estrés habitual antes de volar, y aunque crucé los dedos de todas las formas posibles, los de los pies incluidos, no tuve buena suerte. Hacía un viento de mil demonios y las turbulencias fueron lindas de ver. 
Yo que me había pertrechado de buenas lecturas para disfrutar del viaje, vi mi gozo en un pozo. Os prometo que no leí ni cuatro líneas seguidas. Ni siquiera de las aventuras de la Dama de provincias que tanto me gustan. Menos mal que las fotos de las revistas tuvieron en mi un efecto más calmante.
De no haber sido por Jean, os juro que al aterrizar en El Altet hubiese besado el suelo cual sumo pontífice :)


"Hacer una pausa, reflexionar y maravillarse".
¿acaso eso no es lo que proporciona una buena
lectura?
Como voy a estar por aquí bastantes días he pensado aprovechar la ocasión para invitaros a dar un paseo por mi ciudad. Encontraréis en la visita mi recorrido habitual de librerías, compras literarias, buenos sitios para merendar y un poquito de mar. Espero que os guste y os sea útil por si algún día recaláis por Alicante.  

Por hoy nada más, me despido deseando que paséis un gran fin de semana y como siempre muy buenas lecturas. ¡Un beso grande!

PD. En el aeropuerto compré por primera vez la revista francesa Simple Things y me ha conquistado completamente, tanto su estética como su contenido. 
El lema de la publicación es disfrutar "el placer de las cosas simples" y para mi no podría tener uno mejor. Me ha recordado muchísimo a la revista The lady y una de las mejores sorpresas que me han dado sus páginas es encontrar la fotografía que veis a la derecha, ¡una buena montaña de libros grises recomendados en la sección de lecturas! Si es que el amor por Persephone se contagia.

Librerías y cafés de Alicante

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Los mejores sitios para pasear por Alicante son la Explanada y el puerto,
el Paseito Ramiro y el mirador de la calle Virgen del Socorro. Si quereis
disfrutar del mejor ambiente para comer, tomar unas tapas o una copa id
a la Calle Castaños y sus alrededores.
Ya estoy de vuelta en Francia y como prometido aquí os traigo el recorrido de librerías y cafeterías que no me pierdo cada vez que regreso a Alicante.
Creo que durante estos últimos diez días he vivido en ellas tanto tiempo como en mi propia casa; pero es que, pocas cosas pueden superar un desayuno, una merienda o una cena  con los amigos de siempre o una visita a tus librerías de toda la vida ¿verdad?

Algunas de vosotras me comentasteis que visitasteis Alicante hace unos años y como al echar la vista atrás tengo la impresión de que la ciudad no ha cambiado demasiado, creo que no tendréis problema en reconocerla hoy, tal y como era entonces. (bueno quizá debáis añadirle unos niveles de corrupción y suciedad difíciles de soportar, pero como estos temas dan para una Biblia de entradas, mejor pasemos a cosas más agradables).

Como ciudad turística que es, Alicante cuenta con muchísimas cafeterías para todos los gustos y bolsillos, desde las más tradicionales como la Chocolatería Valor de la Explanada a lo más parecido a un Starbucks que tiene la ciudad, el Canada Cupcake Café. No se si pasará lo mismo en vuestras respectivas ciudades, supongo que si, pero la fiebre de los cupcakes y demás repostería americana ha pegado fuerte por aquí.
Aún así, lejos de las modas pasajeras, hay cuatro lugares que para mi son imprescindibles; sitios acogedores y cálidos que te hacen sentir como en casa. Todos ellos tienen un montón de cosas ricas para comer, tanto dulces como saladas. Si alguno os acercáis por aquí no dudéis en probar el carrot cake de Magnolia Café, el cupcake de brownie de Las Manolitas, el de Oreo de Mandarina Garden o la tarta de limón o nutella de Pequeña Luisa. ¡Pedacitos de cielo en una mesa!


Escaparate de Las Manolitas, merienda en Mandarina Garden, primeros
toques de Navidad en Magnolia Café y tarde de lluvia en Pequeña Luisa.
Mi único consejo es que evitéis Magnolia o Mandarina Garden en la hora de la salida del cole; como ambos sitios están pensados también como jardín de juegos para niños puede ser algo molesto si os gusta la tranquilidad o queréis disfrutar de una buena conversación.
Si no os molesta demasiado y os gustan los niños entonces lo pasareis pipa solo con verles las caritas de ilusión que ponen ante tantas actividades divertidas pensadas para ellos.

Y después de una buena merienda, nada mejor que una ronda de librerías. En un mapa que os dejaré al final de la entrada os he marcado las que me gusta visitar. Como veis están en una zona muy cercana y en el mismo radio de acción encontraréis también la Fnac y La casa del libro…así que buen filón de libros en perspectiva.

La verdad es que para una ciudad del tamaño de Alicante a mi me parecen poquísimas, pero que le vamos a hacer, en los últimos años casi todas las librerías independientes de la ciudad han ido cerrando sus puertas, así que lo único que ruego es que las supervivientes nos duren muchos años.

Si lo que buscáis son libros a buen precio, nuevos y de ocasión, no dudéis en acercaros a Dante Libros. La librería no es muy grande y está abarrotada de ejemplares, pero si no os molesta rebuscar entre montoncitos de libros y tenéis un poquito de paciencia, estoy segura de que saldréis de allí con las manos llenas. Otro sitio donde podéis conseguir ejemplares descatalogados o ediciones preciosas es la tradicional Librería Raíces. Este tienda, totalmente decorada en madera, es una auténtica puerta de partida al pasado. Cada vez que entro tengo la impresión de colarme en la librería del Señor Koreander. Haced la prueba y ya me diréis si os pasa lo mismo.


Cuatro librerías que son casi como Los cuatro fantásticos, sobreviven a la
hecatombe :)
En 80 Mundos, la gran heroína de las librerías independientes alicantinas, encontrareis todas las novedades editoriales junto un gran fondo de ficción y ensayo (aquí fue donde compré la mayoría de los libros que necesité para la Universidad).

Y por último tengo que hablaros de la que es sin duda la librería más bonita de Alicante, Pynchon&Co
Hace apenas unos meses que abrió sus puertas y sin duda su inauguración ha sido una de las mejores noticias que hemos recibido los lectores de la ciudad. 
Pynchon&Co parece hacer suya la premisa de la novela de Laurence Cossé "La buena novela" y en sus estanterías solo conserva libros que, por méritos evidentes, merecen ser leídos. 
Me encantó observar con calma la cuidada selección que han hecho, el ambiente de quietud que se respira, la decoración que han escogido para la librería y los sillones mullidos que invitan a sentarse para ojear con comodidad una posible compra. De veras que cruzo los dedos con fuerza para que tengan éxito con su valiente y necesaria apuesta. 


Interior de Pynchon&Co, con diferencia la librería más bonita que tenemos
en la ciudad.
Y con las fotografías del interior de Pynchon&Co hemos llegado al final de la visita. 
Como veis el recorrido librero ha sido más corto de lo que desearía, pero por lo menos he podido mostraros esos reductos de la lectura, escasos pero valientes, que conserva mi ciudad.  
No los encontraréis recomendados en las guías turísticas, ni en boca de nuestros insignes gobernantes, que siguen empeñados en hacer de esta ciudad la meca del turismo de sol y playa más rancio. 

Solo espero que algún día por fin se den cuenta de que el espíritu, al menos ese espíritu crítico que nos hace humanos, no se alimenta únicamente del azul radiante de nuestro mar, de la luz, la fiesta y el buen clima de nuestra tierra; que se den cuenta de que la diversión y la cultura están lejos de ser incompatibles.

Un beso muy grande a todos y muy felices lecturas.

Cafés:
Magnolia Café, Avenida Alfonso X el Sabio, 38
Las Manolitas, Calle Canalejas, 20
Mandarina Garden, Calle del Teatro, 44
Pequeña Luisa, Calle París, 1

Librerías:
Librería Raíces, Calle Álvarez Sereix, 8
Librería Dante, Avenida de Salamanca, 11
Librería 80 Mundos, Avda. del General Marvá, 14
Pynchon&Co, Calle Poeta Quintana, 37
Casi todas las recomendaciones se encuentran en las inmediaciones de la
Plaza de los luceros. Si queréis descubrir el patrimonio histórico de la
ciudad tendréis que dirigíos hacia las faldas del castillo de Santa Barbara.

IMM 13, la maleta de noviembre.

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Resultado de mi recorrido de librerías alicantinas.
Como manda la tradición no podía dejar de enseñaros los libros que compré durante los días que pasé en Alicante. Bueno excepto uno de ellos que fue una sorpresa que encontré cuando llegué a casa.
Todos provienen de las librerías que os mostré en la entrada de ayer, y como siempre la montaña está formada por libros nuevos y de ocasión.
Veámoslos con detalle.

Que verde era mi valle de Richard Llewellyn. No podéis imaginar las ganas que tenía de leer este libro. Cada vez que veía la edición francesa en las librerías quería llevármelo a casa; pero, como siempre guardé la esperanza de encontrarlo en castellano, esperé y esperé hasta que por fin lo he encontrado.
Esta es la valerosa y dramática historia de una familia de mineros galeses en los albores del siglo XX. El retrato fidedigno de la lucha del pueblo galés por defender su lengua, sus tradiciones y su cultura contra las presiones del poder centralizador inglés (como veis un tema que guarda paralelos actuales en nuestro país y en otros puntos de Europa).
Creo que este va a ser el primer libro que lea ambientado en Gales y como la problemática que toca me interesa muchísimo estoy segura de que lo voy a disfrutar. Bueno crucemos los dedos por ello :)

Círculo de amigos de Maeve Binchy. Hace ya algunos meses leí mi primera novela de Maeve Binchy, The Copper Beech (no traducida al castellano) y disfruté bastante de la historia y sobre todo del estilo de la autora. Algo en él me recordaba a mi querida Rosamunde Pilcher. Quizá el cuidado con el que retrata el carácter de sus personajes, su día a día en pequeños pueblos, los secretos familiares y sus consecuencias; por eso, cuando vi de ocasión Círculo de amigos no dudé en traerlo conmigo.
La novela narra la historia de dos amigas de la infancia que desde su pequeño y apacible pueblo se trasladan a Dublín para entrar a la Universidad. Allí entre nuevas amistades y sueños de independencia intentarán encontrar su camino.
Esta es una de esas historias ligeras y agradables que me gusta tener bien a mano en la estantería.

Historia de dos ciudades de Charles Dickens. Creo que este necesita poca presentación. Hace ya muchos años que lo leí y con cuanto cariño lo recuerdo. La visión de Dickens sobre la Revolución francesa es lo que podríamos llamar "sensacionalista", pero es una trama absolutamente apasionante que estoy segura disfrutareis.
Como mi edición tiene tantos años y una letra minúscula, no me pensé un instante el sustituiría por esta de Alba Minus. Cualquier título de esta colección es una apuesta segura y el precio…¡un sueño tratándose de Alba!

La canción del cielo de Sebastian Faulks. Allá por el mes de Octubre Polly publicaba sus impresiones sobre La canción del cielo, una novela sobre el amor entre un joven inglés y una mujer  francesa ambientada en la IGM. Fue tan fuerte el sentimiento con el que escribía sobre ella y tan bonitas las palabras que le dedicaba que yo no pude dejar de apuntar el libro en lo más alto de mi lista de deseos. Al verlo de ocasión en Dante libros, lo cogí rauda como el rayo.
En la contrapartida de mi edición solo aparece esta carta escrita por Stephen, el protagonista de la historia, a Isabelle la mujer de la que se enamora al principio de la historia:
"Querida Isabelle:
Tengo miedo de morir. He visto lo que los obuses pueden hacer. Temo permanecer herido todo el día en el embudo de una bomba. Isabelle, me asusta terriblemente morir solo, sin el contacto de alguien. Pero debo dar ejemplo.
Tengo que avanzar a primera hora de la mañana. Permanece junto a mí, Isabelle, permanece junto a mí en espíritu. Ayúdame a conducir a mis hombres a lo que nos aguarda.
Con mi amor, siempre, Stephen."
Amor, guerra, quizá segundas oportunidades para ser feliz…son temas de los que nunca podré cansarme. Gracias Polly por la recomendación y ojalá pueda disfrutarlo tanto como tú.

La saga de los Forsyte de John Galsworthy. Poco más puedo añadir para alabar este libro a lo que ya os dije en su reseña. El año pasado se convirtió en una de mis mejores lecturas y sin duda pasó a engrosar la estantería de libros inolvidables que he ido recopilando en mi camino lector.
Leer a los Forsyte es vivir inmerso en la Inglaterra eduardiana, en sus tradiciones y en sus rupturas. Es formar parte de una familia poderosa en la que el dinero y la propiedad son norma y ley. Es asistir a su caída bajo la fuerza de la pasión por el arte, por el amor y por la vida libremente escogida. En definitiva, es sostener un mundo agonizante entre nuestras manos lectoras.

Ahora tenemos la oportunidad de disfrutarlo en castellano y creedme, vale cada uno de los preciosos euros que cuesta. Siempre temo recomendaros un libro con tanta convicción, ya que nada hay más personal que el posible disfrute de una lectura; pero creo de corazón que no me equivoco al recomendaros La saga de los Forsyte, sobre todo a todos los que amáis la literatura inglesa. Cruzo los dedos bien fuerte para no equivocarme.

Al igual que Evelina, otra de las joyas publicadas por
d'Época, Philippe Derblay está bellamente ilustrado.
Philippe Derblay de Georges Ohnet. Y para poner el broche final, otra de las joyas de la corona, un nuevo ejemplar de la editorial d'Época. Al igual que me pasa con Alba siempre es una odisea decidirme por uno de sus títulos; pero en cuanto leí la sinopsis de Philippe Derblay y vi que era comparado con Norte y Sur, no me pude resistir.
Tiene todos los ingredientes necesarios para gustarme: lucha de clases, intereses y sentimientos, una vívida descripción de la sociedad francesa de finales del siglo XIX…vamos que estoy casi segura de que la historia de amor de Claire y Philippe no va a dejarme indiferente.
No se si el estilo de Ohnet será tan atractivo como la trama que plantea, pero de todos modos si consiguió cautivar de tal manera a los lectores franceses de la época (nada más y nada menos que 400 ediciones de la novela) sin duda también tendrá un buen efecto conmigo.

Y hasta aquí el contenido de la cesta. Como veis un grupo de libros bien gorditos y muy deseados que espero me den grandes satisfacciones. Si habéis leído alguno de ellos será un placer saber que os han parecido y si tenéis alguna sugerencia de lectura que se les parezca, será más que bienvenida.

Un beso grande a todos y muy felices lecturas.

Middlemarch de George Eliot

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Edición de Cátedra, con letra
pequeña,  pero valiosa como
siempre en su estudio crítico
inicial.
Han pasado ya muchas semanas desde que lo terminé y durante todo este tiempo no he podido evitar preguntarme ¿como puedo empezar a hablarles de Middlemarch? ¿como hablarles de un libro en el que he perdido la noción del tiempo, en el que he habitado?

Cierto es que impone un poco, con sus más de 900 páginas y la infinidad de tramas y personajes que esconde; pero, tal y como me ocurrió con Moby Dick, tuve la corazonada de que valdría la pena llegar hasta la última página…¡y vaya si lo ha valido!

Han transcurrido 142 años desde que Middlemarch fue publicada, primero por entregas  y finalmente recopilada en un solo volumen en 1874. Su aparición se saldó con un enorme éxito para George Eliot y durante todos estos años, salvando algunas desavenencias, ha conservado el elogio de la crítica  y lo que es esencial, el cariño de los lectores. 
Vista rural que podía asemejarse a Middlemarch
Sintetizar la trama de Middlemarch no es tarea fácil; pero si os fijáis en su propio título completo, "Middlemarch: un estudio de la vida en provincias", tendréis la pista necesaria.
Eso es exactamente lo que narra la novela, los entresijos cotidianos de un pequeñao municipio de las Midlands a principios del siglo XIX.

Entre sus páginas asistiréis al lento devenir de los días, las estaciones y los años e iréis siendo testigos de la vida de sus habitantes, los conflictos morales y políticos a los que deben enfrentarse y por encima de todo las relaciones de afecto, amor y odio que tejen entre si. 


Si Eliot decidió ambientar su novela en 1830 no fue algo casual. Y es que las primeras décadas del siglo XIX fueron una época de enormes transformaciones económicas, sociales y culturales para Inglaterra. Por eso utilizar estos años como friso narrativo de su novela permitió a la autora hablar sobre los avances hechos en medicina, la reforma política que preveía la ampliación del sufragio, la primera expansión del ferrocarril, la educación o el papel de la mujer en sociedad. 
Una infinidad de temas abordados con fineza, maestría y una capacidad de observación extraordinarias.
Las tres parejas protagonistas: Dorothea y Will, Lydgate y
Rosamond y Mary y Fred.
Middlemarch es ante todo una historia rural, uno de esos libros como Cranford de Gaskell, Las Torres de Barchester de Trollope o las posteriores novelas de Thomas HardyLibros, anclados en la más pura tradición inglesa, en los que prima el complejo entramado de relaciones sociales propios de una pequeña comunidad. 
Así, en el ficticio municipio de Middlemarch, asistimos a cotilleos, peleas de herencias, rivalidades electorales, celos, escenas públicas en tabernas e iglesias u otras más íntimas y hogareñas en los distintos hogares del pueblo. Hogares como el del rico Featherstone, el de la encantadora familia Garth, el de los altivos Vincy o la fría mansión del erudito Casaubon.

Si os gustan las novelas rurales plagadas de provincianos parlanchines entonces disfrutaréis con muchos pasajes de la novela. Pero no quiero llevaros a equívoco; esta no es una novela de entrañables escenas, varios enredos y un matrimonio feliz como broche final. Middlemarch responde con creces a su título de "estudio" y como tal analiza hasta el más mínimo de los impulsos humanos, tanto los buenos como los malos, dejando al descubierto las terribles consecuencias que pueden traer consigo. 
Uno de esos impulsos, el de contraer matrimonio, ocupa el corazón de Middlemarch y no hay frase más significativa que esta en casi toda la novela:"el matrimonio, que ha sido el final de tantas narraciones, es aún el gran comienzo…".

Eso es lo que descubrirán las tres parejas protagonistas: la formada por Dorothea Brooke y Will Ladislaw, Tertius Lydgate y Rosamund Vincy y finalmente Fred Vincy y Mary Garth. Todos ellos llenos de ilusión, anhelos y esperanzas al inicio de la novela verán el abismo que separa el futuro idealizado, con la realidad que siempre termina imponiéndose.  Unos como Fred y Mary conseguirán la felicidad que anhelaron pero Dorothea y Lydgate no tendrán tanta suerte.
Ambos personajes son comprometidos, apasionados y no desean otra cosa más que dejar su huella en el mundo; no con aspiraciones egoístas sino como recompensa por   haber hecho el bien o haber mejorado la vida de quienes les rodean. Pero el matrimonio, de una u otra manera, terminará por truncar sus ambiciones o bien transformarlas por otras más modestas.
Una tarde tranquila en Middlemarch
Ese es el núcleo central de Middlemarch la necesidad de afrontar la pérdida de los sueños, las desilusiones que la vida trae consigo. Lydgate se verá atado de por vida a un matrimonio destrozado y Dorothea, después de un desastroso primer matrimonio, terminará por conocer el amor gracias a Will Ladislaw, pero sacrificando a cambio dinero y aspiraciones.

La novela como vais intuyendo dejó en mi una sensación agridulce, un poso de profunda tristeza; pero al pasar la última página  pude entender porque Middlemarch es una obra maestra.

Por sus temas de reflexión, por la maestría y la fineza con la que Eliot los expone; por todas las emociones que desfilan a través de sus personajes en cada una se sus historias, uno comprende porque es una obra maestra.
Pocas veces he sentido tanto tener que despedirme de unos personajes. Ninguno, os prometo que ninguno, me ha dejado indiferente. He sentido compasión, admiración, tristeza y alegría por cada uno de ellos. Han despertado en mi una gama de sentimientos difíciles de olvidar.
Y aunque la pluma analítica de Eliot, en su afán por moralizar, tienda a veces a excederse en cavilaciones y digresiones, no puedo hacerle reproche alguno.

Retrato de George Eliot.
George Eliot escribe sobre la realidad del día a día. Ilustra como a veces la vida nos obliga a renunciar a algunas de nuestras ilusiones; pero la lección es, que pese a todo, hay que seguir adelante, afrontando la realidad, aferrándose a lo valioso que tenemos al alcance de nuestra mano. 

Durante toda su carrera, primero como crítico literario, y después como escritora, Eliot defendió el realismo en la literatura criticando como bien quedó demostrado en su brillante libro "Novelas tontas de ciertas damas novelistas" las tramas ridículas y triviales, la ficción idealista y rocambolesca.
Middlemarch cristaliza en sus páginas la lucha de su autora por presentar la vida tal y como es, con sus luces y sus sombras. Y aunque en él no existan héroes ni heroínas, (aunque para mi Dorothea se haya convertido en una), sus personajes representan a todos esos héroes anónimos que quizá no acometieron y cumplieron grandes sueños, pero también fueron parte activa de la Historia.

No puedo evitar compartir con vosotros las últimas y brillantes líneas de la novela:
"…el creciente bien del mundo depende en parte de hechos sin historia, y que las cosas no sean tan malas para ti y para mi como pudieran haber sido, se debe en parte a los muchos que vivieron fielmente una vida oculta, y descansan en tumbas no frecuentadas".

Esperando de corazón que lo disfrutéis tanto como yo, solo me queda desearos ¡muy felices lecturas!

PD. Os recomiendo tener bien a mano una novela que os proporcione altas cotas de felicidad. Puede venir muy bien tras la lectura de Middlemarch :)

Noviembre de la A a la Z

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Árboles desnudos y las últimas flores del año.
Con unos cuantos días de retraso aquí tenéis el de la A a la Z del mes de noviembre. Este será el último del año que  haga conservando su forma habitual de batiburrillo de ideas. En diciembre os espero con uno un poquito más especial.
¡Que lo disfrutéis!

A por amapolas y acianos, dos flores que seguirán floreciendo cada noviembre en recuerdo de una cruenta guerra.
B por la belleza del anuncio de Sainsbury's que rememora la tregua que el ejército británico mantuvo con el ejército alemán en la navidad de 1914. Mucho se ha criticado el que una cadena de supermercados utilice la guerra como reclamo de ventas; también el hecho de que muestre solo una cara amable de la guerra. Pero creo que mostrar que hasta en los momentos más oscuros nos queda un trazo de humanidad y solidaridad no es tan mala idea ¿verdad?.
C por las canciones de Creedence que mi padre adora y que estuvimos escuchando juntos durante los días que pasé en casa. ¡Gracias por descubrírmelas papá!
D de despedida, la de mi querido Chespirito. Para mi siempre estará asociado al Chavo del ocho y a mi abuelito Manuel. Cuantas tardes pasamos juntos riéndonos con sus tejemanejes y que rabia me daba cada vez que él me llamaba Chilindrina.
¡Los tres mosqueteros! Y Jean
D'Artagnan de fotógrafo oficial :)
E por la exposición sobre Sade que fuimos a ver en el Musée d'Orsay. Un choque visual que, a través de cuadros y fragmentos de las obras del escritor, muestra a la perfección la violencia y la crueldad que el deseo puede engendrar. Impactante sería la palabra perfecta para definirla.
F por el frío que por fin ha llegado con fuerza. Esta semana han caído los primeros copos y se preve un invierno gélido. Ya veis que hasta en el blog está nevando :)
G por el último premio Goncourt que contra todo pronóstico ha recaído en la escritora Lydie Salvayre y su novela Pas pleurer, ambientada en la guerra civil española. 
H de Honfleur y del maravilloso viaje que hice con mis padres a Normandía hace exactamente un año. 
I por la exposición sobre el Impresionismo americano que tiene lugar actualmente en el Thyssen. Pude ir a verla cuando estuvo en Giverny y no puedo más que recomendárosla. Ver reunidas en una sola exposición las obras de Mary Cassatt, William Merritt Chase y John Singer Sargent, (entre tantos otros), con su luz y su delicada belleza, es una oportunidad única.
J por Juego de tronos y al anuncio de que vuelve a nuestras pantallas en abril del 2015. Mira, entre esto y Outlander ya no me quedan uñas que morderme, ¡que pasen ya los meses!
 Scott et Scottie, la edición
francesa de la correspondencia
 que Francis Scott Fitzgerald
mantuvo con su hija Frances.
M de Margaret Lane y su preciosa biografía de Beatrix Potter. Voy a recordar muchas cosas de esta lectura, pero sin duda una de mis favoritas será el que Beatrix y yo coincidamos en nuestro Austen favorito, Persuasión.
N por la necesidad absoluta de volver a Stars Hollow. Como diría Lorelai "Huele a nieve" y es el momento perfecto para empezar de nuevo por el primer capítulo. Jean estuvo fuera este fin de semana y cuando llegó el domingo por la noche y me vio con los dvd's de la serie en el sofá casi le da algo: "¡¿Otra vez?!" :)
O por este post de Ignacio Echevarría, dedicado a Francis Scott Fitzgerald, que me "obligó" a apuntar en mi lista Cartas a mi hija y Lecciones de un Pigmalión. En mi última visita a Gibert Joseph encontré la edición francesa de las Cartas y a día de hoy ya lo he terminado. Un libro precioso del que tengo que hablaros un poquito más a fondo.
P por el Premio Best Blog recibido de manos de Seri, ¡que ilusión me hizo recibirlo! De verdad mil gracias Seri por esta nominación :) El premio viene acompañado de una serie de preguntas, pero por miedo a dejarlo aparcado por falta de tiempo, voy a responder aquí a la última de ellas, muy pertinente para estas fechas: ¿qué libro recomiendas para estas navidades?

He seleccionado estos seis títulos porque todos ellos comparten historias cálidas,
 y familiares; páginas plagadas de personajes inolvidables y, como no, de finales felices perfectos
para estas fechas.
La princesita, El país del delfín verde, Cranford, El regreso, Mujercitas, La chambre des dames.
R por el maravilloso programa Rendez-vous en terre inconnue. La última emisión rodada en la región montañosa del Cuzco en Perú ha sido una de mis favoritas. Aquí os dejo el enlace para ver el programa íntegro (desgraciadamente en francés). Rendez-vous en terre inconnue ha sido elegido el programa de televisión más querido por los franceses y no me extraña. ¡Ojalá hicieran programas así en nuestro país y en horario de máxima audiencia! 
Muchas horas de tele perfecta: Un
horizonte muy lejano y Las chicas
Gilmore, mi  serie preferida por los siglos
de  los siglos.
S por la presentación del libro Las luminarias de Eleanor Catton en la librería Shakespeare and Company. Me dio mucha pena perdérmelo, porque me pilló en Alicante, pero por lo menos he podido quitarme la espinita con la grabación del evento. ¡Que ganas tengo de leer ya la novela! 
T por la tarde de repostería casera con mi madre que se saldó con una buena dosis de risas, con un montón de cacharros sucios y por fin con un buen tiramisú y una deliciosa tarta Sacher.
la U  va para Un horizonte muy lejano, una película que narra la historia de dos irlandeses, una heredera y un pobre campesino, que a finales del siglo XIX embarcan hacia América buscando un nuevo futuro. 
Mira que la he visto veces, pero en cuanto vi que la volvían a hacer en la tele no me pude resistir, ¡que buena tarde de mantita y sofá pasamos con ella!
V por este vídeo donde, en tan solo un minuto, vemos como ha ido evolucionando el ideal de belleza en los últimos cien años. ¡Genial! 
y para terminar Z por el feliz cumpleaños de mi abuelita Consuelo. Tuve la suerte de poder celebrarlo con ella y ahora solo deseo que cumpla tantos o más que su madre, nuestra yayita centenaria.

Un beso grande y ¡feliz diciembre a todos!

La dama de provincias prospera de E.M. Delafield

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Chocolate y la dama de provincias. Que buena pareja
para una tarde de invierno.
Por una de esas casualidades de la vida vuelvo a empezar el mes de diciembre acompañada de la dama de provincias. Hace un año, en cuanto terminé de leer el primer tomo de sus peripecias, vine a contaros lo mucho que disfruté con ella, y ahora, regreso con la segunda parte en la mano y una sonrisilla de satisfacción en la cara.

Temía que esta segunda entrega no estuviese a la altura de su predecesora, pero ya con los primeros compases de la novela disipe todos mis temores; la frescura, el humor sutil y el encanto que me cautivaron en el primer episodio, se han mantenido intactos en La dama de provincias prospera.

Si todavía no habéis tenido el placer de acercaros a los libros de E.M. Delafield, os invito a leer aquella primera entrada que le dediqué. Allí os presentaba a esta heroína doméstica de los años 30 que cautivó y aún hoy cautiva a lectores de todo el mundo. 
En aquel primer diario la dama de provincias estaba dando sus primeros pasitos como escritora y ahora no os estropearé la trama si os digo que consiguió su propósito. Para sorpresa de muchos de los que la rodean, e incluso para ella misma, este segundo diario se abre con el éxito de su primera novela. Todo un golpe de fortuna para nuestra dama y sobre todo para su cuenta bancaria, bastante maltrecha en los últimos tiempos. 
Con el éxito, todo un nuevo horizonte se abre ante ella: congresos literarios en Europa, contactos en los círculos literarios londinenses, la posibilidad de tener un apartamento para ella sola...
Un panorama tan excitante como inquietante, y es que ¿como va a tomarse Robert, su apático marido, todas estas novedades? ¿conseguirá la dama de provincias mantener en orden todos los frentes: el hogar, los niños, su matrimonio y su trabajo?




Abrid su diario y desvelareis todas esas cuestiones; seréis participes de lo difícil que resulta compaginar una vida social y familiar exitosas.  La dama de provincias con sus idas y venidas es el mejor ejemplo de como llevar a flote una pequeña familia, una gran casa en la campiña de Devonshire, conservar el estilo, el éxito y no morir en el intento.
Esa vuelve a ser la base utilizada por E.M. Delafield para construir las entradas de su diario, y no es sorprendente que funcionase tanto en el momento de su publicación como en el día de hoy; por mucho que pasen los años, ser mujer no ha cambiado mucho en ciertos aspectos.
En la soledad de su piso de Bloomsbury y en una de esas
concurridas veladas literarias
Estas historias cotidianas de la vida doméstica hacen que en muchas ocasiones te sientas identificada y pienses para tus adentros: "ay dama de provincias, si yo te contara."

¿Nunca habéis llegado a una fiesta o a algún acto y al ver al resto de las invitadas habéis pensado: Genial, voy hecha una piltrafa? O, ¿os habéis preguntado el grado de sinceridad que acompaña un cumplido?

La dama de provincias es experta en este tipo de situaciones: "cuando llego a la estación Victoria un hombre me dice "Buenas noches chavala", pero no puedo considerar su saludo un tributo a que conservo mis atractivos juveniles puesto que: a) esta oscuro como boca de lobo y (b) por la forma en que lo ha dicho parecía borracho."


Estas son algunas de las dudas existenciales que acompañan a la dama de provincias. Si, en muchos casos bastante superficiales y frívolas, pero inevitablemente terminamos simpatizando con ella.

Pero más allá de los problemas con la moda, el peinado, las compras compulsivas o las cenas elegantes, lo que más me ha gustado de la novela es ver como el mundo cerrado del hogar, al que hasta ahora se había visto relegada la protagonista, se abre con la independencia que le proporciona su pisito de Bloomsbury
Me ha encantado compartir con ella esos momentos de tranquilidad en los que puede disfrutar sin ser interrumpida de leer, contestar cartas o atender sulfurosas llamadas telefónicas de alguna de sus nuevas amistades. Otra cosa es que aproveche su nueva situación para tareas productivas como trabajar en su segundo manuscrito. Pero ¡ay! quien este libre de procrastinar que tire la primera piedra. 

En este nuevo diario la dama de provincias hará nuevas amistades, como la superficial Pamela Pringle y también se dará cuenta de que los círculos influyentes de Londres también guardan sus trapos sucios bajo su disfraz de esplendor. Al fin y al cabo, nuestra protagonista entenderá que el hecho de empezar una carrera literaria y ganar un poco de independencia no significa romper por completo con su antigua existencia.

Pobre dama de provincias, ¡menudo
mundo de sofisticación al que ha llegado!
"como de costumbre, la vida real no tiene el menor parecido con las convenciones literarias, y no me queda otra que entrar corriendo en casa  y ocuparme del cumulo de cometidos domésticos."


Aunque creo que tengo una ligera preferencia por el primero, con ese retrato de la vida en el campo, su círculo cerrado de pintorescos habitantes y sobre todo con la gran presencia de mi adorada Mademoiselle, la niñera francesa de los niños que en esta segunda entrega tiene un rol muy secundario, he disfrutado muchísimo de  las nuevas aventuras de la dama de provincias.

Estos diarios son una mezcla única de divertidos enredos domésticos y literarios, y al mismo tiempo preciosos documentos que describen en clave ligera una época crucial en la historia de la mujer. Ese momento en el que el trabajo fuera del hogar trajo consigo nuevas oportunidades y la independencia necesaria para descubrir mundo en solitario.

Esperando que lo disfrutéis y que Libros del Asteroide continúe publicando el tercer tomo de la serie, os deseo ¡muy felices lecturas a todos!

Un año más, Navidad en París

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Con la maleta en la puerta y a puntito de volver a casa, no quería despedirme de París sin tomar antes algunas fotografías. Tal y como hice el año pasado me he cargado la cámara al hombro y junto a Jean, he recorrido rincones y calles con la esperanza de capturar esa magia que transforma la ciudad como en ninguna otra época del año.
Este invierno no hace tanto frío como el anterior y de momento hemos tenido que contentarnos con los copos de nieve artificiales que cubren las casetas navideñas. Aún así, huele a castañas, a pain d'épices, a vin y a chocolat chaud. Ahora por fin puedo compartir con vosotros la ilusión que siento en estas fechas, y mientras seguís las hileras de luces y abetos, espero de corazón que disfrutéis del paseo. 
Empezamos en uno de mis rincones favoritos de París
la Galerie Vivienne. Este es un buen lugar para empezar las compras
navideñas; aunque para encontrar el regalo perfecto...
…tenéis una cita bajo la cúpula de las Galeries Lafayette. Cada año nos sorprenden con
el diseño de su enorme abeto y en 2014 han dado el todo por el todo.
¡Lo han puesto boca abajo! Yo todavía estoy decidiendo si me gusta o no...
En el exterior del Boulevard Haussmann este año las luces se han vuelto más sobrias,
aunque la marabunta frente a las escaparates sigue siendo tan caótica como siempre. 
Para encontrar un poco de paz, dirección la Place VendÔme.
Los mismos abetos espigados, la luz tenue de sus farolas, la misma
magnificencia y elegancia que la hacen única.
La pasada Navidad pesqué un beso robado frente a este mismo
abeto ¿os acordais? En esta ocasión una niña ilusionada y bien abrigada 
es la protagonista.
Cuando Jean y yo empezamos a andar ya no hay quien nos pare. Enfilando
la Rue du Faubourg Saint-Honoré llegamos al umbral del Palais-Royal y nos internamos
en sus galerías. Una fila interminable de abetos nos fue saliendo al paso durante
todo el trayecto y mientras tras las arcadas el cielo amenazaba tormenta...
…hicimos un alto en la terraza de Le Nemours colmada con el
aroma inconfundible de los abetos.
Aquí tomamos una buena taza de chocolate chaud para retomar fuerzas
y ¡de nuevo a la calle!
La última parada, fueron los Campos Elíseos, adornados de arriba
a abajo con esas enormes esferas azules que ya os mostré el año pasado.
Si no os gustan las multitudes será mejor que evitéis el mercado
navideño.
Aunque os perderíais la ocasión perfecta para devorar especialidades navideñas (véase el
amigo Jean y su mini bocadillo alsaciano), beber vino especiado y
comprar artesanía...
Creo que en caso de que queráis acción de la buena lo mejor es ir
 a patinar bajo la preciosa cúpula del Grand Palais; un palacio que en
estas fechas parece estar hecho de hielo. Como había una cola inmensa
nosotros lo dejamos para otra ocasión.
Pero para terminar  la noche como merece, no puede faltar un último saludo a la gran dama
de París; esa que otro año más, sigue siendo testigo de regalos, deseos, sueños e historias...
Que tengáis unos felices preparativos de Navidad y nada de escudriñar debajo del árbol, que nos conocemos :) ¡Un beso!

¡Feliz Navidad!

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Que deis bellos paseos con o sin rumbo fijo/ que patineis evitando resbalones/ que comais a dos o tres carrillos/ que brindéis por los presentes y por los que ya no están/ que converseis en torno a una mesa en buena compañía/ que no ceseis de reir y cantar, de recibir sinceros abrazos e intensos besos/ que regaléis felicidad y que esta os sea devuelta…

Eso es lo que os deseo de todo corazón. Muy feliz Navidad a todos y por supuesto felices lecturas :)

Lecturas 2014

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Último día del año y llega el momento de hacer el repaso de lo leído en 2014. De nuevo he vuelto a descender en la cifra de lecturas, nueve libros menos que en 2013, lo que hacen un total de 46 libros; pero viendo lo que ha dado de sí el año lector, estoy contenta. 

Durante estos doce meses he disfrutado de buenas lecturas y tengo que lamentar contadas decepciones.  
Algunos libros como el Diario de Katherine Mansfield o Patricia Brent de Herbert Jenkins me duraron un suspiro, pero nunca olvidaré la profunda empatía que experimenté con el primero o el humor encantador de aquella solterona londinense que llegó a mi por sorpresa.

Otras lecturas me acompañaron durante días o incluso semanas, como fue el caso de La pequeña Dorrit, que desgraciadamente quedó sin comentar en el blog, Londres me pertenece o la inmensa Middlemarch; inmensa no tanto en el número de páginas como en el grado de satisfacción lectora que me proporcionó.
Un año más vuelven a ganar las escritoras, casi de manera aplastante frente a sus homólogos masculinos, pero de nuevo no ha sido de forma premeditada. Lo que si he advertido durante el repaso, es que el siglo XX ha tenido mayor representación que el XIX. Quizá las ganas de ir avanzando en mi Century of books han hecho inclinar la balanza hacia los clásicos modernos. De todas formas seguiré explorando con vosotros ambos siglos durante el 2015. Nuevos autores dignos de ser redescubiertos esperan en librerías y estanterías olvidadas, así que…¡Bienvenidos sean todos ellos!

Lo que más me duele este año es el no haber podido compartir con vosotros todas las reseñas que hubiese deseado. La universidad y la oposición absorben gran parte de mi tiempo y la poca materia gris que me va quedando por la azotea :) 
Aunque no pueda prometerlo con total seguridad (por favor echarle la culpa a la oposición y a mi temible tendencia al "mañana lo hago sin falta"), haré todo lo posible por convertir enero en el mes de la reseña express. Por lo menos que alguna de las lecturas que creo merecen vuestra atención queden un poquito detalladas en el blog.
El lamento anterior, se ve recompensado con la alegría de ver que cada año que pasa, voy sumando aciertos en mi selección lectora; esto debo agradecéroslo en gran parte a vosotros. Vuestras recomendaciones se han convertido en una brújula literaria indispensable, y aunque mi lista de libros por leer esté alcanzando el diámetro del Ecuador terrestre, me faltan palabras de agradecimiento.

Ahora, como broche final al 2014 solo me queda destacar mis grandes momentos lectores del año.  He escogido cinco libros que me han emocionado como pocos antes lo habían hecho; cinco lecturas que me han hecho reflexionar y viajar muy por encima del cielo gris de París. Espero que llegado el momento, os proporcionen la misma dicha que yo viví entre sus páginas.
Stoner, Un árbol crece en Brooklyn, La tierra de los abetos puntiagudos,
Middlemarch, Emily Brontë (biografía disponible en castellano).

Y ahora si, me despido del 2014 deseándoos a todos un muy feliz 2015. Ha sido un placer compartir otro año de lecturas con vosotros y os doy las gracias por haberlo hecho posible. Un beso muy grande y ¡hasta el año que viene!
Marie.
                             

IMM 14 Los libros que encontré bajo el árbol

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Y ahora si, después de una magníficas navidades compartidas con los que más quiero, toca volver a la normalidad; a esa rutina, a veces temida, pero que inevitablemente termina por extrañarse. La llegada a París ha sido esta vez aún más triste de lo habitual. Supongo que todos vosotros estaréis al tanto de lo acontecido en la redacción de Charlie Hebdo. La verdad es que yo todavía no encuentro las palabras para describir el horror que me ha producido la noticia. 
Sabéis, uno podía sentirse más o menos identificado con la línea editorial de la publicación, si os soy sincera jamás compré un solo ejemplar de Charlie. Pero hoy, como tantas otras personas alrededor del mundo, me siento más Charlie que nunca.
Cuesta mucho imaginar que actos como estos no vuelvan a repetirse, pero en medio de esta tristeza que nos envuelve a todos, solo puedo pensar en esa luz de esperanza que es la lucha por la libertad. Si, la barbarie y el fanatismo de unos pocos podrán golpearnos una y otra vez, pero las ideas, el espíritu crítico y la capacidad de reirnos hasta de nosotros mismos, eso, no nos lo quitarán jamás. Hoy más que nunca, la pluma y el lápiz han sido más fuertes que el arma asesina.
Lucille Clerc.
Pero bueno, como bien dice la cabecera del blog, no hay mejor remedio para alejar la enfermedad y la tristeza que un buen libro. Así que, ahora si, dejemos que sean ellos los protagonistas de la entrada. Como ya es tradición, hay que enseñar los ejemplares amontonados bajo el abeto navideño, por eso sin más dilación: ¡aquí tenéis mi montoncito!

Foto de familia navideña.
Como veis los Reyes han sido generosos y me conocen bien. Abundan los clásicos y títulos que anhelaba leer desde hacía muchísimo tiempo como Mujeres sin pareja o Al este del Eden. Otros ejemplares fueron regalos inesperados que me han hecho especial ilusión y uno de los títulos me lo autoregalé por mi cara bonita durante un viaje :) Mejor veamóslos con detalle.
El primero de todos La señorita Mackenzie de Anthony Trollopeno os será desconocido gracias a la merecida difusión que está teniendo el trabajo de la editorial d'Época. Cada nuevo título que suman a su catálogo va directo a mi lista de libros por leer y en el caso de La señorita Mackenzie, tratándose de una novela de Trollope, más todavía. Disfuté muchísimo con El custodio y Las torres de Barchester y ahora que también he leído la historia de Margaret Mackenzie puedo deciros que, aunque no al mismo nivel que las anteriores, he disfrutado con su lectura. Nuestra solterona victoriana en posesión de fortuna tendrá que lidiar con un buen ramillete de pretendientes y la cuestión es ¿terminará por sucumbir a las atenciones de alguno de ellos? No os doy más detalles y esperaré a hablaros con más tranquilidad en la reseña.

Mujeres sin pareja de George Gissing, es uno de esos títulos de Alba que estaba deseando leer desde hace mucho tiempo. Publicado en 1893 este libro rompe con todos los esquemas del mundo victoriano en el que se enmarca.
En ese mundo en el que la mujer debía confiarse al esposo o al padre y obedecer su autoridad, Gissing convierte a sus protagonistas en un grupo de mujeres deseosas de independencia. Temas como el feminismo, el matrimonio, el amor y la pobreza actúan como hilo conductor de la historia y aunque al final la lectura me ha dejado una sensación agridulce, he disfrutado muchísimo y la espera ha valido la pena.

Villette es otra de las novelas de Charlotte Brontë que se ha sumado a la colección Clásicos Minus de Alba. Si hace unos cuantos meses celebrábamos la llegada de El profesor, ahora le toca el turno a esta historia que Charlotte construyó sirviéndose de los recuerdos que trajo consigo de su estancia como alumna y profesora en un internado de Bruselas.
Esta es la historia de Lucy Snowe, una joven, sin familia, sin dinero, ni posición que entra a trabajar en un internado en la ficticia ciudad de Villette. 

La siguiente novela que he acogido con ganas en la estantería creo que necesita poca presentación. Al este del edén es uno de los grandes títulos de la literatura norteamericana y su autor John Steinbeck, ganador del Nobel de literatura en  1962, uno de sus más reconocidos escritores.                      La novela, ambientada en el Valle de Salinas al norte de California, narra las vicisitudes de dos familias a lo largo de tres generaciones, desde la guerra de Secesión hasta la segunda guerra mundial.                     Este fue uno de los títulos que desde el primer momento quise incluir en mi Century of books, y tengo la corazonada de que va a ser una lectura inolvidable. 

Los dos siguientes títulos me ayudan a seguir completando la obra de una de mis autoras favoritas Elizabeth Gaskell. La casa del páramo fue en su origen un cuento publicado para las navidades de 1850. Bastantes opiniones tildan la historia de Maggie Browne y su familia de almibarada y beata. Conociendo la vena "más santurrona" de Gaskell puedo créermelo. Pero a mi no me molesta si cambio puedo tener el placer que me transmite su pluma.
Por el contrario La prima Phillis, una novela más madura y uno de sus últimos trabajos, ha recibido críticas más entusiastas. Se trata de una historia de amor y de iniciación que muestra, al igual que otros trabajos de Gaskell como Norte y Sur, la oposición entre la vida rural y el progreso ligado a las ciudades y al desarrollo industrial. Estoy casi segura de que voy a disfrutar de ambas.

Para mayores de cuarenta es una recopilación de seis textos de Willa Catherpublicados en 1936.  Mi familia ya sabe de mi amor por Willa así que no podían dejar de incluir uno de sus títulos en la lista. En este, la autora aúna vivencias personales y reflexiones literarias para hablar de sus autores favoritos, de  encuentros inesperados y de las tertulias literarias que enriquecieron su propia escritura y le brindaron la oportunidad de forjar grandes amistades. Tratándose de la pluma de Willa estoy segura de que será una delicia leerlos.

Pasemos ahora a los dos autoregalos literarios que me he hecho este año. El primero fue La tragedia de la calle de las flores  de Eça de Queirós. Me hice con él mientras iba deambulando por las estanterías de bolsillo de la Fnac. No conocía al autor, ni tenía más referencia que la brindada por la editorial, pero de pronto al leer la sinopsis, me pareció que viajar al Portugal del siglo XIX era una buenísima idea.  Eça de Queirós fue una de las figuras más destacadas del realismo portugués y en  esta novela narró la trágica historia de Genoveva y Victor, una pareja separada por la diferencia de edad, la posición social y un terrible secreto. ¡Cruzo los dedos para que me guste!


El siguiente autoregalo fue el que me compré durante nuestro viaje a Munich a principios de diciembre. Una joya que encontré en la fantástica librería de segunda mano The Munich Readery. Se trata de la edición ilustrada publicada por la Folio Society de la novela Lark Rise to Candleford de Flora Thompson. Tenía muchísimas ganas de leer esta historia (que quizá muchos conozcais por la adaptación de la BBC) desde que leí la preciosa reseña que Konichiwa hizo en su blog.                                              Por eso, cuando vi esta maravillosa edición en la librería no me importó el peso, ni si iba a tener espacio en la maleta para traerlo conmigo. Era una suerte haberlo encontrado y no me iba a ir sin él. La gran sopresa vino cuando vi su precio; apenas podía créermelo, pero por 13 euros compré uno de los libros más bonitos que tengo.
Tosavía no he visto la serie porque siempre quise leer el libro primero, pero ahora que ya lo tengo, no veo el momento de adentrarme en ese mundo rural ya desaparecido de la mano de los habitantes de la ficticia aldea de Candleford. 

Otros dos libros llegaron a mi por mi 28 cumpleaños (mare meua la vejez se acerca :D) El primero de ellos fue Marmee & Louisa de Eve LaPlante. Junto a Mayores de cuarenta años el único título de no ficción de la lista. Este libro llevaba en mi cesta de The book depository bastante tiempo y cuanto me ha alegrado tenerlo por fin entre las manos. Lucy Maud Montgomery es una de esas autoras que conocí en la adolescencia y cuyas historias aún me acompañan en la edad adulta. Que puedo deciros que ya no sepáis  Mujercitas es y será por siempre uno de mis libros favoritos y la maternal figura de Marmee es alguién que siempre asociaré a mi propia madre. 
Por eso cuando descubrí este libro que indaga en la relación que Lucy tuvo con su madre, la verdadera Marmee, tuve unas ganas enormes de leerlo. Abigail May Alcott, la madre de la autora luchó toda su vida por el derecho a la educación de las mujeres, por la realización de las jóvenes no solo a través de la maternidad si no del trabajo propio, por la ayuda a los más necesitados y la abolición de la esclavitud. Fue una influencia vital para las historias de su hija y conocerla un poco más a través de esta lectura será un auténtico placer.
Esta es la librería donde encontré la edición Folio de Lark Rise to Candleford.
Si visitais Munich no os la perdais, tiene un fondo impresionante y precios bastante
razonables. En la misma calle tenéis otra librería inglesa muy recomendable Words' WorthBooks.
El segundo libro que encontré bajo el árbol fue The ladies of Lyndon de Margaret Kennedy, uno de los muchos títulos  de la colección Virago Modern Classics que estaba deseando leer. Elegí esta novela eduardiana para el año 1923 de mi Century of books, porque trata de forma cómica e irónica una de las tradiciones más arraigadas en la alta sociedad europea, los matrimonios de conveniencia entre jóvenes bellezas casaderas y acaudalados hombres de negocios. El matrimonio de Agatha, la protagonista de la historia, resulta un desastre desde el principio y aún lo es más tras la aparición de su excéntrico y apasionado cuñado, un pintor amateur con una personalidad totalmente opuesta a la de su frío marido. ¡Señoras y señores, trifulcas y enredos a la vista!

Y ahora lo mejor para el final. Para cerrar el botín navideño tengo que hablaros de un libro que llegó hasta mi de manos de una persona que conocéis bien y con la que tuve el placer de encontrarme en Barcelona, mi querida littleEmily
Pasé con ella muy poquito tiempo, aunque me bastó para darme cuenta de lo mucho que tenemos en común y de lo a gusto que puedo sentirme en su compañía. Mientras compartíamos una comida rápida en la estación me dio un paquete que contenía las preciosidades que veis en la foto que he compartido más arriba. Unas postales adornadas con fragmentos de las Cartas y novelas de Jane Austen, una maravillosa agenda ilustrada con propaganda vintage de los ferrocarriles británicos, pegatinas a utilizar como Ex libris y para terminar la novela Por no mencionar al perro de Connie Willis
Fue Laura quien me habló por primera vez de Connie y viendo lo mucho que ella disfrutaba con sus libros siempre quise descubrírla por mi misma. Ahora ya puedo darle la razón porque paracticamente devoré la novela casi entera en el tren que me llevó de Barcelona a París. 
Laura, de todo corazón, muchísimas gracias :)  

Y ¡hasta aquí el botín! Espero que todos esteis disfrutando de vuestros regalos navideños, sean o no literarios, y que hayáis podido apuntar algún título que os guste de entre los libros que os he enseñando. Un abrazo grande y ¡muy felices lecturas a todos!

PD. No quiero despedirme sin recordaros que hay un suculento sorteo abierto en el fantástico blog de Jen. ¡No os lo perdáis! :)
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