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Mis retos del 2015

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No puedo empezar la temporada de lecturas, sin cumplir antes con una de las tradiciones que más me gustan, la de dar cuenta de los retos literarios que quiero afrontar en 2015.
Cierto es que me encantaría apuntarme a un montón de retos interesantes porque hay que ver como os superáis cada año con las propuestas; pero me temo que voy a tener que mostrarme razonable  y me voy a centrar en tres desafíos.

Seguimos leyendo...
El primero ya es un viejo conocido, el Century of books que empecé el año pasado. Como ya os expliqué en la entrada introductoria, el objetivo es bien sencillo: escoger y leer 99 libros publicados en el siglo XX, uno por año, empezando en 1900 hasta completar la centuria en 1999. De todas formas os dejo Aquí la entrada donde queda explicado al detalle.

Cuando lo empecé en enero del 2014 sabía que me sería imposible completarlo en un solo año, ni siquiera en dos. Pero lo cierto es que no tengo ninguna prisa. Empecé este reto para disfrutarlo, para ir escogiendo con mimo cada lectura, para elegir autores afines a mis gustos y sobre todo para descubrir muchísimos nuevos.
Por el momento estos son los años que he completado:

1909- Martin Eden de Jack London
1918- Patricia Brent, Spinster de Herbert Jenkins
1922- La garçonne de Victor Magueritte
1927- Diario de Katherine Mansfield
1936- Jamaica Inn de Daphne du Maurier
1943- Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith
1945- Londres me pertenece de Norman Collins
1947- The lonely de Paul Gallico
1952- Mujeres excelentes de Barbara Pym
1965- Stoner de John Williams
¡Que ganas de seguir asignando años!

Me ha faltado algún habitante en la imagen para darle
algo de vidilla al pueblo. Bueno era la hora de la siesta :)
El segundo reto nació en mi cabecita con una intención clara: quiero que este año sea el de mi inmersión en la literatura rusa.  Echando la vista atrás me doy cuenta de que apenas he leído dos novelas rusas en toda mi carrera lectora Anna Karenina y Vida y destino, un número irrisorio  teniendo en cuenta lo mucho que disfruté de ambas. Hace un tiempo apelé a la inestimable ayuda de Jen, amante confesa y gran entendida de literatura rusa, para que me diese algunas sugerencias. 
Tomé nota de lo que me dijo y añadiendo los títulos que siempre he querido leer, he confeccionado la siguiente lista:

- Guerra y Paz de Lev Tolstoi
- La isla de Sajalín de Antón Chéjov
- Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski
- La hija del capitán de Aleksandr Pushkin
- Eugene Oneguin de Aleksandr Pushkin
- Oblomov de Iván Goncharov

De momento voy a limitarme al siglo XIX y a estos seis títulos; si veo que voy avanzando bien, iré añadiendo material a la lista de lecturas.

Me encanta el color azul de este año.
Y para terminar uno de los retos que más ilusión me hace, el que organiza Isi,Keep Calm and Read in English. Este fue el primer reto al que me apunté cuando empecé el blog y sin duda el que mayores alegrías me ha traído: con los readathones, los desayunos british, la gente que he conocido, la mejora del inglés… en fin una tradición que no me quiero perder por nada del mundo. 
El año pasado fui demasiado optimista y me apunté a la versión hard de 20 libros. Como me temía no la pude cumplir. Así que este año me apunto a la modalidad de 10 libros, que si no luego no puedo participar en los regalillos y actividades finales del reto :)
De nuevo ¡muchísimas gracias por organizarlo Isi!

Y hasta aquí los retos que quiero cumplir este año. Los cumpla o no, estaré la mar de contenta. Lo importante es disfrutar de buenas lecturas y poder compartirlas con cariño con vosotros. 
Un beso y ¡feliz lunes a todos!

Pioneros de Willa Cather

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Edición de Alba y dedicatoria a Sarah Orne Jewett.
No perdamos más tiempo y empecemos ya la temporada 2015.
Aunque se remonta al mes de Octubre, recuerdo a la perfección el soplo de aire fresco que supuso  para mi esta novela. Había tenido una racha bastante larga de lecturas europeas e intimistas y de pronto sentí que había llegado el momento de abrir horizontes y afrontar desafíos.
Fisgoneé entre mi estantería americana para poner remedio al asunto y dos títulos llamaron enseguida mi atención, Cartas de una Pionera de Elinore Pruitt Stewart (devorada con fruición y de la que os hablaré esta misma semana) y Pioneros de Willa Cather, que es la lectura que nos ocupa hoy.
Bastó con abrir el tomo de Pioneros para llevarme la primera sorpresa agradable. La "culpable", esta dedicatoria: "A la memoria de Sarah Orne Jewett, en cuyo hermoso y delicado trabajo está la perfección que perdura".
Ya sabéis que el libro de Sarah, La tierra de los abetos puntiagudos, se convirtió en una de mis mejores lecturas del 2014 y encontrar este sincero y certero homenaje de Willa, me conmovió muchísimo. ¡Que grandes amigas y que grandes escritoras fueron ambas!

Con este alegre estado de ánimo empecé la novela, pero lo cierto es que Willa me dio poco tiempo de tregua. Desde los primeros compases me arrastró de lleno a la crudeza del paisaje en el que iba a enmarcar su historia. 

Familia de homesteaders de Nebraska
Corren los años finales del siglo XIX cuando los Bergson, al igual que muchas otras familias de emigrantes europeos, se instalan en las inhóspitas tierras de Nebraska. Su única esperanza, prosperar.
Pero, a pesar de los muchos esfuerzos del cabeza de familia por doblegar la tierra, todo resulta en vano. Este muere dejando en manos de su hija Alexandra el futuro de los Bergson. Ella, una joven inteligente y capaz es la única que puede explotar las enormes posibilidades y la riqueza que la pradera tiene que ofrecer.

Pasarán largos años de dura lucha y enormes sacrificios hasta que Alexandra, ayudándose de la fuerza física de sus hermanos mayores y de la dulce compañía de Emil su hermano menor, consiga convertirse en una prospera propietaria. Pero el luminoso futuro que vislumbra para su familia no podrá sortear las nubes de tormenta que se alzan en el horizonte. Y es que, ni los caprichos de la tierra ni las pasiones humanas pueden ser  doblegadas eternamente.



"Un día de enero de hace  treinta años, la pequeña ciudad de Hanover, anclada en la meseta de Nebraska, intentaba que no se la llevara el viento. Una neblina de ligeros copos de nieve se arremolinaba en torno al puñado de edificios bajos y sin gracia  que se amontonaban  sobre la pradera bajo un cielo gris. Las viviendas se distribuían  caprichosamente por el duro terreno de la pradera; algunas tenían aspecto de haber sido colocadas allí durante la noche, y otras parecían alejarse por si solas  dirigiéndose directamente hacia las llanuras abiertas . Ninguna daba la sensación de permanencia  y el viento  ululaba y soplaba tanto por debajo como por encima de ellas."

No he podido evitar compartir con vosotros las primeras líneas de Pioneros para que os hagáis una idea de lo evocadora que es la prosa de Willa.  Pulcra, depurada, en apariencia sencilla, pero llena de una profunda belleza. ¿No habéis notado al leer esas líneas el aire gélido, la sensación de desamparo de estar en medio de una ciudad que parece a punto de echar a volar? Eso era el Oeste, un mundo nuevo e inestable.
Interior de un hogar de pioneros suecos.
¡Que hermosa sencillez!
Sin duda Willa conoció muchos inviernos como el que describe. Puede que naciese en Virginia, pero  fue y será recordada siempre como una hija de la frontera. Una de esas niñas que llegaron al Oeste junto a su familia y aprendieron a amarlo pese a su dureza desafiante. Pocos como ella supieron plasmar por escrito la belleza de las desiertas praderas de Nebraska; un testimonio que hoy permanece vivo en sus novelas.

Pioneros es ante todo un canto a la tierra, a sus caprichos y a sus bendiciones. Si la leéis, pronto os daréis cuenta de que el entorno en el que se enmarca la historia, no es un mero decorado, si no un personaje a parte entera, quizá el más importante. La descripción del paisaje es grandiosa, y el retrato de naturaleza humana que construye Willa en la galería de personajes que pueblan Pioneros, no se queda atrás.
Todos ellos son poderosos, genuinos; y aunque todos me han aportado algo, ninguno me ha cautivado  tanto como Alexandra. 

La protagonista de la historia es una mujer cálida y afectuosa que no duda en sacrificar su vida personal en pos de la misión que le encargó su padre. Pronto, al igual que  él, experimenta ese amor profundo que puede sentirse por la tierra, por ese mundo nuevo y prospero que uno puede crear con el trabajo de sus propias manos. Es conmovedor acompañarla desde su juventud hasta el momento en el que se convierte en una mujer íntegra y respetada. Y es que, su imaginación, su fe en la idea de progreso y en ese glorioso futuro que vislumbra para la generación de su hermano Emil, es lo que hace latir las páginas de la novela. No importan las dificultades que Alexandra va encontrando en el camino, la avaricia y la oposición que enarbolan contra ella sus hermanos mayores; de una forma u otra siempre encuentra un modo de salir adelante.

Junto a ella es imposible no encariñarse con  el "loco"Ivar. O con el dulce Carl, el único amigo y compañero que Alexandra ha tenido en su vida. Y como no con Emil, un joven brillante que desgraciadamente se enamora de la única mujer que tiene prohibido amar.  
Son muchos los personajes que pueblan la novela: los vecinos bohemios, con la bella Marie a la cabeza, la alegre comunidad francesa que vive río arriba, los noruegos un poco más serios y envidiosos a ojos de Alexandra… todos ellos interactuan en bailes, reuniones y labores agrícolas, creando lazos y relaciones más o menos amigables. Así, como veis estamos muy lejos de la imagen de los pioneros solitarios que se enfrentan individualmente a lo desconocido.


Go west!
Pioneros es sin duda un certero testimonio de la experiencia comunitaria que supuso la colonización del Oeste americano, al menos en las últimas décadas del siglo XIX. Testimonio de esa aventura emprendida por individuales o por familias más o menos extensas, que viajaron desde la costa este americana y de multitud de países europeos con la intención de empezar de nuevo. 
Suecos, noruegos, bohemios, alemanes, franceses…todas las nacionalidades se confundían en las caravanas blancas que avanzaban hacia las praderas y más tarde en el recién inaugurado ferrocarril.  A todos ellos les separaban distintas lenguas y costumbres, pero les unía la misma esperanza de encontrar una nueva vida lejos de sus antiguos hogares.

Esa es una de las cosas que mas me gustaron de Pioneros, como Cather muestra la voluntad que todos tienen de prosperar en sus nuevas tierras, pero como al mismo tiempo mantienen la nostalgia y el apego por el país que dejaron atrás. Unos lazos y costumbres que cada comunidad intenta mantener en su nuevo hogar, como una forma de conservar raíces y un legado que transmitir a las próximas generaciones.

Sirviéndose del ejemplo de los Bergson, Willa Cather construyó en Pioneros el retrato de estas gentes valerosas que lucharon en ese mundo extraño y hostil de la frontera. Algunos como Alexandra lograron triunfar, a pesar de que el futuro no siempre es tan brillante como uno espera y la vida decide destinos y caminos en las formas mas insospechadas. Otros como Carl, tuvieron que hacer las maletas y regresar al este. Aunque nunca es tarde para las segundas oportunidades.
Willa Cather
Pioneros es al fin y al cabo una historia de superación, de errores y victorias. El retrato de una mujer capaz y valiente que supo echar por tierra la imagen de debilidad y dependencia que por fuerza arrastraban consigo las mujeres. Una historia en la que el amor, la soledad y la tragedia avanzan de la mano, hasta un final agridulce pero completamente acertado.

Tengo que reconocer que no me hubiese importado que la novela hubiese tenido otro buen puñado de páginas. Que Willa se hubiese detenido con más cuidado en ciertas tramas, que a mi gusto han sido demasiado breves. Pero como siempre, tratándose de su pluma, ha sido una magnifica lectura.

Si todavía no conocéis a Willa Cather, dadle una oportunidad. Estoy casi segura de que no os arrepentiréis.

Un abrazo grande y ¡muy felices lecturas!

PD. Pioneros ocupa el año 1913 en mi Century of books.
PD1. Existe una adaptación televisiva de la novela protagonizada por Jessica Lange; no he podido encontrarla entera para verla, pero tras ver el trailer, no ceso en mi empeño :) Ya os contaré que tal es si consigo hacerme con ella algún día.

Cartas de una pionera de Elinore Pruitt Stewart

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Preciosa edición de Hoja de lata.
Este invierno está siendo más suave de lo habitual. No hemos notado frío, hemos sufrido pocas nieblas y como última gracia, hemos recibido casi a diario, tímidos rayos de sol. Hoy sin embargo, parece que todo vuelve a la normalidad; hace frío y está nevando. 
Me he sentado junto a la ventana, mientras tomaba el desayuno, y de pronto el olor del café, la vista de los copos y el bote de mermelada de grosellas para las tostadas me han forzado a ir corriendo hacia el teclado. No iba a tener un mejor momento que este para hablaros de Cartas de una pionera.

Ya sabéis todos lo mucho que me gustan las historias del Oeste americano (en esto y como en muchas otras cosas, Abuelito te debo una). Yo es que no se como me las arreglo, pero no le hago ascos prácticamente a ninguna. Dadme indios y vaqueros, un buscador de oro, un trampero, un fugitivo, unos pistoleros de salón, y me haréis enormemente feliz.

Como veis, en esa pequeña lista abundan los estereotipos que más o menos todos relacionamos con las historias del Oeste, y un dato a tener muy en cuenta es que todos ellos son masculinos. Si quisiéramos dibujar a la mujer de la frontera, no tendríamos más remedio que recurrir a la cantinera escandalosa, a la prostituta, a la dama en apuros o a la hija del ganadero. Esas son las mujeres que pueblan la gran mayoría de historias, películas, y novelas del género. Por eso cuando llega a mis manos un personaje como Alexandra, la protagonista de Pioneros de Willa Cather,  o un libro como Cartas de una pionera, no puedo evitar regocijarme.
Entre los aventureros, entre los valientes, entre los emprendedores que forjaron el Oeste también hubo mujeres, un hecho bien demostrado en los trabajos de Patricia Nelson Limerick y la fascinante New Western History

Ellas, al igual que los hombres y los esclavos, también tuvieron la oportunidad de beneficiarse de la Homestead Act, ley aprobada en 1862 que prometía 160 acres de terreno a todo aquel que hiciese la demanda. Las condiciones eran que fuesen mayores de 21 años, solteras, viudas, divorciadas o cabezas de familia. Con alguno de esos requisitos y bastantes agallas podían convertirse en homesteaders.  
Ese es precisamente el camino que escogió Elinore Pruitt Stewart. Cargada con su hija, se despidió de su antigua vida de empleada precaria en Denver y viajó a Wyoming para convertirse en  gobernanta de un prospero ranchero y después en propietaria. 
El relato de esta aventura quedó recogido en las cartas que fue enviando a la Señora Juliet Coney, su antigua patrona. Publicadas unos años más tarde en la prestigiosa revista bostoniana Atlantic Monthly conocieron un éxito inmediato y no es de extrañar, Cartas de una pionera es un precioso testimonio de la vida en los indómitos parajes de Wyoming a través de los ojos de una mujer extraordinaria.

De izq. a der. la casa de Elinore en Wyoming, una foto de
familia junto al Sr. Stewart, su hija Jerrine y sus dos hijos
pequeños; dos escenas cotidianas de la vida del pionero.
Tenía la certeza incluso antes de abrir la primera página, de que iba a disfrutar con la lectura, pero nunca imagine hasta tal punto. La alegría que Elinore siente al llegar a su nuevo hogar, al ver colmadas sus ansias de  libertad es tan contagiosa que traspasa cada una de sus cartas.

Todas están llenas de personajes e instantes fascinantes: como la noche de tormenta en la cabaña del bueno de Zebulon Pike, la navidad improvisada para alegrar a unos vecinos en apuros, las excursiones de Elinore entre cañones y bosques junto a su hija Jerrine…todo rebosa belleza, vitalidad y alegría de vivir. 
Y aunque ella se lamente por su falta de formación, las vívidas descripciones de Elinore no tienen nada que envidiar a las de las grandes plumas eruditas; aunque autodidacta, supo captar en sus escritos las vistas, los sonidos, los olores de la montaña y sus habitantes. Leerla es vivir la aventura en primera persona,  disfrutar de una experiencia sensitiva incomparable.

Mientras pasaba las páginas mi admiración y las ganas de dejarlo todo e introducirme de un salto entre las páginas del libro fueron creciendo y creciendo. Solo podía pensar ¡un billete para Wyoming por favor! Aún a sabiendas de que debía ser tan fuerte como ella, de que el peligro y las dificultades nunca estarían demasiado lejos. 
Eso es lo que más me ha gustado de las cartas de Elinore. Su franqueza, el realismo con el que pinta su día a día. Tanto ella como el resto de los personajes del libro, en especial las señoras Lauderer y O'Shaughnessy, hacen prueba de una valentía y una entereza dignas de admirar. Se abastecen de comida, cazan, atienden a un parto a la intemperie a la luz de un candil, amputan un dedo, no tiemblan ante el aullido de los lobos, ni ante una tormenta de nieve inesperada...
¡Como no iban a entusiasmarse los lectores del Atlantic Monthly al leer estas cartas! Cuando uno esta resguardado entre las paredes de un hogar sólido, en la ciudad, no puede evitar soñar con espacios abiertos, con noches al raso y con esa incertidumbre de no saber que encontrará de buena mañana.
Pero una cosa es leerlo y soñarlo y otra muy distinta llevarlo a cabo. Elinore dio el paso y con su humildad y su sinceridad, demostró a muchas de sus compatriotas que con fiereza y determinación era posible alcanzar la independencia soñada. 

No lo dudéis, regalaos este precioso pasaje a la libertad y la aventura.  Encontrareis una narradora entrañable dotada de un delicioso sentido del humor y una apertura de espíritu admirable; y en cierto modo sentiréis que al escribir a su antigua amiga Coney, Elinore lo hizo inconscientemente para cada uno de nosotros:

"Me alegra mucho poder llevarle un poco del aire libre, limpio y hermoso de por aquí a su apartamento para que disfrute, y no hay nada que me haga más feliz que llevar el oeste y su gente a otras personas que de otra manera no podrían gozar de él. Si así pudiera al menos sacarlos de sus problemas y ofrecerles esta brisa tonificante de la montaña, alguna instantánea del paisaje, el olor de los pinos y de la salvia, si al menos pudiera hacer que sintieran la compresión espontánea y dispuesta de estas gentes de la frontera, estoy segura de que se olvidarían sus penas y entonces mi felicidad sería completa".

Hoja de lata ha publicado la segunda parte de las cartas de Elinore, Cartas de una cazadora y desde aquí solo puedo enviarle mi sus editores mi más sincero agradecimiento. Gracias por apostar por libros como estos. Pura salvia para la mente y el espíritu.

Aquí tenéis un nuevo coup de coeur que espero disfrutéis tanto como yo. Un abrazo y muy felices lecturas a todos.

PD. Este fascinante documental (siento que sea en inglés) narra la odisea de aquellos que se acogieron a la Homestead Act. Una historia hecha de renuncias, fracasos y algunas victorias. ¡Que lo disfrutéis!

Hace dos años exactamente...

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Tardes y tardes de té y buenas lecturas.
...nacía A book a day. Por aquel entonces empecé con ilusión una andadura que solo me ha traído alegrías. 
Hoy igual que ayer, disfruto de ese proceso que se renueva sin cesar en cada entrada. Leo, anoto, me documento, empiezo otra hoja en blanco, encadeno las frases necesarias hasta estar satisfecha... y por fin al llegar a ese momento liberador en el que presiono publicar, sonrío al saber que lo que hasta entonces solo existía en mi cabeza pasa a formar parte de vosotros. Es algo que me llena, que me enriquece y que me hace inmensamente feliz. 
A lo largo de estos dos años hemos hablado juntos de libros, de librerías de aquí y de allá, de paseos, viajes y momentos en los que ellos nunca han estado lejos. Abrir este rincón me permitió compartir mi amor por la literatura y ser partícipe de la vuestra. Por eso hoy más que nunca quiero agradeceros vuestra amabilidad, el que hayáis enriquecido mis lecturas con sugerencias y opiniones. Por el momento solo he tenido la oportunidad de abrazar en la vida real a dos de vosotras, pero espero que este abrazo virtual junto a mi agradecimiento llegue a cada uno de vosotros.

Hasta el día de hoy no había organizado ningún sorteo y me mantengo firme en mantener la costumbre. Pero en un día como este nada me gustaría más que enviaros un pequeño regalo para agradeceros vuestro cariño.  Así es como prefiero llamarlo, solo un regalo. 
Es mi deseo que un ejemplar Persephone viaje hasta uno de vosotros. Espero que os acompañe, adorne vuestra estantería y con un poco de suerte pueda convertirse en una inolvidable lectura. Si, ya se que todos ellos están en inglés, pero me parece una forma estupenda para animaros a que perdáis el miedo a leer en otras lenguas; para que salgáis de vuestra zona de confort y conozcáis la satisfacción que uno experimenta cuando se sabe capaz de leer en otro idioma.

Desde Londres hasta cualquier parte del mundo. 
Todo el que quiera participar no tiene más que dejar un comentario en la entrada (por favor en el caso de que solo queríais comentar y no participar decírmelo) y yo le asignaré en estricto orden un número de participación. No es necesario ser seguidor, ni tenéis ninguna otra obligación que cumplir. Solo os pido un pequeño requisito, algo que va a saciar mi curiosidad y me va a dar buenas ideas. Junto a vuestra intención de participar, deberéis dejar en el comentario el título o los títulos de esas lecturas que más os han marcado y que me recomendáis especialmente. Solo eso.

Aquí os dejo el catálogo completo de los libros Persephone para que podáis decidir el título que queráis en caso de resultar premiados. También podéis visitar la pestaña Persephone Books del blog, para ver algunos de ellos reseñados. Tenéis títulos inolvidables como "Diario de una dama de provincias", "El libro de la señorita Buncle", "Mariana" o "El gran día de la señorita Pettigrew".

Tenéis de tiempo hasta el día 4 de febrero para apuntaros y el día 6 anunciaré quien se hace con el libro. ¡Muchísima suerte a todos!

Solo me queda daros de nuevo las gracias por estar ahí, por haberme acompañado en otro año de lecturas, y por encima de todo, por haberlas enriquecido con vuestras opiniones y amables comentarios. 
De todo corazón, gracias.
Marie.

Dos libros grises: The Home-Maker y Wilfred and Eileen

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Bien, aprovechando el regalo Persephone en marcha y para ayudaros un poquito a decidir, voy a hablaros hoy de otros dos libros de su catálogo, el número 7 y el número 107 respectivamente. Son lecturas que no pude comentar en 2014 y creo que merecen un huequito en el blog. 
The Home-Maker de Dorothy Canfield Fisher.

Nº7 y su precioso marcapáginas.
El primero de ellos os lo presentaba allá por el mes de mayo, en el IMM de la maleta londinense.  En aquel viaje no tuve ninguna duda en traerme uno de los títulos más destacados de la editorial. Una novela publicada en 1924, que después de 91 años no ha perdido ni un ápice de actualidad.

The Home-maker cuenta la historia de la familia Knapp, un matrimonio con tres hijos que vive en un pequeño pueblo estadounidense. Lester, el padre, es un hombre tranquilo y hogareño; un lector empedernido que trabaja como dependiente en unos grandes almacenes.  Evangeline, la madre, es una mujer activa y perfeccionista que ocupa su tiempo en ser la perfecta ama de casa: la cocina, la limpieza y sus niños, a los que controla con mano férrea,  son su único horizonte.
Así, la vida de Lester transcurre entre la presión por las ventas y un trabajo que aborrece y la de Evangeline en la lenta y frustrante monotonía de su casa. Sin duda, el hogar de los Knapp dista mucho de ser la imagen idílica difundida por revistas de la época como Good Housekeeping.
Pero todo cambia el día en el que un accidente obliga a Lester a permanecer en casa, mientras que Evangeline ocupa el puesto de su marido en la tienda. Ambos encuentran entonces la felicidad y el equilibrio.   Más a ojos de todo el mundo este arreglo solo puede ser temporal, ya que ¿como iba un hombre a ser feliz encerrado en casa y una mujer trabajando fuera de ella?

Siguiendo la estela de muchos de los libros PersephoneThe Home-maker es una historia sencilla sobre las alegrías y los sinsabores de la vida cotidiana. Un relato sobre las relaciones de familia, en el que la educación de los hijos y los roles paternos tradicionales, aparecen como tema central. Sirviéndose de diferentes puntos de vista en la narración, Dorothy Canfield Fisher pone al descubierto los sentimientos y anhelos de cada uno de los miembros de la familia Knappla desesperación de Evangeline al verse relegada a una vida de monotonía, a la imposibilidad de utilizar su energía y su carácter en nuevos propósitos y objetivos. La desesperación de Lester, que vive angustiado por los ingresos, por la competitividad y por alcanzar convertirse en el perfecto padre de familia. Y como no, el sufrimiento de los niños que soportan a duras penas el carácter agriado de su madre y la tristeza que se refleja en los ojos de su padre.


Esposos, esposas e hijos.
Es fácil entender el escándalo que levantó la novela en el momento de su publicación, y es que entablar una reflexión sobre el reparto tradicional que hombres y mujeres debían ocupar en el seno de la familia no es sencillo, ni siquiera hoy.
La mujer ha sufrido y aun hoy sigue sufriendo las consecuencias de verse atada a los roles de esposa, madre y ama de casa. Aún hoy es moneda común el que a muchos sorprenda que una mujer decida no tener hijos. Presentar a una mujer que no se realiza a través de la maternidad era un atentado contra la naturaleza en 1924 (como el caso de Evangeline en la novela), y una rareza en 2014. Da que pensar ¿no creéis? 
Pero lo que más me sorprendió de la lectura es como Fisher consigue que nos hagamos las mismas preguntas con respecto a los hombres. Aunque pueda sorprendernos, ellos también pueden estar encerrados en el papel de  pilar activo de la familia; en el de ser alguien competitivo, triunfador, amante de la acción y el riesgo. ¿Donde queda pues un hombre que guste de la tranquilidad y del retiro, que no ambicione? Como veis las líneas que separan ambos casos son muy estrechas y todavía queda un largo camino hasta que consigamos vencer los prejuicios ligados a cada sexo.
Leer The home-maker es una excelente forma de entrar en el debate y un medio brillante para obtener respuestas.

Wilfred and Eileen de Jonathan Smith

Nª 107 y su correspondiente marcapáginas.
Este segundo título es uno de los que incluí en mi selección de lecturas sobre la IGM.  Cuando lo compré, me atrajo que se tratase de una historia de amor en tiempos de guerra y sobre todo que estuviese basado en la historia real del matrimonio formado por Wilfred y Eileen Willett.

Esta es la historia de como un brillante estudiante de medicina y una joven de buena familia se conocen en un baile de graduación en Cambridge. A lo largo de la novela seremos testigos de los días felices de su romance, de  los planes de futuro que van trazando como cualquier otra pareja y de como, al final, la guerra termina cambiándolo todo.

No os voy a engañar, cuando compré el libro quería encontrar una historia de amor. Nada rocambolesco, tan solo una de esas historias que tanto disfruto de dos personas que se conocen en el momento menos esperado y poco a poco comprenden lo afortunado de ese encuentro. Y si, es cierto que es esto lo que ofrece Wilfred and Eileen. La mayor parte del libro habla sobre dos jóvenes que se enamoran, sobre sus paseos cotidianos por Londres, su lucha contra la oposición familiar, el deseo de estar juntos a toda costa y, como no, de la irrupción de la guerra en sus vidas. 
De como los paseos cesan entonces para dar paso a un conmovedor intercambio de cartas; cada una de ellas llena de ternura, de miedo, de esa búsqueda continua de encontrar consuelo en las palabras del otro.

Pero a pesar de todo, el resultado final de la lectura me dejó una terrible sensación de indiferencia, de desafecto. Jonathan Smith utilizó la biografía real de Wilfred y Eileen y los testimonios de sus descendientes para escribir su novela. Quizá haya sido el miedo a desviarse de la biografía original, a tomarse demasiadas libertades, lo que ha terminado por dotar a su novela de una frialdad y de un desarrollo demasiado esquemático para mi gusto.   
Planes de futuro rotos por la guerra.
Quizá si hubiese ampliado el espectro de personajes y situaciones, si hubiese desarrollado más las tramas, habría conseguido dar más profundidad no solo al contexto si no a la historia personal de la pareja protagonista. 
Pero esta es simplemente mi apreciación personal. Sin duda Wilfred and Eileen no es una mala novela, al contrario, pocas veces podréis encontrar un testimonio tan fidedigno de una de esas historias de amor que se vivieron en tiempos de la gran guerra. Por eso estoy segura de que hará las delicias de todos los interesados en el periodo, aunque eso si, buscadores de romance con mayúsculas…mejor abstenerse :)

Espero que la entrada os haya sido útil para ir eligiendo algún título del catálogo y por hoy nada más; solo desearos, como siempre, muy felices lecturas a todos.
PD. The Home-maker ocupa el año 1924 en mi Century of Books.

Notas de Enero

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Siguiendo la estela de los de la A de la Z, este año os propongo estos pequeños diarios mensuales. Ideas, enlaces, fotografías, exposiciones… simplemente algunos de esos detalles que me inspiran y que me encantará ir compartiendo con vosotros.

- Empezamos con cine. Este año llegan a la gran pantalla tres adaptaciones literarias que muero de ganas de ver: Testament of Youth basada en el libro de Vera BrittainFar from de Madding Crowd de Thomas HardySuite française de Irène Nèmirovsky
Podéis ver los trailers clicando en los títulos, y si tenéis pensado  participar en el reto de nuestra querida Magrat estas pueden ser muy buenas opciones.

El trabajo de fotografía y vestuario es suntuoso espero que el guión adaptado
siga la misa estela.
-Hablando de Testament of Youth, no puedo evitar compartir con vosotros, estas maravillosas fotografías de la edición americana de Harper's Bazaar. La moda eduardiana es mi absoluta favorita y estas imágenes del vestuario de la película corresponden punto por punto a mi sueño fashionista.

Sencillez de diario.
Perfecta para la universidad.
Faldas y blusas en crÊpe-de-Chine, sencillas y elegantes
Precioso abrigo en marino.
- Una alegría inesperada ha sido el regreso de Antonio Muñoz Molina al mundo blogger. El pasado mes de junio, Antonio puso fin a su inspiradora bitácora Escrito en un instante, y en cierta forma me sentí un poco huérfana. Me encantaba empezar el día leyendo sus impresiones y reflexiones sobre viajes, arte o simplemente instantes de vida. Ahora ha vuelto con Visto y no visto, y yo no puedo estar más contenta.

-Como es tradición The Guardian ha elaborado un Calendario literario del 2015 para tener al tanto a sus lectores sobre las novedades literarias del año que empieza. Un mina a explorar minuciosamente.

-El cierre de una librería, al menos para aquellos que hemos vivido y crecido en ellas, siempre es una triste noticia; pero aún lo es más cuando el punto y final afecta a una de esas que han sido refugio y lugar de descubrimiento durante tus primeros años universitarios. Vents du Sud uno de los rincones de Aix-en-Provence que más quería ha cerrado sus puertas. Espero de corazón que otras no tengan que seguir su estela.

-El cuadro del mes es una de esas pinturas de vidas anónimas y momentos cotidianos que tanto me gustan. Winter Scene in Brooklyn de Francis Guy (1819-1820), captura con minucioso detalle una mañana cualquiera en la vida de los habitantes del barrio. Un borough todavía rural al lado de la bulliciosa Nueva York.  
Bajo los techos nevados del vecindario, los lugareños realizan sus tareas diarias. Unos conversan, quizá del tiempo o de algunos achaques, otros más activos dan de comer a las gallinas, cortan leña o incluso, si fijáis bien la vista, se ocupan de limpiar la chimenea. Caídas y juegos en la nieve, paseos en trineo, el fuego de la chimenea listo para recibirte en casa…pequeños placeres de invierno fijados para siempre en un lienzo.
Winter Scene in Brooklyn de Francis Guy.
Vida en torno a la ferretería.

El hielo traicionero.
¡Alguien sale por la chimenea!
-Y para terminar, un vistazo a las lecturas de enero:


Para mayores de cuarenta de Willa Cather, una colección de pequeños ensayos en los que Willa comparte preciosas vivencias y reflexiones literarias. Imprescindible para los que aman su escritura.
La señorita Mackenzie de Anthony Trollope, una buena novela de Trollope que a pesar de no haber disfrutado tanto como "El custodio" o "Las torres de Barchester", me dejó muy buen sabor de boca.
Mujeres sin pareja de George Gissing una lectura lúcida y agridulce sobre las relaciones entre hombres y mujeres y el camino a la independencia de las últimas. Conforme iba leyendo me sorprendió encontrar muchas similitudes con "Noche y día", la novela de Virginia Woolf. Os hablaré muy pronto de ambas porque creo que merecen mucho la pena.
La jungla de Upton Sinclair, una novela que huele y sabe a sangre y miseria. Dura, humana, injusta y necesaria. Sin duda tendrá su entrada individual en el blog.

Y hasta aquí las notas del mes, ¡Que tengáis todos un muy feliz mes de febrero!

Cierre del sorteo y listado de recomendaciones.

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Bueno, pues con el día 4 de febrero terminado toca cerrar el plazo para apuntarse al regalo Persephone. Muchísimas gracias a todos los que os habéis animado a participar, y sobre todo, gracias por vuestros mensajes de felicitación. ¡Eso si que ha sido un buen regalo de aniversario!
La lista final de participantes queda pues de la siguiente forma:

1- Marissa
2- Lucy
3- Ginger
4- Beldz
5- Minea
6- Dorcas
7- Tizire
8- Raquel González
9- Halcombe
10- Winnifred
11- Margari
12- Agnieszka
13- Pilar
14- Ali
15- Laura López
16- Magrat
17- Isa Martínez
18- Polly
19- Jen
20- Only Bea
21- Mientras Leo
22- Jane Austen
23- masteatro
24- Cris
25- L
26- rps

Muchísima suerte a todos y estad atentos al anuncio del ganador el día 6.

Ahora os dejo con la lista de recomendaciones que me hicisteis. Me encantó leerlas bien despacio e ir investigando aquellas que no conocía. ¡Mil gracias! Sabía que podía contar con vosotros :) 
Ahora solo espero que este buen montoncito de títulos, seleccionado por vosotros, sirva a unos y otros como guía de posibles lecturas (recordad que los títulos en azul son enlaces de contenido):

- Una lectora nada común, de Alan Bennett
- 84, Charing Cross Road de Helene Hanff
- La edad de la inocencia y Ethan Frome de Edith Wharton
- El mayor Pettigrew se enamora de Helen Simonson
- La tía Mame de Patrick Dennis
- La historia del amor de Nicole Krauss
-  Casa desolada y La tienda de antigüedades de Charles Dickens
- El molino del Floss de George Eliot
- El sabueso de los Baskerville de Arthur Conan Doyle
- Los miserables de Victor Hugo
- Tartarín de Tarascón de Alphonse Daudet
- Monsieur de Bougrelon de Jean Lorrain
- La antorcha, de Marion Zimmer Bradley
- Las ciudades carnales de Zoé Oldenbourg
- Servidumbre humana de W. Somerset Maugham
- El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince
- Mar de mañana de Margaret Mazzantini
- Entre cielo y tierra de Jón Kalman Stéfansson
- Los hilos del corazón de Carole Martínez
- Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi
- Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
- Anna, soror… de Marguerite Yourcenar
- Rebecca de Daphne Du Maurier
- La dama de blanco de Wilkie Collins
- El jinete de bronce de Paulina Simmons
- La lluvia amarilla de Julio Llamazares
- Un monstruo viene a verme de Patrick Ness
- Wild de Cheryl Strayed
- Tenemos que hablar de Kevin de Lionel Shriver
- La decisión de Sophie de William Styron
- Momo de Michael Ende
- Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
- Tren nocturno a Lisboa de Patrick Mercier
- El jardín de las brumas de Tan Twan Eng
 - A town like Alice de Nevil Shute
- Nápoles 44 de Norman Lewis
- Los verdes años de A.J Cronin
- Seventeen y Alice Adams de Booth Tarkington
- Persuasión de Jane Austen
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
- Agnes Grey de Anne Brontë
- Norte y Sur de Elizabeth Gaskell
- Ex libris de Anne Fadiman
- Nacidas para amar de Valerie Sherwood 
- La señora de Mellyn, de Victoria Holt
- Matilda de Roal Dahl
- Jane Eyre de Charlotte Brontë
- Cartas de Papá Noel de J.R.R Tolkien
-  El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde
- La mujer del viajero en el tiempo de Audrey Niffenegger
- Llama a la comadrona de Jennifer Worth
- Stardust de Neil Gaiman
- La reina de la lluvia de Katherine Scholes
- Un poema de Yeats
- El maestro y Margarita de Bulgákov
- The women's Room de Marilyn French
- Zazie dans le metro de Raymond Queneau
- La perla y Las uvas de la ira de John Steinbeck
- Stoner de John Williams
- Maurice de E.M Forster
- Un matrimonio perfecto, y Abril encantado de Elizabeth Von Arnim
- Crimen y castigo de Fiodor Dostoievski
- Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith
- Matar a un ruiseñor de Harper Lee
- El dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy
- Algo alrededor de tu cuello de Chimamanda Ngozi Adichie
- Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell

The Blue Castle de Lucy Maud Montgomery

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Edición inglesa de Hesperus Press
La buena noticia es que D'Época editorial tiene
previsto publicar la edición española de la novela. 
Después de terminar "La jungla" de Upton Sinclair necesitaba leer algo que me reconciliara con el mundo. Una historia amable que contrastara con la terrible realidad de aquellos mataderos de Chicago y la miseria de sus trabajadores. No es que quisiera olvidarles, eso es algo imposible para mi, pero solo necesitaba soñar por un momento con una bella historia. 
Pensé en coger uno de los libros de Elizabeth Goudge, un remanso de paz al que siempre acudo cuando lo necesito; pero entonces me acordé de ese "castillo azul" que tenía por la estantería y Lucy Maud Montgomery ganó la partida.

"The blue castle" vio la luz en 1926, fruto de una idea que nació en la mente de Lucy cuatro años antes. 
En julio de 1922, la autora pasó dos semanas de vacaciones en  la localidad canadiense de Bala, un pequeño enclave situado a orillas del majestuoso lago Muskoka. Allí, inspirada por el paisaje que la rodeaba, empezó a tramar por primera vez una historia situada lejos del enclave natural de sus novelas, la Isla del Príncipe Eduardo.
Así nació "The blue castle" y su protagonista Valancy Stirling, una solterona de veintinueve años que ha vivido siempre encerrada entre las paredes de su casa, bajo el férreo control de su familia. Para Valancy, los meses y los años se suceden en una desesperada monotonía y su único medio de escape lo constituyen los libros de John Forster que lee con deleite y los sueños que construye en su "castillo azul", un lugar en el que al fin puede ser ella misma.

Lo que ella no espera es que el destino no ha jugado su última carta; en una visita al médico a Valancy le es diagnosticada una enfermedad incurable y apenas la esperanza de un año de vida. Es entonces cuando decide por fin tomar las riendas  y, desafiando a su familia, deja su casa para vivir el tiempo que le queda como ella desea; incluso frecuentando dudosas compañías: como el borracho y salvaje Roaring Abel, su hija deshonrada y al misterioso Barney Snaith, un ermitaño que vive en una cabaña a orillas del lago. Junto a ellos Valancy descubrirá que su castillo azul estaba más cerca de lo que imaginaba. 

                              

Leyendo la montaña de comentarios y reseñas presentes en la red acerca del libro, llegué a la conclusión de que fácilmente podían dividirse en dos grupos: aquellos que nunca habían oído hablar de la novela y aquellos que la conocían y además adoraban.
Vista de la cabaña que comparten Valancy
y Barney.
Ahora que ya la he tenido entre las manos no puedo más que unirme al segundo grupo, y es que ¡vaya dosis de optimismo y de alegría me ha proporcionado esta lectura! Este es uno de esos libros que cierras con una sonrisa de satisfacción en los labios. 
Una historia dulce, sencilla, sentimental en su justa medida y dotada con lo giros inesperados necesarios para hacerte anhelar llegar al desenlace. Como es habitual en los libros de L.M Montgomery, la galería de personajes secundarios está muy bien construida y todos están dotados de una personalidad, un carácter con el que es muy sencillo encariñarse. No os estaré estropeando la novela si hablo de Valancy y Barney como la pareja protagonista. Es un romance previsible desde el comienzo, pero tan bello, que es fácil perdonarle la evidencia a la autora.

Pero más que una historia de amor, más que la historia de una pareja, "The blue castle" es el relato de un despertar a la vida. El despertar de una joven anulada, objeto de lástimas y burlas, que se arma de valor, vence el miedo a la soledad y al que dirán y va en busca de su sueño: sentirse útil, querida y viva al fin; un ser abierto al mundo y a todo lo que este tiene que ofrecerle. 

¿No es una buena premisa para una novela? Por si fuera poco el estilo de Lucy Maud Montgomery hace el resto. Los que hayáis viajado con ella a Avonlea sabréis de su enorme capacidad para describir la naturaleza en todo su esplendor y la influencia que ésta tiene en el carácter de los personajes. ¿Sería Anne la misma sin los paisajes de la Isla del príncipe Eduardo?  ¡A mi me sería prácticamente imposible imaginarla en otro lugar, perdería su fuerza, su alma!
A veces es necesario creer en los finales felices.
Con Valancy, L.M Montgomery sigue el mismo procedimiento y a través de los ojos de su heroína nos traslada a un mundo de ensueño que ya siempre asociaremos con ella. ¡Con que belleza describe el entorno donde está enclavada la cabaña que comparten Valancy y Barney! Sin duda ese porche con vistas al lago donde comparten conversaciones y lecturas al atardecer también sería mi castillo soñado. 
Hay unos pasajes de la novela en los que somos testigos del paso de las estaciones. Los meses encabezan cada párrafo y en estos se van enumerando los cambios que se producen en el exterior de la cabaña: la explosión de color de octubre, la melancolía de los días que se acortan en noviembre, la fría claridad de los primeros días de diciembre…y dentro de casa la quietud y el crepitar del fuego en la chimenea, una montaña de libros a un lado y la persona querida al otro. Son líneas preciosas y dignas de una novela que bien merece ser descubierta.

"The blue castle" es una pequeña joya de optimismo. Una fórmula perfecta para creer en nosotros mismos y en las segundas oportunidades. Sin duda otra de las novelas de L.M Montgomery que guardaré con mucho cariño en mi estantería.

¡Muy felices lecturas a todos!

PD. "The blue castle" ocupa el año 1926 en mi Century of books.
PD1. No me olvido de que hoy toca anunciar al ganador del regalo Persephone. He recurrido a Random.org y el clic de la suerte ha recaído en el número 10. Así pues, mi querida Winnifred ¡muchas felicidades! Voy a escribirte de inmediato para que me envíes tus datos y pueda mandarte el libro que prefieras. 
¡Muchas gracias a todos los que habéis participado!

La jungla de Upton Sinclair

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Edición de bolsillo francesa. Capitán Swing ha
publicado la edición española.
"Give me your tired, your poor,
Your huddled masses yearning to breathe free,
The wretched recuse of your teeming shore.
Send these, the homeless, tempest-tossed, to me:
I lift my lamo beside the golden door."

América, tierra prometida. Cuántas historias de éxitos y fracasos vivieron aquellos que respondieron a tu llamada. "Dame a tus exhaustos, a tus pobres…", esos versos de Emma  Lazarus, grabados en el pedestal de la estatua de la libertad, dan testimonio de la aventura vivida por todos los inmigrantes que llegaron a Ellis Island en busca del sueño americano. 

Mientras confeccionaba la lista de mi Century of books, quise recoger varios títulos que tratasen el tema de la emigración hacia América. Primero llegó el turno de Un árbol crece en Brooklyn, precioso libro sobre una niña descendiente de inmigrantes irlandeses y austríacos; ahora, remontando el tiempo casi a principios de siglo, exactamente a 1906, le paso el testigo a La jungla de Upton Sinclair.

Antes de leerla no quise indagar acerca del autor ni sobre los entresijos que llevaron a la redacción de la novela. La empecé sabiendo únicamente que esta era la historia de los Rudkus, una familia lituana que invierte todo lo que tiene para empezar una nueva y, ellos esperan, próspera vida en América. Su destino, Chicago, ciudad que representó como pocas el enorme desarrollo económico que experimentaron los Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX.
El libro se inicia con una boda, la de los protagonistas Jurgis y Ona Rudkus. Un instante de felicidad lleno de promesas por cumplir, que pronto comprobaremos estará lejos de repetirse. 

526 páginas después, al menos en mi edición de bolsillo, terminaba una lectura ardua, desagradable, oscura, pero totalmente necesaria.
Si la defino como ardua, no es por su virtuosismo o por sus complejas técnicas literarias; simplemente porque La jungla tiene en realidad muy poco de novela y mucho de reportaje periodístico. Esto puede desconcertar al lector que se acerca a ella esperando una trama de ficción convincente. En mi caso, si hubiese sabido de antemano como nació el proyecto de su redacción la hubiese encarado de otra manera. 

Trabajadores de los mataderos de Chicago.
En realidad La jungla nació de un encargo; de la misión que el periódico socialista Appeal to reason encomendó al, por entonces, joven y principiante escritor Upton Sinclair. El trabajo en cuestión consistía en introducirse en los mataderos de la ciudad de Chicago y allí investigar las condiciones laborales de sus trabajadores. Durante seis semanas, Sinclair tomó nota de todo lo que allí vio y recogió preciosos testimonios. Pocos meses más tarde aparecía, primero por entregas, un libro-denuncia que levantaría un escándalo de enormes proporciones. 

Y es que el mundo que describe Sinclair con terrible minuciosidad, es una de las cloacas más inmundas en las que me he adentrado gracias a la literatura. La imagen de un matadero no es agradable para nadie, pero la carnicería descrita en La jungla es más de lo que un estómago sensible puede soportar.  Este libro sabe y huele a sangre; al mismo tiempo que ésta mancha los brazos, se incrusta entre las uñas de Jurgis y encharca el suelo del matadero, te salpica a ti también provocándote una profunda náusea.
Una brutalidad, una miseria que continua incluso cuando los trabajadores abandonan sus puestos de trabajo. Esta se repite en las calles embarradas y llenas de desperdicios del barrio donde viven, en las casas en las que se hacinan familias, vecinos y desconocidos. Un mundo muy alejado de aquel que habían construido en el viaje de ida desde Europa, en aquellos tiempos en los que América todavía era un sueño. 

De una desgracia a otra Jurgis y los que le rodean van cayendo en un círculo vicioso de miseria y desesperación al que es difícil encontrar salida. Empleos precarios y condiciones de trabajo inhumanas, trabajo infantil, miseria, alcoholismo, prostitución, delincuencia
Creo que podréis imaginar el panorama desolador que se dibuja en las páginas del libro. Del mismo modo en el que los animales son despedazados sin piedad en el matadero, así se destruye la vida de Jurgis y el resto de personajes en manos del despiadado engranaje de los trusts capitalistas.  
Upton Sinclair se convirtió
en unos de los más feroces
muckrakers de la prensa
estadounidense
.
Al final Jurgis deberá escoger entre los distintos caminos que se abren ante él. En la lucha contra el más fuerte, solo existen tres vías:  resignarse y morir, medrar para intentar ser más fuerte que ellos, o recurrir a la unión de los más débiles contra el enemigo común.
Solo comparto con vosotros el gritó desgarrador que sale de las entrañas pútridas de la ciudad de Chicago y que pone fin a la novela: "Romperemos la resistencia, barreremos todo a nuestro paso y Chicago será nuestro! Chicago será nuestro! ¡CHICAGO SERÁ NUESTRO!"

La Jungla es un brillante y combativo manifiesto de denuncia sobre los abusos del sistema capitalista. Es una novela, que si bien flojea en la intriga y en la construcción de los personajes, es capaz de crear unas imágenes que no podré olvidar en la vida. Es un medio único para tomar conciencia. Porque aún hoy, más de cien años después, existen muchos "mataderos de Chicago" abiertos en el mundo.

Muy felices y enriquecedoras lecturas a todos.

PD. La jungla ocupa el año 1906 en mi Century of books.
PD1. Mientras iba leyendo la novela, pensaba una y otra vez en Jack London, en su propia lucha contra las desigualdades, que tan bien reflejan algunas de sus obras. De pronto casi llegando al final de La jungla llegué a este párrafo donde se describe un mitin del partido socialista: 

Edición francesa de Martin Eden y la
española de El pueblo del abismo.
"También estaba allí un joven escritor originario de California, que había sido pescador de salmones y ostras, estibador y marino. Había vagabundeado a través del país, entrado en prisión, vivido en los bajos fondos de Whitechapel y participado en la fiebre del oro del Klondike. Pero aún hoy, siendo un autor consagrado, no cejaba en la predicación  constante del evangelio de los pobres."

¡Ahí estaba Jack! Casi como dando respuesta a mi llamada. Si os interesa el tema no dejéis de leer Martin Eden (reseñada aquí) o El pueblo del abismo. Dos lecturas que aúnan la firme conciencia de Upton Sinclair y el enorme talento literario de Jack London.

IMM 15: ¡saquémosles que se acumulan!

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¡Los últimos de la cesta!
Tener tres de mis librerías favoritas casi en la misma calle de la universidad no me ayuda. No me ayuda en absoluto. Un día si y, para que negarlo, el otro también, paso la puerta de Gibert intentando darme ese aire indiferente y poco creíble del que entra en una tienda diciendo "no, si solo estoy mirando". La farsa, claro está, dura un suspiro, y en menos de dos segundos estoy buscando títulos pendientes y rebuscando en las pilas de libros como si no hubiese mañana.  
No creáis que luego me sobreviene el arrepentimiento. Cuando llego a la caja con mi cesta de libros de segunda mano, más feliz que una perdiz, basta con repetirme como un mantra "hasta el mes que viene no entro, hasta el mes que viene no entro". Y así voy, rompiendo resoluciones como podéis ver en la fotografía :) 
Para que marzo no se convierta en un "cuando ruge la marabunta" libresco, aquí tenéis mis últimas compras. Ocho de ocasión, dos nuevecitas y un regalo. Veámoslas con detalle.

Testament of Youth, Vera Brittain. "En 1915 Vera Brittain abandonó sus estudios en Oxford para alistarse como enfermera de campaña. Antes de que acabara la guerra había servido en Londres, Malta  el frente del Oeste francés y había perdido a todos los hombres que amaba."Testament of Youth fue el libro que escribió para honrar a toda la generación que desapareció en las trincheras. A pocos meses de que se estrene la película creo que ha llegado el momento de leerlo al fin. Me da que voy a terminarlo con lágrimas en los ojos.

L'homme du verger (The Orchadist), Amanda Coplin. El año en que La luz entre los océanos recibió el premio Goodreads a mejor ficción histórica (2012), The Orchadist quedó en segunda posición. Yo lo anoté en mi lista por leer porque la sinopsis parecía estar hecha para mi; principios del siglo XX, un rincón remoto de la costa oeste de los Estados Unidos, un anciano, dos jóvenes vagabundas y un encuentro inesperado. Cuando lo vi traducido al francés, no lo pensé dos veces y ya lo tengo conmigo.

Ann Veronica, H.G Wells. Bueno, en cuanto leais la sinopsis, veréis que este libro es  puro material Coup de Coeur.  "Ann Veronica Stanley quiere trabajar y amar. Por encima de todo, quiere ser una "persona" libre; libre de las frívolas obligaciones de su respetado barrio londinense. Joven vivaz e inteligente, termina por desobedecer a su padre y abandona su casa decidida a estudiar y a convertirse en la mujer que desea ser"
Londres, principios del siglo XX, era eduardiana, emancipación…Podréis imaginar el grito de alegría que pegue en The Abbey Bookshop cuando lo tuve en la mano (grito interno por supuesto).

Dessa Rose, Sherley Anne Williams. Sigo añadiendo títulos a mi periplo norteamericano y esta vez le toca el turno a una historia de esclavitud publicada en 1986. Basado en hechos reales, este es el relato de dos mujeres , una esclava fugitiva y una mujer blanca que desafían las barreras raciales y unidas viven una aventura de coraje y amistad. 
Otra lectura que incluir en el Century of books.

Cartas de una cazadora y Otras mujeres de la frontera, Elinore Pruitt Stewart. ¡Y este es el regalito! Miles y millones de gracias mamá por enviármelo. Encontrar nueva correspondencia de Elinore, a la que ya considero una vieja amiga, en el buzón es una enorme alegría. Además esta vez no viene sola; la acompañan otras célebres mujeres del oeste como Willa Cather, Calamity Jane o Laura Ingalls. La semana que viene lo empiezo sin falta.
L'entrave, Colette. Es tiempo de volver a Francia. Parece mentira, pero con la poca literatura francesa que leo, me siento como una traidora con mi patria de acogida. Que se le va a hacer, el corazón tira más al norte…pero con Colette no es necesario hacer esfuerzos. ¡Como me gusta leerla! Disfruté con Gigi, con Sido y con el primer tomo de las aventuras de Claudine.                          Ahora le llega el turno a L'entrave, una historia que refleja a la perfección el carácter de Colette. Su protagonista, una mujer independiente, desconfiada del amor, se enamora irremediablemente y debe entonces luchar contra el sentimiento de sentirse atada o terminar por ceder. Veremos si la autora me sigue proporcionando alegrías.
Thomas Hardy, Claire Tomalin, primera biografía que leo de la célebre Claire Tomalin y el elegido es Thomas Hardy. Acabo de empezar a leer Los habitantes del bosque y al mismo tiempo me he puesto con la biografía. Apenas llevo un par de capítulos de ambas y me están maravillando. 

Une femme à Berlin. Encontrar un libro anónimo, no es algo corriente. Este diario, escrito del 20 de abril al 22 de junio de 1945,  cuenta el desgarrador relato de una mujer alemana durante la ocupación de Berlín por las tropas rusas en la IIGM. Miseria, miedo, violaciones, vergüenza…un testimonio único, un descubrimiento inesperado que estoy segura no va a dejarme indiferente.

La isla de Sajalín, Antón ChéjovLa hija del capitán, Alexander Pushkin. Con estos dos títulos empiezo a aprovisionarme para mi desafío Reading Russia 2015. La isla de Sajalín lleva fascinandome muchísimo tiempo, desde que lo vi por primera vez en el catálogo Alba. Hay algo misterioso en ese viaje emprendido por Chéjov a la otra punta de Rusia, a esa recóndita y maldita isla donde están internados criminales y deportados políticos. Ya tengo preparado el abrigo y el valor para viajar hasta allí junto a él.
La otra lectura que he escogido, La hija del Capitán, promete aventuras, intrigas y amor, entre lo más profundo de la estepa rusa y los elegantes salones de la aristocracia de finales del siglo XVIII. Un contrapunto perfecto al duro presidio de Sajalín donde me va a llevar Chéjov.

Les femmes au temps de la guerre de 14, Françoise Thébaud. Y para terminar un ensayo que acabo de terminar y ha sido tremendamente enriquecedor. Cuando lo vi, pensé de inmediato en Ellas solas de Virginia Nicholson, un libro que ya os he dicho muchas veces me encantó. El ensayo de Thébaud es igual de fascinante aunque bajo un enfoque completamente distinto. Este es un libro universitario, respetuoso con la metodología de la disciplina y, aunque ameno por momentos, carece de la frescura y el sentimiento que puede tener una obra más divulgativa como Ellas solas
Como historiadora me ha parecido un libro riguroso, completo en su ángulo de ataque y muy interesante en sus hipótesis. Sobre todo la que aborda el nuevo papel de la mujer tras la guerra ¿emancipación conseguida o vuelta al status quo anterior al conflicto?
Si os interesa el tema, es sin duda un título imprescindible.

"¡Casita en que vivi!"La casa de
la familia Morgan, un personaje
más de la historia.
Y hasta aquí la última cesta de mis escapadas. Ojalá podáis apuntar algún título para vuestras listas de lectura y si queréis más información sobre alguno de ellos, no dudéis en decírmelo en los comentarios.                                                    
Un beso grande y ¡muy felices lecturas!                                                

PD. He terminado Que verde era mi valle y, aunque no ha sido tan especial como pensaba, es un libro muy bonito y emotivo. Os contaré con detalle en la reseña.
PD1. Recordad que todas las palabras en azul son enlaces de contenido :)

Philippe Derblay o Amor y orgullo de Georges Ohnet

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La preciosa edición d'Época
Moría de ganas de leer Philippe Derblay. Bueno, tratándose del catálogo d'Época, es algo que no va a sorprenderos. Pero es que en esta ocasión se unían en una sola novela, el buen hacer de la editorial y las comparaciones con Orgullo y Prejuicio de Jane Austen y Norte y Sur de Elizabeth Gaskell ¿alguien podía dar más?
Durante los últimos meses, fueron apareciendo por la red decenas de reseñas alabando Philippe Derblay e incluso catalogándola como la mejor o una de las mejores lecturas del año. Es cierto que también apareció  alguna que otra desavenencia, pero el "daño" ya estaba hecho, tenía que leerla rápidamente.

A día de hoy creo que muchos conoceréis a los protagonistas de la historia y al menos algunos aspectos de su trama. Francia, finales del siglo XIX. Una bella joven, perteneciente a la decadente aristocracia francesa, y un prometedor hombre de negocios entran en escena en el pequeño pueblo de Pont Avesnes. Ella acaba de sufrir un cruel desengaño amoroso y él, enamorado de ella desde el mismo instante que la vio, recibe su recompensa cuando por sorpresa recibe su mano en matrimonio. A estos primeros compases de la novela, seguirán una serie de malentendidos, auspiciados por los celos, las apariencias, la traición y la sed de venganza. Una trama vertiginosa que parece conducir a un fatal o, si el autor es venebolente con sus personajes, a un feliz desenlace. 
La gran cuestión es ¿conseguirá la pareja protagonista vencer sus desavenencias y encontrar la felicidad?

Con sus más de 400 ediciones, su millón de ejemplares vendido solo en Francia y su traducción inmediata en el extranjero, podéis imaginar la de lectores que se hicieron esa misma pregunta. Georges Ohnet consiguió una celebridad sin precedentes gracias a la publicación de Le maÎtre de forges,  título original de la novela.  Que superase al gran Zola en número de ventas puede ayudar a comprender la magnitud de su fama. 
Y sin embargo, a pesar del favor del público, Ohnet fue totalmente denostado por la crítica, como bien muestra la excelente introducción con la que d'Época encabeza la novela. 
Buscando en Gallica, encontré las referencias de estas dos críticas de la época, una escrita por el célebre crítico Jules Lemaître y otra por Adolphe Bisson. Leyéndolas uno puede hacerse la idea de los duros calificativos que recibió la obra de Ohnet:  "no encontraréis un crítico serio que le haya nombrado; este silencio universal de los literatos contrasta con el favor aplastante del público". "(los literatos)…no se molestarían en tener todos los lectores de Ohnet, pero sin duda no querrían haber escrito ninguno de sus libros."
"Monsieur Ohnet ha sido creado para los iletrados que aspiran a la literatura."
Imágenes de una crítica satírica de Philippe Derblay aparecida en 1883. Aquí teneis la serie completa y fijaos que
 el pobre Philippe no suelta el martillo ni para casarse :)















Es curioso como la historia se repite una y otra vez ¿verdad?; cuantos debates despierta por doquier el diferenciar la buena de la mala literatura, el best-seller de la obra de calidad, la consagración por la crítica o por el favor popular.  Supongo que al final es trabajo del propio lector el fijar los límites entre los que diferencia obra de arte y mero esbozo. Ya se sabe que no hay nada más personal que el disfrute de la lectura.

En mi caso Philippe Derblay ha resultado ser una lectura adictiva; una de esas novelas que pasan a una velocidad pasmosa, y dejan un momento de entretenimiento efectivo pero fugaz muy a mi pesar. Sus personajes no se han hecho un hueco en mi memoria, ni tampoco su romance y los entresijos de su historia. Sin duda el libro no ha sido el culpable, si no la imagen previa  que yo me había creado de él. 

La historia partía con muy buenas bases. El siglo XIX fue convulso en la gran mayoría de países europeos. La lucha entre el antiguo régimen y los nuevos gobiernos liberales, el auge de los nacionalismos, el nuevo reinado de la burguesía y el nacimiento del movimiento obrero…temas que han quedado dibujados a la perfección en la literatura; pero sin duda no esperéis encontrarlos en Le maÎtre de forges
Philippe Derblay usa el contexto histórico como decorado, pero su razón de ser y su único objetivo es mostrar una historia de amor entre dos clases sociales, si bien no opuestas en riqueza, si en status. Ese es su tema principal y como tal tenemos que juzgar su trama. En este sentido, y a pesar de su exceso de dramatismo, cumple a la perfección con su cometido. En ningún momento ha decaído mi atención sobre la pareja y no pude descansar hasta descubrir el final. 
Los críticos achacaron a Ohnet la manido de sus personajes, su falta de profundidad, y también lo artificiales que sonaban sus descripciones; pero a mi parecer fueron demasiado severos. Ohnet no es Zola, ni Balzac, ni Daudet y en mi humilde opinión dudo mucho que quisiese serlo (más allá de lo alejado que está de los preceptos naturalistas). Buscaba entretener y hace suspirar y estremecerse a sus lectores y, dadas las ventas de sus novelas, no hay duda de que consiguió su objetivo.

Escena final del duelo. Fuente.
Quizá lo que a mi más me ha dificultado el disfrute de la novela haya sido el estilo demasiado barroco del autor; un exceso que se repite en el abuso del dramatismo. Comprendo que Ohnet quería seguir la senda de la exaltación romántica que triunfó a comienzos de siglo, pero tal despliegue a mi me predispuso a la risa, a juzgar la historia como artificiosa y difícil de creer.

Pero a pesar de estas apreciaciones es imposible negar que la novela funciona. Como ya os he dicho no podréis dejarla hasta descubrir el desenlace. Ohnet manejó a la perfección la tensión narrativa y leyendo Philippe Derblay no descansareis hasta saber si Claire y Philippe terminarán amándose, si saldrán castigados el oportunista duque de Bligny y la pérfida AthénaÏs y si finalmente reinará la paz en Pont Avesnes.

Philippe Derblay puede resultar un trampolín perfecto para todos aquellos lectores que aun no se han atrevido a dar el paso con los clásicos. Encontrarán la lectura amena, cercana y, lo más importante, descubrirán que los clásicos no son ni mucho menos la tortura que esperaban y tienen mucho que ofrecer.

Solo me queda agradecer una vez más a la editorial d'Época su magnífico trabajo; alabar la apuesta necesaria y valiente que han emprendido por los clásicos olvidados. Nunca podremos agradecéroslo como merecéis. 

¡Muy felices lecturas a todos!

Notas de febrero

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Una lectura agradable para empezar bien la tarde.
¡Que repitan este mes porque ni lo he visto pasar! 
Lo cierto es que febrero, fugaz o no,  lo que si ha sido es un mes extraño. Normalmente aquí suele ser uno de los más fríos, pero este año ni esas. Un poquito de nieve, un poquito de granizo y el resto, días despejados y temperaturas muy agradables. 
También ha sido raro el que haya ido tantas veces al cine. Creo que Jean y yo hemos visto el mismo número de películas este mes que en todo el año pasado. Me encantó La teoría del todo y me estremeció el testimonio que lanza Timbuktu (no puedo dejar de escuchar la canción oficial de la película, ¡que belleza!); también disfruté con la comedia francesa La famille Bélier y aún me estoy reponiendo del visionado de Birdman. Por si fuera poco me tragué dos galas de premios al completo, los Cesar y los Oscar (si, estos últimos en directo, estoy como una cabra). 

Febrero pues, ha sido un mes bastante cinéfilo y sobre todo rico en lecturas. Al final de la entrada os he preparado un pequeño resumen de lo leído, en el que no he podido incluir por muy poco el libro que tengo ahora entre manos, la biografía de Thomas Hardy escrita por Claire Tomalin. Es maravillosa tanto en su contenido como en su forma. Voy leyendo y apenas puedo contener las ganas de abalanzarme sobre todas las novelas de Hardy. Por el momento este mes he leído "Los habitantes del bosque", pero no creo que deje pasar mucho tiempo antes de empezar con otra. 

Ahora respetando la costumbre, os dejo algunas notas de cosas que me han gustado e inspirado, espero que las disfrutéis.  

Capturas de la serie con sus protagonistas, Elizabeth y Jack
- La primera tengo que agradecérsela a Seri.  Hace unas semanas nos hablaba en su blog de una serie de época que le había encantado, When calls the Heart
Me tentó, la vi, la disfruté y como me gustó tanto, la volví a ver de nuevo en la televisión francesa, donde por suerte han decidido emitirla.
Seri la describió como optimista y entrañable, y yo estoy completamente de acuerdo con ella. El día 4 de abril se estrena la segunda temporada y ya estoy deseando volver a Coal Valley.

Como habéis podido ver en la fotografía que encabeza la entrada, descubrí que la serie estaba basada en una novela y claro no pude resistirme a leerla. Me dio algo de miedo cuando leí que se trataba de un "romance cristiano" (primera noticia de que existía algo semejante) pero no tuve ningún problema; el elemento religioso es mínimo y la historia resultó tener el mismo sabor que la serie (aunque no el mismo guión).  La aventura de una profesora que se atreve a viajar al indómito oeste canadiense y allí descubre el amor y sobre todo que es capaz de valerse por si misma. Sencilla, cálida, en definitiva una lectura agradable.

-Este mes he disfrutado leyendo dos entrevistas. Esta a Enrique Redel, editor de Impedimenta y esta a Silvia Querini directora literaria de Lumen. En ellas arrojan una mirada lúcida sobre el panorama editorial de nuestro país y frases como estas merecen destacarse:
"Muchos de mis libros más queridos han sido fracasos comerciales". E.Redel


"Estoy convencida de que en este país se escribe más de lo que se lee, lo cual es tanto como decir que se escribe sin haber leído. La escritura es un ejercicio dificilísimo, y la buena escritura necesita predisposición y una base importante de lecturas donde asentarse". S. Querini

- También me ha encantado este artículo de Myles Tanzer y la idea del Forever Book.  No se si muchos de vosotros habéis sido seguidores de Las chicas Gilmore (lo mío es amor absoluto); pues en la serie una de las protagonistas, Rory, siempre llevaba un libro en el bolso. ¡Nunca sabe uno cuando va a tener la oportunidad de avanzar unas líneas! 
Pues no sería mala idea llevarlo siempre
conmigo.
Pues Tanzer en su artículo expone la idea de llevar siempre encima un libro que sea especial para nosotros. Uno que pueda servirnos como salvavidas en cualquier situación.  ¿Si tuvierais que elegir un libro del que no separaros nunca, cual elegiríais? 
Es complicado, pero yo creo que elegiría Ex libris de Anne Fadiman. ¡Que delicia de libro, que de inspiración! Estoy segura de que María y Zazou también podrían incluirlo entre sus posibles Forever Books

- Y como no recoger una noticia que me llena de alegría. El mes pasado lamentaba en twitter no poder leer una inmensa biografía de Virginia Woolf publicada y únicamente disponible en Argentina. Mira por donde la semana pasada me enteré de que por fin llegaba a España de la mano de la editorial Taurus. ¡Felicidad absoluta!

- Para homenajear al mes del amor (aunque a mi esto de poner etiquetas no me guste mucho) he decidido dedicarle el título de "pintura del mes" a Thomas Rowlandson. Ya se que su obras más conocidas son los dibujos satíricos y los grabados eróticos (vamos que donde esté él que se quiten las sombras de Grey); pero además de estas escenas amorosas puramente físicas, Rowlandson también pintó acuarelas y grabados de temática amorosa dotados de elegancia y delicadeza. Aquí os dejo una pequeña selección de mis preferidas. 

Aprovechando que el padre se va…llegan los pretendientes.
Paseo de enamorados con la mascota.
Pintando a la persona amada.
Otra sesión de pintura a su enamorada.
Creo que alguien os ha pillado.
Imposible apartar la mirada.
Una canción de amor para terminar la conquista.
Y para terminar, como prometido, el repaso de las lecturas de febrero. Lo cierto es que no puedo tener queja porque las he disfrutado prácticamente todas.

Tres de ellos en inglés, perfectos para ir avanzando en el reto de Isi
El lector común de Virginia Woolf. No voy a adelantar nada de esta colección de pequeños ensayos, porque voy a dedicarle una entrada propia. Solo deciros que he disfrutado cada línea y he reafirmado mi profunda admiración por Virginia.

Philippe Derblay de Georges Ohnet. Como ya os dije en la reseña, no pude congeniar con este libro. Demasiado drama, demasiados adjetivos, demasiado teatro…como veis muchos demasiados juntos; y mira que he sentido ser tan exigente con ella, pero tengo que ser fiel a la sinceridad.

Footsteps de Richard Holmes. Al igual que el lector común, voy a dedicarle una pequeña entrada a este magnífico libro. Biografía, guía de viajes, libro de memorias…este ensayo reúne todas esas categorías para formar un todo impecable. 

Qué verde era mi valle de Richard Llewellyn. Tenía muchísimas ganas de leer este libro y, aunque ha sido una lectura magnífica, no ha llegado a la categoría de Coup de coeur. Es un libro sobre el recuerdo, sobre esa nostalgia que nos envuelve cuando echamos la vista atrás a los años de la niñez. Os contaré con más detalle en su entrada.

El castillo azul de Lucy Maud Montgomery. Poco más puedo añadir a lo que ya os dije en su reseña. La historia de Valancy Stirling me robó el corazón y os la recomiendo mucho, muchísimo, sobre todo a los admiradores de Anne Shirley.

Los habitantes del bosque de Thomas Hardy. Hace apenas unos días que lo he terminado y todavía me dura la tristeza con la que cerré el libro. Como me decían Zazou y Polly en una conversación en twitter, Hardy no es un escritor de comedias. Tenían razón pero, aún así, que magnífica experiencia es leerle. Escribe con una belleza melancólica, poética; para mi es casi como si estuviera leyendo mis poemas favoritos de Wordsworth. Voy a aplicarme para dedicarle a la novela una entrada a su altura.

When calls the Heart de Janette Oke. Y como ya os he dicho, si buscais una lectura sencilla y dulce; un pequeño romance ambientado en los preciosos paisajes de Canada, este puede ser un libro perfecto.

Y ¡nada más! (madre mía, me han dado cuerda para rato). Espero que hayáis disfrutado de este último mes y ahora que empecéis marzo con muy buen pie. 
¡Muy felices lecturas a todos!

Qué verde era mi valle de Richard Llewellyn

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Mi ejemplar de ocasión.
Es posible que no todos vivamos la experiencia de la vejez. Esto es así nos guste o no. Pero si hay algo que todos hemos podido compartir, es el haber sido niños. Todos empezamos un día el colegio, afrontamos nuestros primeros miedos y encontramos refugio en los brazos de nuestros padres y familiares. De todo ello, años después, solo queda una amalgama de recuerdos más o menos difusos. La verdad es que no se de donde nace la predisposición de cada uno para conservar más o menos recuerdos; pero, aunque sean pocos, todos atesoramos unos cuantos. 
Hace unos años mi padre tuvo que hacer un discurso en el pueblo que le vio nacer. Me pidió consejo para redactarlo y entre los dos conseguimos salvar los papeles recurriendo al poder del recuerdo. No sabemos si fue el discurso adecuado para la ocasión, ni si estaba todo lo bien escrito que deseamos; pero lo que si supimos es que conseguimos emocionar al auditorio. Yo lo percibí al ver la cara de la gente mientras leía mi padre, y él mismo, lo experimentó cuando al terminar,  recibió un atronador aplauso y la felicitación personal de muchos de los presentes. Si de algo nos sentimos orgullosos ese día fue de haber llegado al corazón de la gente. 
Al hablar de sus propios recuerdos mi padre enlazó vivencias de varias generaciones. Todas habían andado por las mismas calles, cantado las misma canciones y vivido idénticas experiencias: la mona, la subida al Santo cristo, los veranos de casetas, las fiestas patronales...
Recuerdo que aquel discurso se cerraba con la frase atribuida a Marcial: "Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces".

Esa es la experiencia que proporciona Qué verde era mi valle. Una novela donde los recuerdos son  los auténticos protagonistas.

"Cuán verde era entonces mi Valle, y el Valle de los que se han ido"
De la mano de Huw, personaje principal y narrador de la historia, entramos en casa de los Morgan; una familia minera que vive en el sur de Gales a principios del siglo XX. Allí encontramos a Beth, su madre; una mujer valerosa, consagrada al bienestar de los suyos. A su padre Gwilym, un hombre íntegro y trabajador; a sus cinco hermanos, rebeldes y mineros como su progenitor, y finalmente, a sus dos hermanas la dulce Ceridwen y la apasionada Angharad. Pronto llegaran las esposas de sus hermanos mayores, en especial Bronwen por la que Huw siente un enorme cariño. Junto a ellos y al pastor del pueblo, Huw ira creciendo entre la belleza hasta ahora intacta de su valle. 

En un largo ejercicio de memoria el protagonista de Qué verde era mi valle narra como era la vida en los tiempos de su niñez y juventud. Como los sábados, día de paga, las monedas caían sobre los delantales de las mujeres; como estas esperaban inquietas, frente a la puerta de su casa, la llegada de sus esposos, hermanos e hijos. Los domingos de rezos y celebraciones, los combates de boxeo y los cantos galeses rompiendo el silencio del valle. Una serie de momentos apacibles en la vida de un niño que no por ello desconoce los problemas y la dureza que trae consigo el trabajo de la mina. 

Huw es un niño inteligente que admira a sus hermanos y a su padre por encima de todo. Gracias a las enseñanzas de este último y a las del pastor Mr. Gruffydd, Huw irá curtiéndose y enfrentando el camino de la adolescencia. Las mujeres de su familia serán el otro pilar de su educación.  ¡Qué hermoso homenaje a la mujer hace Richard Llewellyn cuando retrata a las Morgan! Todas ellas son valientes, delicadas y femeninas si la ocasión lo requiere, pero duras como la roca cuando defienden a los suyos y sus intereses. 
Sin duda Richard Llewellyn sabía como crear personajes; todos ellos desprenden humanidad y autenticidad.  Las escenas que protagonizan en su cocina, en las laderas del valle o en lo profundo de la mina rebosan de vida, de sonidos y olores.

Pero como tantas veces sucede, el final de la infancia coincidirá con la toma de conciencia del duro mundo que le rodea. Huw irá viendo como, poco a poco, su valle se ve asolado por las huelgas, la destrucción del paisaje y la separación de las familias que recurren forzosamente a la emigración. A lo largo de una historia, que se prolonga toda una vida,  será testigo de historias de amor, de parejas imposibles, y sobre todo de la inmensa tristeza que supone decir adiós; adiós a todos los que uno ha querido y ya solo existen en el recuerdo.
Imágenes de la vida cotidiana de los mineros galeses. Es cierto que la
novela no tiene la fuerza reivindicativa ni el realismo de Germinal, pero
con la lectura podemos hacernos una idea de las terribles condiciones del
trabajo en la mina.
Qué verde era mi valle es una historia de iniciación, que estoy segura conquistará a los que disfrutaron con Un árbol crece en Brooklyn o Matar a un ruiseñor. Todo en ella destila el amor profundo que el autor sentía por sus orígenes galeses. Las preciosas descripciones y el orgullo que sienten los personajes por su país, sus costumbres y su lengua así lo demuestran.
Quizá mi única pega haya sido la traducción de mi edición. Yo no entiendo mucho del tema, y dejo el juicio entendido a filólogos y traductores; pero a veces, mientras leía, notaba las frases algo forzadas, lo que restaba fuerza al estilo poético y evocador que ha hecho célebre al libro. Espero con ganas que lo leáis y que me contéis que tal es vuestra experiencia. 

Un beso a todos y ¡muy felices lecturas! 

PD. Qué verde era mi valle ocupa el año 1939 en mi Century of Books.
PD1. Aquí podéis ver la adaptación cinematográfica de la novela realizada por el gran John Ford.

Premios y ronda de agradecimientos.

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El pasado sábado me monté en el avión y aparecí en Alicante por sorpresa. A mi familia casi le da algo; pero pronto se recuperaron todos del susto y hemos estado disfrutando cada momento desde entonces. Estaré aquí hasta el próximo lunes y, por si acaso fuera difícil publicar antes, no quiero dejar pasar más tiempo para agradecer un buen puñadito de muestras de cariño.

El primer agradecimiento va para vosotras, mis queridas Pilar y Winnifred. Recibir vuestros paquetes fue una enorme alegría, y entre las dos me habéis equipado con todo lo que necesito: una nueva lectura y marcapáginas para acompañarla, una preciosa libreta donde anotar ideas y libros por comprar, un bolígrafo adorable al que ya he bautizado como cuzquita, un estuche, llaveros…
De corazón ¡muchísimas gracias! 
¡Esto parece Navidad!
También quiero darles las gracias a Raquel y a Jorge, los responsables de dos fantásticos rincones que tenéis que descubrir (si todavía no lo habéis hecho), Al buen tuntún y Persiguiendo dragones. Raquel me otorgó el premio Mejores amigas Blogger y Jorge el Liebster Adward. Ambos venían acompañados de una misión: responder a una serie de preguntas y contar 11 datos sobre mi, así que... allí voy con las respuestas:

Mira que mona iría yo con
alas y todo.
Una cosa que cambiarías de tu situación actual. 
Que fuera posible tener cerca a mi familia. 
¿Qué no perdonarías nunca? Nunca digo nunca. 
¿Tu disfraz perfecto cuál sería? El vestido de Drew Barrymore en Por siempre jamás
¿Crees en el amor para toda la vida o es un cuento de hadas? Aunque el amor cambie y evolucione con el tiempo, creo que es posible querer a una persona toda la vida. 
Una canción que sea importante en tu vida. Partons vite de Kaolin (aqui la tenéis traducida).                                                      

Y ahora once cosas sobre mi (no son muy interesantes pero bueno aquí van):         
                                                                                                        
- Tengo 28 años, aunque todo el mundo me resta siempre unos cuantos.             
- Soy hija única y nieta única por parte materna.                                                           
- Nací en Alicante pero vivo en París desde hace cuatro años.
- Hice toda mi escolaridad en colegios religiosos. Salí de allí agnóstica.
- Cuando tenía nueve años pedí a los Reyes magos una máquina de escribir; la conservo como un tesoro.
- Estudie la licenciatura y el master en la preciosa ciudad de Aix en Provence.
- Fui Erasmus y, sin duda, fue una de las mejores experiencias de mi vida. 
- Me encanta viajar, aunque detesto los aviones.
- "Hojas de hierba" de Walt Whitman es mi Biblia. 
- Adoro las flores y mis preferidas son las hortensias, las fresias, los ranúnculos y las lilas.
- Podría alimentarme única y exclusivamente de arroz a banda y tarta de manzana.

Y hasta aquí la ronda de cotilleo :)
Muchísimas gracias de nuevo por la nominación, e invito a todo aquel que quiera responder a las preguntas a que se anime. ¡Estáis todos nominados!

Un abrazo y muy felices lecturas a todos.
PD. Perdonad que demore tanto responder a vuestros comentarios. El tiempo se me escapa de entre los dedos y siempre acabo postergándolo. He ido poniéndome al día, poco a poco, y he respondido en muchas entradas anteriores. Si quedó alguna pregunta por resolver o alguna conversación pendiente, por favor pasaos por allí y encontrareis mis respuestas :)

Mary Barton de Elizabeth Gaskell

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Preciosa edición de  Alba.
Corría el mes de octubre de 1848 cuando "Mary Barton", la primera novela de Elizabeth Gaskell, fue publicada. Atrás quedaban largos meses de negociaciones entre la autora y su editor Edward Chapman; un tiempo en el que ambos discutieron sobre el título adecuado para la novela, los retrasos en el pago de honorarios y los rumores que acarreó la publicación anónima del libro. 
Estos y otros detalles del proceso de edición, quedaron bien reflejados en la prolífica e interesante correspondencia de Elizabeth. Yo he ido leyéndo con calma la edición de sus cartas publicada por Mandolin y puedo aseguraros que Gaskell me ha cautivado con sus cartas tanto como con sus novelas. 
Es un placer descubrirla en el papel de madre que aconseja y alienta a sus hijas, en el de amiga, y como no en el de escritora. Sus cartas están llenas de alusiones a sus trabajos, al proceso de escritura y al reconocimiento que le proporcionó su obra. 
En el caso de "Mary Barton" es interesante leer una carta fechada el 28 de abril de 1850, cuando la novela ya se había convertido en todo un éxito editorial: 

"Escribir Mary Barton fue un auténtico placer para mi […] y la recepción que tuvo fue una gran sorpresa. Nunca pude imaginar el número de amigos y enemigos que me proporcionaría; aunque estoy contenta de que los últimos estén desapareciendo y los primeros se hayan convertido en duraderas amistades. Creo que el gran motivo de su éxito fue la fecha de su publicación, las grandes revoluciones de Europa pusieron el foco de atención sobre las injusticias sociales y los enormes contrastes que existen en las antiguas naciones."

Y es que la publicación de una novela como "Mary Barton", en pleno 1848 punto álgido de las revoluciones liberales del siglo XIX, no podía pasar desapercibida.

Manchester. Ciudad emblemática de la Revolución
industrial.
Pongámonos en situación. La revolución industrial avanza imparable, y en las ciudades fabriles del norte de Inglaterra pronto se hacen notar sus consecuencias. En Manchester, ciudad gris, húmeda y masificada, viven las dos familias obreras que protagonizan "Mary Barton": los Barton, familia de la joven que da título a la historia, y los Wilson. 
Ambas familias conocen la miseria, la falta de trabajo y la tragedia de ver morir a sus seres más queridos. Pero, pese a las tragedias, los supervivientes siguen adelante. 
Mary crece hasta convertirse en una bella joven que muy pronto despertará la atención de varios pretendientes. Uno de ellos es su amigo de infancia Jem Wilson, un joven trabajador y honrado que tiene puestas todas sus esperanzas de felicidad en ella; el otro es el distinguido Henry Carson, hijo de uno de los poderosos patrones de la industria textil.
Un triángulo amoroso se establecerá entonces, y sobre un trasfondo de miseria y penalidades, se ligará una historia de amor y de lucha llevada hasta las más terribles consecuencias.

Recuerdo que cuando os hable de "Los amores de Sylvia", la última novela de Gaskell que apareció en el blog, os advertía del tono sombrío y la terrible sensación de tristeza que envolvía la historia. Hoy, siento tener que recurrir a la misma advertencia; aunque dado el tema central de la novela no creo que os sorprenda. 
Escena en una casa obrera
"Mary Barton" es ante todo un relato realista y descarnado sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora en los tiempos de la Revolución industrial. Algunos cuentos y novelas como "A Manchester Strike" de Harriet Martineau (que podéis leer aquí) o "Sybil, or the two nations" de Benjamin Disraeli ya habían llamado la atención del público ante los graves desequilibrios que la revolución estaba trayendo consigo. Pero "Mary Barton" constituyó un punto de inflexión en el genero que pasó a conocerse como  industrial novels.  
Nunca antes una novela había mostrado con tanta cercanía y sentimiento las terribles condiciones de vida que trajo consigo el espectacular desarrollo del sistema fabril. Elizabeth Gaskell vivía en Manchester y conocía de primera mano, gracias a la labor educadora y religiosa de su marido, la realidad obrera de su ciudad.  Es de alabar que escribiese con tanta valentía una novela con semejantes implicaciones políticas y sociales.

Compartir el destino de los Barton, los Wilson y todos los personajes que los rodean es un camino triste y desesperanzador. Las familias y sus allegados sufren hasta extremos insospechados; mueren los más débiles, y a pesar de la lucha que emprenden algunos como John Barton, el padre de Mary, nada consigue vencer la injusticia y la miseria. Elizabeth Gaskell no nos ahorra sufrimientos y las escenas que transcurren en los hogares obreros, si esos tugurios pueden recibir ese nombre, son terribles y oscuras. 
Apenas hay momentos de luz y felicidad en la novela; pero cuando estos aparecen, los apreciamos aún con mayor fuerza. Esa luz proviene de la solidaridad existente entre los personajes; de esa piña que hacen frente a la adversidad. El amor de John por su hija, o el de Job Legh por su nieta Margaret, la amabilidad de Alice Wilson, o el amor profundo de Jem por Mary, hacen que merezca la pena ser testigo de tanto sufrimiento.


Pese a ser su primera novela, Gaskell hace un trabajo impecable en la caracterizacion de sus personajes. Impecable es la psicología de John Barton; como Gaskell traza las raices profundas de su rencor, de ese odio hacia los patronos que le lleva a actuar de forma tan trágica.  También el personaje de Jem, su bondad, su entrega; y , como no, el bueno de Job Legh, un hombre sabio sumido a los vaivenes de la miseria que sin duda es mi personaje favorito de la novela.

Dos clases completamente opuestas, pero 
dependientes la una de la otra.
A los logrados personajes se suman una perfecta descripción de los emplazamientos de la historia: tanto de las humildes viviendas de los obreros, como de la magnífica mansión de los Carson, la familia burguesa protagonista. Nada chirría, nada falta. Elizabeth es capaz de crear una atmósfera oscura y opresiva que multiplica las sensaciones de tristeza que ya de por si provocan los acontecimientos narrados en la novela. 
Sin duda este es el tipo de material de alguien dotado para la escritura. No se cuanto trabajo previo llevó Elizabeth a sus espaldas, cuantos borradores desechados antes de estar satisfecha. Pero "Mary Barton" es la prueba de que escribir, para ella, no era un simple pasatiempo para las horas muertas. Tenía un propósito y sabía como llevarlo a cabo.

Es cierto que la novela tiene fallos, quizá decae para mi gusto en una segunda parte más rocambolesca y poco consecuente con el estilo y la fuerza dramática de la primera parte. Es una lástima que lo religioso tome el testigo y el tono reivindicativo de los inicios decaiga al final del libro. Pero pese a todo, Elizabeth consiguió su objetivo; aunque de forma prudente y sin llegar a tomar partido claramente, escribió una denuncia valiente y clara de la situación obrera.  Llamó la atención de ambos bandos, como ella dice "condenados a entenderse", y desde su modesta posición les invitó a reflexionar. 

Puede que "Mary Barton" no sea la mejor opción para empezar a conocer la obra de Elizabeth Gaskell. Probad antes con sus novelas rurales o quizá con su gran historia de amor y denuncia "Norte y Sur". Pero si disfrutáis con la novela victoriana, con una buena dosis de realismo, tiernos romances y personajes inolvidables, no dejéis de darle una oportunidad.
¡Muy felices lecturas a todos!

Un libro perfecto para entender las
revoluciones que atacaron el Antiguo
Régimen y mi ejemplar de las Cartas
de Elizabeth.
PD. Estad atentos a Magrat, pronto os dará muy buenas pistas para adentraros en la obra de Gaskell.
PD1. Polly también acaba de leer "Mary Barton". ¡No os perdáis su reseña!
PD2. No puedo evitar compartir con vosotros una crítica de "Mary Barton" publicada unos meses después de la aparición de la novela. Por mi parte podéis fiaros del crítico :)
"¿Quieren saber por qué los pobres, amables y comprensivos entre si como mujeres, aprenden a odiar la ley y el orden, a la reina, los Lores, a los comunes, los políticos, y en definitiva a todo el que consideren adinerado? Pues lean Mary Barton. ¿Quieren saber que lleva a los valientes, honestos y trabajadores corazones del norte al suicidio, la conspiración, el lanzamiento de vitriol y al asesinato a medianoche? Entonces lean Mary Barton. ¿Quieren saber lo que impulsa a los hombres hacia la ginebra y el opio, abocándolos a la locura con tal de olvidar el dolor? ¿Quieren tener una visión detallada de toda la ciencia de morir de hambre- clemming- como lo llama la jerga de Manchester? Entonces lean Mary Barton […]"
Fraser's Magazine, volume 39, April 1849.

Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre de Belén Barroso

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Jane Austen
Tarde de tacitas y buena lectura
La semana pasada, mientras recorría la cada vez más exigua sección de libros de El corte inglés de Alicante, me llevé una enorme sorpresa. En la mesa de novedades, junto a los últimos títulos de nombres consagrados, avisté una portada que me era familiar. ¡Mr Darcy santísimo! ¡Ahí estaba el libro de Belén! 
Me dio una alegría tan grande verlo allí, tan bonito, tan apetecible para nosotras, amantes de las tacitas, que en un momento de locura vandálica, me apeteció amontonar el resto de títulos en un rinconcito y colocar el libro de Belén por toda la mesa.
Porque si, señores y señoras que juzgan a las lectoras "de tacitas"; nosotras también tenemos sangre en las venas y en la taza lo mismo podemos llevar una indefensa manzanilla, que ginebra, que veneno para los idiotas. 
Al final, claro está, conseguí contenerme; pero desee gritar a todo el mundo: ¡Podréis acusarnos de ñoñas y soñadoras, pero leed esto y veréis como nunca podréis achacarnos nuestra falta de sentido del humor! Podemos reírnos de nuestras heroínas, de sus pretendientes y hasta de nosotras mismas, siempre que sea de forma inteligente. Siempre que el humor llegue de manos tan hábiles como las de Belén. 

Veréis, esto no lo puedo afirmar con rotundidad, porque yo con el más allá no hablo (todavía), pero estoy casi segura de que Jane habría disfrutado de lo lindo leyendo estas "Confesiones". Ya oigo las carcajadas resonando entre las paredes de Chawton. Exactamente las mismas que se oyeron en mi casa y estoy convencida, en todas aquellas que acojan este libro entre sus estanterías. Ya lo dice Belén en las páginas de su novela (y podéis creerla a pies juntillas) "¡es increíble la de casualidades que le ocurren a una jovencita con demasiado tiempo libre que vive en el condado mas aburrido de todo el reino de su gloriosa majestad!". Y es que en Pasley Manors, la imponente mansión donde transcurre la historia, no puede estar uno libre de sobresaltos.


¡Bienvenidos a Pasley Manors!
Imaginad una bella mansión inglesa con sus espléndidos salones y jardines ¿lo tenéis? Bien. Mi  Pasley Manors se parece al de la fotografía, pero eso ya va al gusto del lector. 
Como no podía faltar, tenemos entre sus moradores a madres casamenteras, nobles ociosos y extravagantes, mayordomos, damas de compañía, pretendientes y, como no, jóvenes casaderas. En especial una, que no tiene nombre, pero si labia y cuerda para rato. Gracias a la abundante correspondencia que mantiene con su amiga y confidente Edwina, nos introducimos en un mundo de bailes, meriendas y reuniones sociales que hará las delicias de todos los amantes de las historias de época. Y no únicamente.
Si este hubiera sido un romance de regencia cualquiera, hubiera podido darse el caso; pero en esta ocasión falta añadir un par de ingredientes que marcan la diferencia: un humor inteligente y una fina ironía que son marca personal de la autora.
Me es muy difícil escoger algunos fragmentos, pero tened una pequeña muestra con semejantes perlas:


"Una vez tuvimos un basset, pero, como era una boca más que alimentar, hubo que decidir si nos quedábamos con el o con mi hermano pequeño Arthur.
-¿Y quien ganó?
-¡Me ofende la duda! ¡Somos ingleses! El basset, por supuesto. Pero se fue con un vecino que le daba más de comer y nos tuvimos que quedar con Arthur."

"Querida hija mía, nos hemos quedado solos tú y yo. ¡Que vacía parece la casa!
-Si, padre.
-Es la primera vez que veo esa esquina, siempre había algún niño delante."

Así empieza cada una de las cartas: "Querida Edwina…"
Belén demuestra entre guiños de humor que conoce al detalle la época en la que enmarca su historia. Costumbres, diferencia de clases, convenciones sociales, los gustos literarios de una gran parte de la clase pudiente (¡ay aquellas "novelas tontas de ciertas damas novelistas" como diría George Eliot, plagadas de raptos, piratas y bandoleros). Todo pasa por su criba y se convierte en material para arrancar la sonrisa del lector.  
Al final, lo que tenemos entre manos, es un divertido homenaje a todas aquellas novelistas que nos han hecho soñar con sus historias, en especial, la gran Jane Austen. Una autora a la que Belén dedica guiños constantes que harán las delicias de todos los austenitas.

Cierto es que escribir humor, y resultar gracioso sin sonar forzado y sin caer en el mal gusto es  complicado. Pero Belén, con la elegancia y la finura de toda una señorita de época, lo ha conseguido.
No se que pensará ella de tal comparación, pero mientras leía, encontraba en sus páginas reminiscencias del humor de mi querida E.M Delafield y su Dama de provincias. Y si ella me enamoró con el personaje de Mademoiselle, la niñera francesa, Belén lo ha conseguido con Miss Peabody. Esa misma que afirma con orgullo "llevo sembrando el aburrimiento entre jóvenes desde 1780 y puedo decir que estoy muy orgullosa de ello".
Por eso, como ferviente admiradora que soy, le pido para ella una historia propia. ¡Cuanto juego no darán todos esos jóvenes desgraciados bajo su implacable yugo!

Solo puedo despedirme recomendando con total sinceridad tu libro y dándote mi enhorabuena Belén. Desde aquí, desde este reino (perdón, república) que vio nacer los jardines geométricos y los setos invasores, te mando toda la suerte del mundo :) 

Un abrazo a todos y ¡muy felices lecturas!

IMM 16: el que llegó volando

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 Algunos están boca abajo; pero vamos a echarle la culpa a que vinieron mareados
del avión.
Nueva escapada a España y, como de costumbre, me he venido con otro lote de libros viajeros. Los pobres han venido desperdigados por todas partes, como si fuesen material de contrabando: unos cuantos en la maleta facturada, otros en mi bolso de  mano y uno en la maleta de Jean (introducido de forma clandestina para que no se vuelva loco y grite: Non, mais là il faut arreter avec les livres!Il n'y a plus de place!).
Varias de mis adquisiciones vienen de mi ronda habitual de librerías alicantinas (que podéis descubrir aquí); otras llegaron puntuales a casa gracias a un pedido que hice a Iberlibro, y una la encontré mientras ayudaba a la familia a hacer limpieza en el garaje. Me alegré un montón porque tenía la novela anotada en la lista de títulos por comprar, y mira por donde, estaba esperándome en casa de mis padres. No se exactamente a quién perteneció el libro, pero en todo caso les felicito por haberla comprado en su día. Es cierto que el pobre está algo hecho polvo, pero creo que conseguirá aguantar unas cuantas lecturas suplementarias. 
El botín pues, se compone de cinco ejemplares de segunda mano y cuatro recién salidos  de imprenta.  No les hago esperar más y paso a las presentaciones.


Así de grandede Edna Ferber 
Empezamos con las historias de América (estadounidense en este caso). Buscando títulos para mi Century of Books, di por casualidad con esta novela galardonada con el Pulitzer y me fascinó la historia de superación que prometía; la de Selina Peake, una maestra luchadora que debe enfrentarse al matrimonio, la viudez y a la crianza en soledad de su hijo en el Chicago de principios del siglo XX. 
Veremos si ha sido una buena elección para mi año 1924.

Nuestra hermana Carrie de Theodore Dreiser 
Este es el libro que encontré para mi regocijo en las estanterías del garaje. Al igual que La Jungla de Upton sinclair, quise que formara parte de mi Century porque es una obra clave del naturalismo americano. Una de esas novelas que muestran con detallado realismo la vida en esa "jungla" despiadada de las grandes ciudades. Esta es la historia de Carrie Meeber una joven ingenua y soñadora que deja su pequeño pueblo de Wisconsin para triunfar en Chicago; y de como después de grandes sacrificios y terribles experiencias, logró el éxito pero no la felicidad. 

El rancho de la U alada de B.M Bower. No nos movemos de los States y con una buena montura y un sombrero Stetson nos trasladamos al rancho de la U Alada.  Allí nos espera un grupo de rudos vaqueros y una joven doctora que está dispuesta a revolucionarles la existencia. En especial la de Chip, un vaquero reservado y arisco, al que le costará bastante reconocer lo mucho que le importa "la doctorcita".
Después de la fascinante aventura que supuso Cartas de una pionera, los chicos de Hoja de lata no tienen que insistirme mucho para que decida embarcarme hacia el Oeste. 

Ana la de Álamos ventosos de Lucy Maud Montgomery
Y para cerrar el grupo americano, hacemos una pequeña parada en Canadá. No podía venirme de España sin el último tomo publicado de las aventuras de Ana. En esta cuarta entrega,  debe despedirse de Tejas verdes para abrirse camino en la opulenta sociedad de Redmond. Allí, Ana continuará ejerciendo su labor de profesora y empezará los preparativos de su boda con Gilbert, su amor de la infancia. 
Acabo de releer Ana la de la Isla, por eso voy a dejar descansar este último tomo en la estantería por un tiempo. Aún así, que satisfacción me da tenerlo bien a mano para cuando se presente la ocasión de volver a Avonlea.


Las cuatro gracias de D.E Stevenson Con Las cuatro gracias llega el momento de abrir el cajón británico; y que mejor que hacerlo con una historia típicamente british. Un vicario rural y sus cuatro hijas son los protagonistas de una novela ambientada en plena IIGM.  A través de sus vivencias, seremos testigos de como un pequeño pueblecito inglés se enfrenta al temor y al esfuerzo que supuso el conflicto. 
Cruzo los dedos y espero tener más suerte con este nuevo Stevenson que con Sarah Morris Remembers. Lo terminé la semana pasada y fue una pena no disfrutarlo tanto como pensaba. Os contaré un poquito más en la reseña.

Una habitación propia y Tres guineas de Virginia Woolf. Cuando vi esta nueva edición de bolsillo no pude dejarla. Ya tengo en mi poder una edición de Una habitación propia que guardo como un tesoro; pero llevaba tiempo buscando una edición de Tres guineas en español y por fin la tengo. La cultura de guerra, el patriarcado, la educación y el trabajo femenino son algunos de los temas que Woolf analiza en este ensayo. 
Tengo en preparación varias entradas dedicadas a Virginia, y me tiene tan fascinada que no creo que tarde mucho en leer Tres guineas.

Spinsters of this Parish de Sybil Oldfield  
Creo que ya podéis intuir lo mucho que me gustan las historias de solteronas, dados los títulos que voy enseñando por aquí. Por eso cuando, rebuscando en el catálogo de la editorial Virago, llegué hasta este sugerente título no pude resistirme a comprarlo.  Este ensayo biográfico traza las vidas de dos solteronas injustamente olvidadas: Flora Mayor y Mary Sheepshanks. Dos mujeres, una escritora y otra activista, que lucharon a través de sus escritos y acciones contra las convenciones victorianas que encorsetaban a la mujer. 
Será un perfecto punto de partida antes de internarme en la obra de ambas. Y que gran sorpresa me llevé al ver que Rosamunde Pilcher había escrito una introducción en una edición actual de un libro de Mary Sheepshanks. Es más, la edición forma parte de una colección titulada: Rosamunde's Pilcher Bookshelf.  ¡Esa estantería tengo que investigarla a fondo!

Memorias de la condesa de Espoz y Mina
Y hablando de mujeres olvidadas es imposible no citar a Juana de Vega, la condesa de Espoz y Mina. Descubrí su nombre mientras leía el tercer tomo de la valiosa colección Historia de las mujeres en España y América latinay me sorprendió muchísimo que la esposa de Espoz y Mina, uno de los mayores defensores del liberalismo español, llegase a ser aya y camarera mayor de la reina Isabell II. Para saciar mi curiosidad decidí saber más sobre ella y así fue como descubrí el libro que recoge sus memorias. En la sinopsis se señala el empeño que puso en formar y educar a la reina en el amor y la defensa de la libertad. Viendo el resultado del reinado de Isabell II, me pregunto en que falló o que impedimentos tuvo Juana para lograr su propósito.

Adieu prairies hereuses de Kathleen Raine
Y por último un libro que compré por mero impulso ya que desconozco absolutamente todo sobre Kathleen Raine, su autora. Leo en la red que fue una célebre poetisa, erudita y crítica inglesa, pero reconozco que lo que a mi me llevó hasta su obra fue la sinopsis francesa de su autobiografía. Dice así:
"En esta autobiografía, Kathleen Raine traza el itinerario de una infancia singularmente consciente y dificil. Criada en los páramos salvajes de los confines de Escocia, sujeta al peso de las convenciones sociales, la pequeña Kathleen se libera de las obligaciones a través de los sueños, la reflexión y la poesía. Seguimos en estas páginas, la evolución de esta adolescente que intenta aunar el lirismo de las leyendas escocesas heredadas de su madre y el rigor crítico y moral de su padre."
No tengo idea de lo que voy a sacar de esta lectura; pero esos páramos de Escocia y esa infancia pasada entre poemas y leyendas, no podía dejarlos pasar.

Y hasta aquí las últimas adquisiciones. Como siempre si queréis que amplié información sobre alguno de ellos o tenéis cualquier duda al respecto: precio, donde encontrar ediciones, libros similares…no tenéis más que decírmelo en los comentarios; será un placer contestaros, aunque me demore un poco en hacerlo, perdonadme :)
¡Muy felices lecturas a todos!

Notas de marzo

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notas, Testament of Youth, Vera Brittain

Otro mes terminado y llega el momento de hacer balance. Lo cierto es que marzo ha sido un mes bastante tranquilo. Muchas horas de estudio, pocas salidas, pocas series (exceptuando Poldark que me está gustando mucho) y menos películas. Vamos, ahora que lo pienso, creo que no he visto ni una.
Menos mal que la escapada a casa superó cualquier cosa. Pude estar en el 58 cumpleaños de mi padre y recargué las baterías con los míos para los próximos meses. Lástima que me he perdido la Semana Santa, no por las procesiones y demás, si no porque estoy viendo las fotos de las monas y se me está haciendo la boca agua. En fin tendré que conformarme con las gallinas, los huevos y demás figuritas de chocolate que aquí también son típicas en Pascua.
En lo que se refiere a lecturas, marzo ha sido un mes bastante satisfactorio. No he disfrutado de ningún Coup de Coeur en toda regla, pero tampoco tengo que lamentar ninguna gran decepción. Ha sido un mes bastante equilibrado, aunque como veis en la fotografía que encabeza la entrada, un libro ha sido protagonista, Testament of Youth de Vera Brittain. Una lectura que me ha acompañado durante tres semanas y como esperaba, me ha emocionado muchísimo. Espero poder hablaros pronto de él en una entrada propia. 

Pero ahora cerremos el mes con algunas notas. 

- La primera tiene para mi un tono triste. France Culture, al igual que el resto de cadenas que conforman Radio France, está en huelga desde el pasado 19 de marzo. Los recortes también han llegado a la radio estatal y está en juego esa excelencia que tantos ciudadanos y oyentes disfrutamos. Muchas de las emisiones más celebres de la cadena han interrumpido su programación: Les lundis de l'histoire, La fabrique de l'histoire, Le temps des libraires o Les temps des ecrivains entre otros. Es cierto que me siento algo huérfana sin ellos, pero no es momento de ser egoísta; no puedo más que apoyar la decisión de los profesionales de Radio France. Ojalá consigan preservar con sus reivindicaciones la radio que hasta hoy hemos conocido. Aquí tenéis el contundente comunicado en el que explican las razones del paro. 

Entrada a la exposición y el cuadro San Antonio Abad y San Pablo
ermitaño,
para nosotros "El milagro "Big Mac".
- La segunda nota es más alegre. El pasado sábado fuimos a ver la exposición dedicada a Velázquez en el Grand Palais y la verdad es que, aunque no nos maravilló tanto como imaginamos, pasamos un buen ratito. Pensamos que los comisarios de la exposición habían conseguido reunir algunos de los lienzos más destacados del pintor sevillano (así es como lo anunciaban en los folletos); pero faltaron muchas de sus grandes obras. Pudimos ver sus primeras naturalezas muertas, muchas de sus pinturas religiosas, algunas mitológicas y finalmente los retratos de la corte española. El gran momento llegó cuando Jean se plantó frente al cuadro que veis arriba. Se queda mirándolo fijamente, yo le miro a él esperando su reacción, y de repente se gira y me suelta: "mira el cuervo como le trae el McMenú". Casi me muero de la risa pero es que es cierto, ¿no me digáis que no parece un Big Mac volador? :)


- Y hablando de cultura, uno de los artículos que más me ha gustado leer este mes, también la aborda. Rafael Agullol titula su escrito: Vida sin cultura y lo cierto es que es material para una profunda reflexión. ¿Para qué leemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿qué papel juega la cultura en nuestras vidas? Aquí tenéis un pequeño fragmento especialmente significativo:
"La expulsión de la cultura -o de una determinada cultura: la de la palabra, la de la mirada, la de la interrogación- es un proceso colectivo que afecta a todos los ámbitos, desde los medios de comunicación hasta, paradójicamente, las mismas universidades. No obstante, en ninguno de ellos es tan determinante como en el de los propios ciudadanos, que han dejado de relacionar su libertad con aquella búsqueda de la verdad, el bien y la belleza que caracterizaba la libertad humanista e ilustrada. La utilidad, la apariencia y la posesión parecen, hoy, valores más sólidos en la supuesta conquista de la felicidad."

Os invito a leerlo al completo y ya me contaréis que pensáis.  

- Y como no podía faltar, le llega el turno a la pintura del mes. En este ocasión el elegido ha sido Rob Adams, un pintor que descubrí a través de su  blog y que me tiene conquistada. Cada mes Rob recorre Inglaterra, con su material de pintura a cuestas, en busca de escenas y paisajes que capturar en sus lienzos. Utiliza diferentes técnicas: óleo, acuarela, carboncillo... lo cierto es que me encanta como las maneja todas. Como estamos en marzo, mes de viento, nubarrones amenazadores y primeros brotes, he seleccionado estas dos pinturas.
Esta muestra los últimos días de invierno en la región de los Lagos. Poco a
poco la naturaleza se despierta y el verde va tomando posesión del valle.
Imagino que los habitantes de los cottages van disfrutando de los últimos
días frente al fuego de la chimenea.
Y esta escena urbana es otro de los milagros que de repente observamos
por las calles. Un día sales de casa y el árbol triste que veías
cada mañana, te recibe con una explosión de color y de vida. Primavera bienvenida seas.

Y para terminar, aquí tenéis el repaso de lo leído:



Thomas Hardy, the Time-Torn Man de Claire Tomalin brillante absorbente y conmovedora biografía de Hardy. Un hombre que supo superar los primeros fracasos, hasta convertirse en uno de los autores más aclamados de su tiempo. Novelista casi por obligación, pero poeta en el alma, leer esta biografía no solo permite conocer al hombre, si no introducirse también en ese mundo rural que tan bien dibujó en sus novelas. Sin duda seguiré leyendo las otras biografías escritas por Tomalin.
Brooklyn de Colm Tóibín. Había leído buenísimas críticas sobre Colm Tóibín y en especial sobre Brooklyn; pero desgraciadamente no ha sido tan magistral como esperaba. La novela que protagoniza Eilis, una joven irlandesa que en los años 5o emigra a Estados Unidos, me cautivo en su primera mitad. Pero a partir de ahí perdí todo interés en la historia. Los personajes me resultaron hasta antipáticos y me sentí completamente indiferente ante su futuro. Un 3/5 sobre todo por esa primera parte y la calidad de la escritura de Tóibín.
Mary Barton de Elizabeth Gaskell (releectura) poco más puedo añadir a lo que ya os dije  en la reseña. No es el mejor Gaskell, pero indispensable para los que disfrutan con la autora.
Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre de Belén Barroso también podéis leer que me pareció en la reseña. Un libro divertido que hará las delicias de los "lectores de tacitas".
Ana la de la isla de Lucy Maud Montgomery solo os diré que es uno de mis libros favoritos de la colección de Ana. Os hablaré de él con calma más adelante.
El rancho de la U alada de B.M Bower Disfrute mucho con este romance ambientado en el lejano Oeste. Ligero, con momentos divertidos y la dosis necesaria de aventura y evasión. Dudaba mucho entre un 3 y un cuatro en goodreads, así que lo dejo en 3'5.
Sarah Morris Remembers de D.E Stevenson, nuevo Stevenson que leo (a ver si algún día le doy por fin el turno a la Srta.Buncle) y esta vez no ha sido una lectura muy afortunada. Me ha resultado muy parecido a The English Air, pero le ha faltado la emoción y el encanto que tenía este. Además hay algunas cosas que me han chirriado demasiado. Os contaré en la reseña.
Testament of Youth de Vera Brittain no voy a adelantar  nada de este. Solo deciros lo mucho que me ha marcado esta lectura. Que bello homenaje hizo Vera a su generación, a todos los que amó y perdió en la guerra.

Y hasta aquí lo que dio de si marzo. Espero que hayáis tenido un buen comienzo de primavera y, como siempre, que estéis disfrutando de buenas lecturas. ¡Un beso!

Una pequeña dosis de D.E. Stevenson: Sarah Morris Remembers y Las cuatro Gracias

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Mi conciencia me dice que no tendría que estar escribiendo esta entrada, sino estudiando; pero aquí me tenéis, desafiando al deber y al buen juicio. La "culpa" no es mía sino de D.E Stevenson. En estas tres últimas semanas he leído dos novelas suyas y, aunque una de ellas no me ha convencido, ambas me han ayudado a sobrellevar con alegría las largas horas de estudio. Como sabéis,  me gusta bien poco hablaros de las lecturas que no me convencen, así que hagámoslo rápidamente. 

Publicado en 1967, Sarah Morris Remembers fue uno de los últimos trabajos de D.E Stevenson. En el, la autora volvía a uno de sus periodos predilectos, los años 30 y 40 del siglo pasado. La novela cuenta la historia de una familia afincada en el pueblecito de Fairfield, los Morris: un clérigo rural, su esposa y sus cuatro hijos Lewis, William, Sarah y la pequeña Dottie. Sarah es la encargada de contar en primera persona, a través de sus recuerdos, las vivencias de su familia desde los felices días de la niñez hasta los duros años   de la IIGM.

Vista de Fairfield
Tres son las localizaciones de la novela: el pequeño pueblo de Fairfield donde vive la familia Morris,  Craignethan en Escocia donde residen los abuelos maternos de Sarah y Londres. Estos tres enclaves coinciden con los momentos más importantes de la vida de Sarah y marcan las partes en las que se divide el libro
Las escenas de Fairfield sirven a Stevenson para describir la vida rural inglesa que tan bien conoce y plasma en sus novelas. No echaréis en falta encantadoras descripciones del paisaje y la aparición de personajes pintorescos como los parroquianos y los vecinos del pueblo. Ese es el momento en el que conocemos la infancia y adolescencia feliz de Sarah junto a su familia, sus visitas a los abuelos maternos en Escocia y su encuentro con Charles, el amigo austriaco de su hermano del que se enamora. 
Con el traslado a Londres llegará la guerra y los momentos más dolorosos: la separación de la familia y de los enamorados. Y a pesar de contar con todos estos apetecibles ingredientes, la novela no ha funcionado conmigo.

Stevenson ya había utilizado estas mismas premisas en The English Air, una novela  escrita en 1940 y que si disfruté (en aquella ocasión la protagonista en vez de enamorarse de un austriaco lo hacía de un joven alemán). Pero si allí los personajes parecían creíbles y la trama emocionante, nada de esto ocurre en Sarah Morris Remembers. Los personajes me han resultado terriblemente planos, en especial Sarah la protagonista.  La autora no ahonda lo suficiente en su personalidad, ni en sus relaciones para hacer creíbles después la tristeza y el dolor que siente. Ni siquiera se salva su historia de amor con Charles. Una pareja separada por la guerra, el Londres del Blitz, dos hermanos combatiendo en Francia y la autora no consigue crear la atmósfera adecuada para hacerlo creíble.

Decepción pues tras esta lectura y al mismo tiempo la sensación de que algo se confirma. Creo que D.E Stevenson tiene un don para cierto tipo de historias y situaciones; esas historias que acontecen en pequeños pueblecitos ingleses, donde personajes carismáticos y entrañables viven acontecimientos sencillos y cotidianos.  

Y todo ello abunda precisamente en Las cuatro gracias, la novela de mi reconciliación con Stevenson.
El señor Grace, vicario de Chevis Green un pueblecito cercano a Wandlebury, y sus cuatro hijas son los protagonistas de esta historia. 
Liz, Sal, Tilly y Addie son cuatro jovencitas con personalidades muy distintas:  Liz la mayor es decidida y extrovertida, Sal bastante más tímida y soñadora, Tilly no es muy amiga de relacionarse con los demás y Addie, en el polo opuesto, es independiente y sociable. 
Aún así, pese a sus diferencias, todas comparten ciertos rasgos que parecen cosa de familia: un sentido del humor especial, bastante ingenio y la satisfacción de sentirse a gusto consigo mismas. 
Ya lo dice Liz en la novela: "depende de uno desde el primer momento. O tienes esa cosa misteriosa que te hace ser feliz, que te hace tener interés por todo y ser interesante para ti misma, o no la tienes, y entonces eres aburrida y pesada y nunca estás contenta."

Todas esas cualidades compartidas les serán muy útiles para enfrentar los cambios que la Segunda Guerra mundial trae a sus pacíficas vidas. 
¿Como lidiar si no con un familiar algo insoportable, un militar enamoradizo y un investigador algo patoso que recala en Chevis Green ? 

¿Os acordáis cuando me refería al don que poseía Stevenson para escribir cierto tipo de historias?  Pues en Las cuatro gracias tenéis el perfecto ejemplo. Esta es una de esas historias por las que la autora resulta tan valiosa. Una novela repleta de escenas amables,  en las que los personajes interactúan en el mercado, en la iglesia o en la salita mientras disfrutan de un té o de una lectura compartida en voz alta. 

Esa ambientación cálida y agradable me ha parecido perfecta, y a pesar de que la trama es sencilla, mantiene el encanto y el interés hasta la última página. Aunque estemos en guerra, Stevenson no quiere mostrarnos su parte más oscura y dramática. A Chevis Green apenas llegan los ecos del conflicto, aunque Addie esté alistada en la W.A.A.F y el racionamiento provoque algún que otro enfrentamiento en la pescadería del pueblo. 
En realidad creo que el momento más emotivo de la historia, es cuando el señor Grace debe despedirse de su adorada Sal.
Las hermanas Grace: Liz, Tilly, Sal y Addie.
Es cierto que la atención que da Stevenson a cada una de las hermanas queda algo descompensada. Así las historias de Sal y Liz ocupan mayor protagonismo y las pobres Tilly y Addie quedan muy desatendidas. Pero creo que esta es la única pega que puedo ponerle a la novela. También me ha dado algo de pena no haber reconocido a ciertos personajes que ya aparecieron en los libros de la Srta. Buncle, por eso no creo que tarde en devorar los tres primeros libros de la serie, (Las cuatro gracias es el cuarto pero puede leerse de forma independiente) ¡necesito conocer a todos los habitantes de  Wandlebury!  

Así que ya veis, hechas las paces con la autora, no puedo más que recomendaros Las cuatro gracias Cada vez estoy más convencida de que D.E Stevenson va a convertirse junto a Elizabeth Goudge en mi refugio lector para sobrellevar días tristes o estresantes. 

Un abrazo y ¡muy felices lecturas a todos!

PD. Aquí podeis leer la reseña que hice de The English Air, otra novela de D.E Stevenson ambientada en la IIGM.
PD1. Perdonad que esté tan ausente en los comentarios. Me duele muchísimo no contestaros, pero en cuanto termine los exámenes el día 24, contesto hasta el último de ellos :) 

Un día del libro a destiempo.

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Una visita obligada.
El pasado jueves, muy a mi pesar, no pude disfrutar del día del libro. No pisé ni una mísera librería, ni toqué libro alguno.  En vez de entre estanterías, pasé mi Sant Jordi encerrada en una sala durante cinco tensas y largas horas; y no en calidad de detenida, lo que podría haber sido hasta divertido, sino como opositora. Anda que, vaya forma más fea de estropear un día tan bonito.
Pero bueno ahora ya no importa ¿sabéis que es lo mejor de pasar por un trance semejante? Pues ese momento en el que te levantas al día siguiente sabiéndote libre de obligaciones. Libre para hacer con tu tiempo lo que te apetezca: aprovecharlo, exprimirlo o hasta malgastarlo si te da la gana. 

La verdad es que este fin de semana he hecho un poco de todo eso. He vagueado por casa, me he puesto al día con las series que llevo en danza, he retomado sin ninguna culpabilidad mis lecturas, y hasta he recuperado el día del libro que había perdido. 

La única pena ha sido tener que reencontrarme con mis paseos parisinos bajo la lluvia; pero bueno, a esta ciudad me es imposible reprocharle nada, está preciosa en cualquier situación, incluso bajo un aguacero.
Place Paul Poinlevé
El sábado Jean y yo paseamos por el Quartier Latin; bajo las lilas de sus jardines y bajo los árboles que ya empiezan a vestirse de tiernas hojas. Mientras, la cercana Notre Dame, vigiló nuestros paseos y marcó las horas con el tañido de sus campanas.

Rue Saint-Julien le Pauvre
Como veis en la fotografía que encabeza la entrada no faltó una visita a Shakesperare and Co. Allí compré el primero de los libros de mi botín de Sant Jordi, Perfume from Provence de Lady Fortescue. Hacía ya algún tiempo que quería comprarlo y en cuanto lo tuve en la mano, supe que ya no podría dejarlo en la estantería. Volver a la Provenza me haría mucho bien después de la tensión de las últimas semanas; aunque solo fuese a traves de los ojos de una extraña.  No puedo evitar preguntarme ¿atesoró Lady Fortescue los mismos intensos olores a lavanda, a tapenade, a fruta confitada y a calissons que yo recuerdo de mis años provenzales? ¿se enamoró de sus colinas, de sus gargantas y del cantar constante de las chicharras? Si así es, estoy segura de que congeniaremos.

Al salir de la librería arreció la lluvia y tuvimos que buscar un lugar donde guarecernos.  Aprovechamos que era hora de merendar para entrar en The Tea Caddy. Esta es una dirección un tanto secreta; de esas que se transmiten de oreja a oreja entre los iniciados al placer del tea time. Así que si venís a París, y haciendo gala de falta de patriotismo, queréis probar un auténtico salón de té a la inglesa, no dudéis en hacer una visita. 

Scones y crumble de moras que sabían a gloria.
Con la barriga y el corazón contentos, seguimos andando hasta Gibert Joseph en el Boulevard Saint-Michel. Había parado de llover y la gente se agolpaba en las aceras y a la entrada de la librería. Y en Gibert, como no, aumenté y completé mi compra de Sant Jordi. Creedme, lo que no encontréis en estas estanterías amigos, es que casi ni existe. Uno se puede pasar horas y horas rebuscando entre los miles de libros y no sentirse saciado. 

Abarrotado Gibert un sábado por la tarde
Yo me decidí por un título que ya tenía en el punto de mira La partie de chasse de Isabel Colegate, recién publicada por la editorial Belfond en su colección Vintage, y por una autora a la que ya he estado dando demasiadas largas, Muriel Spark. Encontré estas bonitas ediciones de La plenitud de la Señorita Brodie y de Curriculum Vitae y no pude resistirme. 
Como veis en la fotografía del botín, vuelvo a caer en la tentación de la literatura británica. Cuatro de cinco vienen del otro lado de la Mancha. No lo puedo evitar que le vamos a hacer. 


Aunque esta vez, la joya de la corona no viene del reino de su graciosa majestad. Es un canto que viene de América y como pocos la representa. Es Walt Whitman y sus incomparables Hojas de hierba
Como ya os dije en la entrada de mis lecturas de infancia y adolescencia, descubrí a Whitman hace ya más de diez años, de manos de Antonio, el mejor profesor de literatura que pude desear. Compré entonces un ejemplar bilingüe de Hojas de hierba que es el que me ha acompañado, como un buen amigo, durante todos estos años de descubrimiento y aprendizaje.  
Hace apenas unos meses descubrí que iba a publicarse una nueva edición íntegra y bilingüe y, como podéis imaginar, me llevé una enorme alegría. Y aún más cuando vi que el encargado de su traducción y de su estudio introductorio era Eduardo Moga, poeta, traductor y autor de un blog que sigo con delectación.

Encargué mi ejemplar y esperé con impaciencia a que llegase a mi buzón. Días antes de mi primer examen de oposición lo tuve por fin entre las manos. Y Whitman volvió a ser entonces un buen consejero; volvió a hablarme con voz clara y poderosa a través de los siglos, de corazón a corazón, como siempre ha hecho.

Así que no puedo más que dedicarle a él mi día del libro y mi mes de abril. Que sean sus palabras quienes cierren esta entrada y quienes inauguren una nueva y fructífera temporada de A book a day

"A ver, ¿quién cree que un milagro sea una gran cosa?
Yo no sé de nada que no sea un milagro.
Cuando voy por las calles de Manhattan,
o echo un vistazo al cielo, más allá de los tejados,
o ando descalzo por la playa, al borde del agua,
o me paro debajo de un árbol, en el bosque,
o hablo, de día, con alguien a quien quiera, o duermo en la 
cama, por la noche, con alguien a quien quiera,
o me siento a la mesa para cenar con los demás,
o miro al desconocido que tengo delante en el tranvía,
u observo a las abejas que trajinan en la colmena una mañana
de verano,
o a los animales que pacen en los campos,
o a los pájaros, o la maravilla de los insectos voladores,
o la maravilla del sol que se pone, o de las estrellas que brillan,
clavadas,
o la curva finísima, delicada, exquisita, de la luna nueva en primavera:
todo esto, y todo lo demás, cada cosa y todas las cosas, son milagros para mí […]"

PD. Que feliz me hace estar de vuelta.
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